EL RETRATO DE UNA ÉPOCA SALVAJE
Fitzsimmons fue un púgil especial por muchos motivos.
Físicamente, era un individuo de rasgos finos, una tez blanca salpicada de manchas y de pecas (de ahí su mote de "Lanky"), que le hacía parecer recién salido de una fiesta llena de confeti, fruto del tórrido clima donde se crió. Una precoz alopecia le hacía parecer prematuramente envejecido. Para aquella época de boxeadores brutales, Bob era una “rara avis”.
Su estilo fue una evolución de todas las etapas y las categorías en las que militó. De él se dice que creó el primer juego de piernas moderno, acoplado al trabajo por fuera de la distancia, para luego demoler por dentro con curvos al plexo. Pegar cambiando de posición, evitar las situaciones de peligro, angular el riesgo como se angula un golpe. Demostró que un buen peso medio podía destruir pesados, si lograba sobrevivir lo suficiente.
Fue un púgil que hizo buena la máxima de que la pelea es ante todo un acto de inteligencia, de sentido común y de adaptación individualizada.
No sólo dentro del ring, también fuera, Lanky Bob fue un hombre ordenado. Su mujer Rose, empezó en la esquina portando la toalla, con la función de ser sólo ella la que tomara la decisión de arrojarla si la situación se ponía fea. Rose, al final, sería mánager y entrenadora.
Fue un hombre que, aun en la opulencia, fotografiado como un dandi, no olvidó sus comienzos, pues dicha fotografía viene rodeada de una herradura, signo de su oficio primitivo.
Junto a él, todos los personajes que lo rodearon, crean un crisol representativo de una época de cambios drásticos, donde se pasa de un mundo salvaje, a un desarrollo industrial que destruye ese mundo. Todos comienzan, y aquí se les nombra, por sus oficios. A todos los une el boxeo. Todos vienen de un entorno salvaje, y en él desarrollan sus curiosísimas vidas.
LA FORJA DEL HERRERO
Bob Fitzsimmons nace en Helston, Cornwall, en 1863, hijo de un policía con familia numerosa.
En plena infancia, con 9 años se traslada a Timaru, Nueva Zelanda. Quizás por deformación profesional de su padre, pues son colonias que originariamente se formaron con ex-convictos.
Destaca como sprinter y jugador de fútbol en la escuela.
El boxeo en las colonias sirve para crear un carácter recio, y Bob empieza sus escarceos en peso pluma, pero las necesidades económicas le obligan a trabajar como herrero.
Genera un cuerpo un tanto extraño, unas piernas largas y delgadas, como un medio fondista, y unos brazos largos, pero tremendamente musculados, como su espalda. Una diferencia tremenda en su tren inferior y superior, que para muchos debe de caracterizar al púgil con una buena morfología.
Kant baso su "Crítica a la razón pura" en un filósofo griego, que tenía una curiosa teoría sobre el avestruz: para él, dicho ave era el cruce de una jirafa y un mosquito. De haber conocido a Bob, la explicación de su morfología sería muy interesante.
En 1881 derriba a cuatro hombres, en una sola noche. Velada a destajo. Su primera batalla será contra otro herrero, Tom Baines, el Terror de Timaru. Su victoria lo capacita a representar a las Antípodas, en un torneo mundial, promocionado por Jem Mace.
Fitzsimons sólo pesa 140 libras.
Jem Mace presentará a Bob, con esa apariencia de híbrido entre el tren inferior de un pollo y el torso de un oso, como una atracción de feria. Estamos en la época en que el boxeo y las variedades cabalgan juntos. Un año después, Mace enfrenta a Bob contra un peso pesado, Slade.
Slade es Maori, esta etnia era famosa por sus tatuajes en las cabezas momificadas de sus enemigos (cuando estas se ponen de moda y alcanzan un precio exorbitante, se dedican a capturar todo tipo de personas, tatuarlas y decapitarlas).
Queda patente como el boxeo es un deporte donde lo más importante es la individualización. Con su físico tan diferenciado, Bob se moverá por el exterior de la guardia, disparando un volumen de golpes atroz, siempre fuera de las escasas combinaciones del Maori. La pelea se para en el segundo asalto. Bob milita ya en peso medio.
Arthur Cooper, Jack Murphy, Jim Crawford no pasan del tercer asalto. Bob Fitzsimmons, el hombre más duro de la colonia de ex-presidiarios.
Atraído por las bolsas, se desplaza a Nueva Gales del Sur. En 1889, machaca en tres rondas a Dick Ellis. No todo son victorias (Jen Hall), y Bob decide jugársela, cruzando el charco.
LOS AÑOS DORADOS DE CALIFORNIA
Físicamente, era un individuo de rasgos finos, una tez blanca salpicada de manchas y de pecas (de ahí su mote de "Lanky"), que le hacía parecer recién salido de una fiesta llena de confeti, fruto del tórrido clima donde se crió. Una precoz alopecia le hacía parecer prematuramente envejecido. Para aquella época de boxeadores brutales, Bob era una “rara avis”.
Su estilo fue una evolución de todas las etapas y las categorías en las que militó. De él se dice que creó el primer juego de piernas moderno, acoplado al trabajo por fuera de la distancia, para luego demoler por dentro con curvos al plexo. Pegar cambiando de posición, evitar las situaciones de peligro, angular el riesgo como se angula un golpe. Demostró que un buen peso medio podía destruir pesados, si lograba sobrevivir lo suficiente.
Fue un púgil que hizo buena la máxima de que la pelea es ante todo un acto de inteligencia, de sentido común y de adaptación individualizada.
No sólo dentro del ring, también fuera, Lanky Bob fue un hombre ordenado. Su mujer Rose, empezó en la esquina portando la toalla, con la función de ser sólo ella la que tomara la decisión de arrojarla si la situación se ponía fea. Rose, al final, sería mánager y entrenadora.
Fue un hombre que, aun en la opulencia, fotografiado como un dandi, no olvidó sus comienzos, pues dicha fotografía viene rodeada de una herradura, signo de su oficio primitivo.
Junto a él, todos los personajes que lo rodearon, crean un crisol representativo de una época de cambios drásticos, donde se pasa de un mundo salvaje, a un desarrollo industrial que destruye ese mundo. Todos comienzan, y aquí se les nombra, por sus oficios. A todos los une el boxeo. Todos vienen de un entorno salvaje, y en él desarrollan sus curiosísimas vidas.
LA FORJA DEL HERRERO
Bob Fitzsimmons nace en Helston, Cornwall, en 1863, hijo de un policía con familia numerosa.
En plena infancia, con 9 años se traslada a Timaru, Nueva Zelanda. Quizás por deformación profesional de su padre, pues son colonias que originariamente se formaron con ex-convictos.
Destaca como sprinter y jugador de fútbol en la escuela.
El boxeo en las colonias sirve para crear un carácter recio, y Bob empieza sus escarceos en peso pluma, pero las necesidades económicas le obligan a trabajar como herrero.
Genera un cuerpo un tanto extraño, unas piernas largas y delgadas, como un medio fondista, y unos brazos largos, pero tremendamente musculados, como su espalda. Una diferencia tremenda en su tren inferior y superior, que para muchos debe de caracterizar al púgil con una buena morfología.
Kant baso su "Crítica a la razón pura" en un filósofo griego, que tenía una curiosa teoría sobre el avestruz: para él, dicho ave era el cruce de una jirafa y un mosquito. De haber conocido a Bob, la explicación de su morfología sería muy interesante.
En 1881 derriba a cuatro hombres, en una sola noche. Velada a destajo. Su primera batalla será contra otro herrero, Tom Baines, el Terror de Timaru. Su victoria lo capacita a representar a las Antípodas, en un torneo mundial, promocionado por Jem Mace.
Fitzsimons sólo pesa 140 libras.
Jem Mace presentará a Bob, con esa apariencia de híbrido entre el tren inferior de un pollo y el torso de un oso, como una atracción de feria. Estamos en la época en que el boxeo y las variedades cabalgan juntos. Un año después, Mace enfrenta a Bob contra un peso pesado, Slade.
Slade es Maori, esta etnia era famosa por sus tatuajes en las cabezas momificadas de sus enemigos (cuando estas se ponen de moda y alcanzan un precio exorbitante, se dedican a capturar todo tipo de personas, tatuarlas y decapitarlas).
Queda patente como el boxeo es un deporte donde lo más importante es la individualización. Con su físico tan diferenciado, Bob se moverá por el exterior de la guardia, disparando un volumen de golpes atroz, siempre fuera de las escasas combinaciones del Maori. La pelea se para en el segundo asalto. Bob milita ya en peso medio.
Arthur Cooper, Jack Murphy, Jim Crawford no pasan del tercer asalto. Bob Fitzsimmons, el hombre más duro de la colonia de ex-presidiarios.
Atraído por las bolsas, se desplaza a Nueva Gales del Sur. En 1889, machaca en tres rondas a Dick Ellis. No todo son victorias (Jen Hall), y Bob decide jugársela, cruzando el charco.
LOS AÑOS DORADOS DE CALIFORNIA
En 1890, en la California de la "Fiebre del Oro", hace su debut americano, venciendo a Billy MacCarthy en el 9 asalto, con una bolsa de 1.250$.
Estamos en una época donde tripulaciones de barcos enteras se amotinaban y anclaban en San Francisco (tenías que cruzar colas de hasta 40 barcos para pisar tierra), donde el alquiler de una simple mesa, para dormir una noche, costaba 10$.
En Nueva Orleans derriba a Arthur Uphan. "Lanky" Bob se merece una oportunidad.
En 1891, le llega la gloria, al derrotar al gran peso medio Jack "Nonpareil" Dempsey (en realidad se llamaba John Kelly), consiguiendo su primer título mundial. Son 13 asaltos infernales. Bob destroza la mandíbula del americano con su derecha, cavando una fosa en el lado derecho de Jack con su izda, cerrando la serie y reposicionándose. La salida de la serie siempre es un golpe de izda al mentón. Exhausto, Ko de pie, la esquina del americano acaba con el castigo lanzando la esponja. Fitzsimmmons trató varias veces que abandonase la pelea, viendo el tremendo castigo. "Un campeón no busca la salida. Si quieres que salga de la pelea, noquéame".
En 1892, Bob se enfrenta al tremendo peso pesado irlandés Peter Maher (18 libras de ventaja).
El tal Peter Maher había nacido en Irlanda, con sus casi 2 metros de altura y su tremenda envergadura, durante mucho tiempo se dijo que tenía la mejor derecha de los pesados. Como anécdota, decir que tuvieron que montar un ring exterior, a modo de "alambrada", para protegerse de las posibles algaradas.
Toda Nueva Orleans estuvo pendiente de la pelea.
Maher lo "madruga" a todo gas, desde el primer tañido de campana, arrollando con su cuerpo a un "Lanky" Bob entre sorprendido y aun fuera de la pelea. Se deja caer al suelo, tratando de enfriar el pleito, pero está tremendamente tocado... De repente, suena la campana. En la esquina de Bob, Joe Choynsky "fortuitamente" ha tropezado con la campana. Reina la confusión, Bob traga todo el aire posible, y trata de ordenar sus ideas. Sobrevive como puede al segundo asalto. Y como es costumbre en él, comienza a ir de menos a más. Hace añicos la nariz de Maher. En el 12, el árbitro para la pelea. La combinación final, define el boxeo de Fitz, un par de izdas al rostro, para cegar, finta rotativa a cintura completa, para evitar la derecha del rival y tomar recorrido, y finalmente cerrando con un derechazo con todo el peso.
Lo siguiente que hará Fitz, tomarse la revancha con Jem Hall, en Nueva Orleans, en sólo 4 asaltos.
Son tiempos turbulentos, y el hombre que le salvó, tocando prematuramente la campana, Joe Choynsky, es ahora su rival. Corre el año 1894, en Boston, Joe rueda por el suelo varias veces. Será la policía la que pare esta vez la pelea.
La lista de víctimas continúa con un compatriota suyo, Dan Creedom.
En 1896, Maher, ante la inactividad de Corbett, se autoproclama campeón de los pesados y vuelve a retar a Fitz. En Langtry, rodeado de Mejicanos, rangers de Tejas (el boxeo era ilegal, pero que importaba), Bob despacha por segunda vez a Maher, en un asalto.
EL HERRERO, EL PISTOLERO, Y EL MARINO
Estamos en una época donde tripulaciones de barcos enteras se amotinaban y anclaban en San Francisco (tenías que cruzar colas de hasta 40 barcos para pisar tierra), donde el alquiler de una simple mesa, para dormir una noche, costaba 10$.
En Nueva Orleans derriba a Arthur Uphan. "Lanky" Bob se merece una oportunidad.
En 1891, le llega la gloria, al derrotar al gran peso medio Jack "Nonpareil" Dempsey (en realidad se llamaba John Kelly), consiguiendo su primer título mundial. Son 13 asaltos infernales. Bob destroza la mandíbula del americano con su derecha, cavando una fosa en el lado derecho de Jack con su izda, cerrando la serie y reposicionándose. La salida de la serie siempre es un golpe de izda al mentón. Exhausto, Ko de pie, la esquina del americano acaba con el castigo lanzando la esponja. Fitzsimmmons trató varias veces que abandonase la pelea, viendo el tremendo castigo. "Un campeón no busca la salida. Si quieres que salga de la pelea, noquéame".
En 1892, Bob se enfrenta al tremendo peso pesado irlandés Peter Maher (18 libras de ventaja).
El tal Peter Maher había nacido en Irlanda, con sus casi 2 metros de altura y su tremenda envergadura, durante mucho tiempo se dijo que tenía la mejor derecha de los pesados. Como anécdota, decir que tuvieron que montar un ring exterior, a modo de "alambrada", para protegerse de las posibles algaradas.
Toda Nueva Orleans estuvo pendiente de la pelea.
Maher lo "madruga" a todo gas, desde el primer tañido de campana, arrollando con su cuerpo a un "Lanky" Bob entre sorprendido y aun fuera de la pelea. Se deja caer al suelo, tratando de enfriar el pleito, pero está tremendamente tocado... De repente, suena la campana. En la esquina de Bob, Joe Choynsky "fortuitamente" ha tropezado con la campana. Reina la confusión, Bob traga todo el aire posible, y trata de ordenar sus ideas. Sobrevive como puede al segundo asalto. Y como es costumbre en él, comienza a ir de menos a más. Hace añicos la nariz de Maher. En el 12, el árbitro para la pelea. La combinación final, define el boxeo de Fitz, un par de izdas al rostro, para cegar, finta rotativa a cintura completa, para evitar la derecha del rival y tomar recorrido, y finalmente cerrando con un derechazo con todo el peso.
Lo siguiente que hará Fitz, tomarse la revancha con Jem Hall, en Nueva Orleans, en sólo 4 asaltos.
Son tiempos turbulentos, y el hombre que le salvó, tocando prematuramente la campana, Joe Choynsky, es ahora su rival. Corre el año 1894, en Boston, Joe rueda por el suelo varias veces. Será la policía la que pare esta vez la pelea.
La lista de víctimas continúa con un compatriota suyo, Dan Creedom.
En 1896, Maher, ante la inactividad de Corbett, se autoproclama campeón de los pesados y vuelve a retar a Fitz. En Langtry, rodeado de Mejicanos, rangers de Tejas (el boxeo era ilegal, pero que importaba), Bob despacha por segunda vez a Maher, en un asalto.
EL HERRERO, EL PISTOLERO, Y EL MARINO
Ese mismo año, 1896, es testigo de una de las más delirantes historias del boxeo.
Tom Sharkey, nacido en Durdalk, (Irlanda), recabó en América, terminado su servicio en la Marina Real, buscando fortuna. Sharkey tenía una dudosa victoria ante Corbett, por descalificación. Era una roca, con una osamenta de Neardental, con un barco tatuado en el pecho que recordaba su pasado, una oreja izda de coliflor (claro ejemplo de por donde las tomaba) que era retocada en las fotografías de la época, de forma tan chapucera que parecía una mezcla de daguerrotipo y dibujo, prototipo del futuro "Popeye". Sacaba 20 libras al bueno de Bob. La pelea se escenificará en el Pabellón de Mecánicos de San Francisco, ante 15000 personas. |
Vamos a presentar al árbitro. El "tercer hombre" es, nada menos, que Wyatt Earp.
El famoso pistolero, reciclado en Marshall, que protagonizó con sus hermanos Virgil, Morgan y con Doc Holliday el famoso duelo de O.K. Corral. En 30 segundos, tras 17 disparos, en el poblado minero (10.000 almas dedicadas a la plata) de Tombstone había cuatro cadáveres y otros cuatro heridos graves. Aun agonizando, uno de los infortunados gritaba desde el suelo, "Pasarme más cartuchos". Earp sube al ring con su Smith & Wenson 44, "sin él me siento desnudo", regalo de un antiguo agente indio, Clumb, que fue su gran amigo, a parte de director del único diario de Tombstone, "El Epitafio" ( muy acertado el nombre). |
La pelea comienza.
Sólo la campana salva a Sharkey en el primer episodio. El gigante aguanta como puede un castigo bíblico. En el 8 asalto, el especial de Fitz, castigarte por fuera y luego ir por dentro al cuerpo, hace que Sharkey se cierre. Un hook de izda atomiza la mandíbula del marino. Se va al suelo, como de plomo.
Fitz se va al rincón, esperando la cuenta que ponga fin a su trabajo.
Earp se gira, y en vez de la lógica cuenta, descalifica a Bob por golpe bajo.
El escándalo es mayúsculo. Los fans de Bob irrumpen en el ring, .
Earp desabrocha su chaleco, y enseña la empuñadura de su pistola.
La visión del arma, aplaca los ánimos. La mirada del Marshall podría congelar todo el Caribe.
La explicación es sencilla. El astuto y artero Earp y el rincón de Sharkey han apostado, en sociedad, 10.000$ (en la época de los últimos de Filipinas, esa suma tenía mucho canto) por el marino. Las apuestas están 3-1 a favor de Bob, invicto desde su llegada a América. Se juegan, por tanto 40.000$. Buenos negocios hacen buenos amigos.
Bob apelará a la Corte, pero fue inútil. El boxeo era ilegal en California. La pistola del Marshall, el mazo del juez, habían podido con el martillo del herrero.
Earp siguió con sus negocios, sobre todo bares, pero no vió coronado su sueño, que Hollywood lo utilizara a él mismo para contar sus hazañas (reales e inventadas), aun asesorando al famoso Tom Mix. Murió en los Ángeles, en 1926.
BOB EN LOS PESOS MÁXIMOS
Sólo la campana salva a Sharkey en el primer episodio. El gigante aguanta como puede un castigo bíblico. En el 8 asalto, el especial de Fitz, castigarte por fuera y luego ir por dentro al cuerpo, hace que Sharkey se cierre. Un hook de izda atomiza la mandíbula del marino. Se va al suelo, como de plomo.
Fitz se va al rincón, esperando la cuenta que ponga fin a su trabajo.
Earp se gira, y en vez de la lógica cuenta, descalifica a Bob por golpe bajo.
El escándalo es mayúsculo. Los fans de Bob irrumpen en el ring, .
Earp desabrocha su chaleco, y enseña la empuñadura de su pistola.
La visión del arma, aplaca los ánimos. La mirada del Marshall podría congelar todo el Caribe.
La explicación es sencilla. El astuto y artero Earp y el rincón de Sharkey han apostado, en sociedad, 10.000$ (en la época de los últimos de Filipinas, esa suma tenía mucho canto) por el marino. Las apuestas están 3-1 a favor de Bob, invicto desde su llegada a América. Se juegan, por tanto 40.000$. Buenos negocios hacen buenos amigos.
Bob apelará a la Corte, pero fue inútil. El boxeo era ilegal en California. La pistola del Marshall, el mazo del juez, habían podido con el martillo del herrero.
Earp siguió con sus negocios, sobre todo bares, pero no vió coronado su sueño, que Hollywood lo utilizara a él mismo para contar sus hazañas (reales e inventadas), aun asesorando al famoso Tom Mix. Murió en los Ángeles, en 1926.
BOB EN LOS PESOS MÁXIMOS
Aun con las victorias sobre Maher, que se autoproclamaba campeón de los pesados, JJ Corbett es el peso pesado a batir. La pelea sufrirá varios retrasos.
Una vez debido al arresto de Bob, en un episodio muy turbio, donde un ajuste de cuentas se entrelaza con la muerte de un sparring, otra vez, al romperle Corbett la nariz, en público, a Bob, como muestra del amor que le profesaba.
La pelea, al fin se desarrolla en Carson City (Nevada), en 1897, ante 4.000 espectadores, de día para que las cámaras del recién nacido cine lo recoja.
Bob está en inferioridad física manifiesta (salvo en su medida de pecho). Tiene 34 años, frente a los 30 de su rival, que encima le saca 15 libras (Bob sólo pesa 156).
Rose, la mujer de "Lanky" Bob jugará un papel mucho más importante que el de mera espectadora.
Corbett desde el comienzo, lleva lo mejor de la pelea. Raya la cara de Fitzsimmons con tremendos golpes a la boca y a la nariz. La sangre, a borbotones, lo invade todo.
Rose no se queda cruzada de manos, se levanta, y mientras la esquina hace lo que puede para restañar las heridas, se acerca a su marido y le dará una corta orden de pelea. Le toca los guantes y sólo le dice "Clávaselos abajo, tómale el cuerpo". Lo repetirá cada vez que su marido vuelva a la esquina, como una salmodia.
En la sexta vuelta, Fitz sólo lucha por sobrevivir. Una izda le hace doblar las rodillas. Todo parece que acaba. Corbett falla intentando rematar el KO.
Pero, curiosamente, a partir de ese asalto, Corbett tiene un tremendo bajón, fruto del esfuerzo anterior, y amplificado por varios body-punch que Fitz logra colocar.
En el round 14, Frizt golpea al cuerpo a Corbett, y cambiando repentinamente de posición, saliendo con paso lateral a su derecha, para salir de la línea de fuego, y envía su famoso golpe, el hook de izda al plexo.
La cara de Corbett experimenta todos los cambios de tonalidades y colores posibles. Se levanta, pero en pleno colapso, no puede seguir.
Bob Fitzsimmons es el nuevo campeón de los pesados, uniendo así su segundo titulo mundial al de medios. Ha cobrado 15.000$, Corbett 10.000$, más 13.000$ a repartir de derechos, por el primer título mundial cinematografiado.
Fitzsimmons se paseará, durante 2 años, por todo el país, dedicado a... las variedades. Se me olvidaba decir que Rose, su esposa, era acróbata. Las audiencias adoraban a Bob. El libreto "El Honrado Herrero" fue un éxito.
EL CALDERERO DE LAS MONTAÑAS
Una vez debido al arresto de Bob, en un episodio muy turbio, donde un ajuste de cuentas se entrelaza con la muerte de un sparring, otra vez, al romperle Corbett la nariz, en público, a Bob, como muestra del amor que le profesaba.
La pelea, al fin se desarrolla en Carson City (Nevada), en 1897, ante 4.000 espectadores, de día para que las cámaras del recién nacido cine lo recoja.
Bob está en inferioridad física manifiesta (salvo en su medida de pecho). Tiene 34 años, frente a los 30 de su rival, que encima le saca 15 libras (Bob sólo pesa 156).
Rose, la mujer de "Lanky" Bob jugará un papel mucho más importante que el de mera espectadora.
Corbett desde el comienzo, lleva lo mejor de la pelea. Raya la cara de Fitzsimmons con tremendos golpes a la boca y a la nariz. La sangre, a borbotones, lo invade todo.
Rose no se queda cruzada de manos, se levanta, y mientras la esquina hace lo que puede para restañar las heridas, se acerca a su marido y le dará una corta orden de pelea. Le toca los guantes y sólo le dice "Clávaselos abajo, tómale el cuerpo". Lo repetirá cada vez que su marido vuelva a la esquina, como una salmodia.
En la sexta vuelta, Fitz sólo lucha por sobrevivir. Una izda le hace doblar las rodillas. Todo parece que acaba. Corbett falla intentando rematar el KO.
Pero, curiosamente, a partir de ese asalto, Corbett tiene un tremendo bajón, fruto del esfuerzo anterior, y amplificado por varios body-punch que Fitz logra colocar.
En el round 14, Frizt golpea al cuerpo a Corbett, y cambiando repentinamente de posición, saliendo con paso lateral a su derecha, para salir de la línea de fuego, y envía su famoso golpe, el hook de izda al plexo.
La cara de Corbett experimenta todos los cambios de tonalidades y colores posibles. Se levanta, pero en pleno colapso, no puede seguir.
Bob Fitzsimmons es el nuevo campeón de los pesados, uniendo así su segundo titulo mundial al de medios. Ha cobrado 15.000$, Corbett 10.000$, más 13.000$ a repartir de derechos, por el primer título mundial cinematografiado.
Fitzsimmons se paseará, durante 2 años, por todo el país, dedicado a... las variedades. Se me olvidaba decir que Rose, su esposa, era acróbata. Las audiencias adoraban a Bob. El libreto "El Honrado Herrero" fue un éxito.
EL CALDERERO DE LAS MONTAÑAS
Jim Jeffries nació en Caroll, en las montañas de Ohio, en 1875, de familia de raíces normandas-holandesas.
Con 17 años, pasaba de los dos metros, y pesaba 220 libras de puro músculo. Podía alegremente levantar las baldosas de la acera a su paso. Su familia se muda a California, y él comienza a trabajar de calderero, en la floreciente industria del metal. Compagina su trabajo como sparring de Corbett, en su preparación contra Fitz.
A pesar de su aspecto hosco, circunspecto, Jeffries se entrena bien, sabe que un boxeador vale lo que vale su entrenamiento, sabe moverse, y tiene una magnifica defensa, con un clinch muy interesante y una gran capacidad de pesar encima al rival. La pegada se le supone, pero es la capacidad de resistencia lo que caracteriza a Jeffries.
Con sólo 5 peleas, su mánager, Brady confía en él para que venza a Fitz. (confía, pero lo justo, pues apostara 5.000 $ a Bob, cuando las apuestas están 10-6 a favor del pecoso herrero). Corre el rumor de que Jeffries es lento, ante Amnstrong no ha brillado (pocos lo saben, pero peleó con las manos dañadas). Esos rumores, tan pocas peleas, una buena bolsa, convencen a Fitz para su vuelta. Estamos en 1899. La pelea se escenifica en Coney Island.
Tommy Ryan, peso welter, entrenador de Jeffries, es un experto en guerra sicológica. Un día antes de la pelea, con la excusa de hablar de las reglas, hace que se reúnan Fitz y Jeffries, todo regado con champaña.
Es una trampa. Lo primero que hará Jeffries es apretar la mano de Fitzsimmons. Apretar es un eufemismo. Literalmente estruja la mano del herrero, que se queda horrorizado con tal tenaza. 20.000 voltios recorren, desde su mano, todo su cuerpo. Pero no basta. Jeffries, por orden de Ryan, demuestra su deportividad dando un abrazo a Fitz. Ya no sólo es la descarga, la misma Torre de Alta Tensión se aproxima a Fitz, que con ojos como platos, ve como es abrazado, aplastado, comprimido, asfixiado por el abrazo del oso. Queda patente la altura y la fuerza. Lo mismo para despedirse. Aquella noche, Fitz tuvo pesadillas. Deberían aprender tipos como Tyson. Y encima quedando como un señor. Uno de los apodos de Jeffries era "Oso Grizzly" tanto por su tamaño, como por la cantidad de pelo que tenía por el cuerpo.
38 libras separan a ambos, aun teniendo en cuenta que Fiztsimmons pesa ya 167 libras, y Jeffries está bien entrenado. Bob tiene 36 años, Jim 24.
Si la primera impresión fue brutal, dentro del ring será mucho peor. El segundo asalto marca lo que será el resto de la pelea. Con una izda larga alcanza a Bob, finta de nuevo y con la misma mano, golpea en el mismo sitio. Jeffries no es el típico boxeador de uno-dos. De repente, el montañés envía un derechazo con todas sus 205 libras detrás. El árbitro, Ed Gain, desgrana una cuenta tan lenta, que parece que aplica decimales. La sangre rueda hasta por la espalda.
En el 11 asalto, y a pesar de que Fitz ha abierto a Jeffries, una andanada del calderero decide el combate.
Pero no será la última vez que se vean las caras. Victorias sobre Jim Daly, Dunkhost, Ruhlin y otra vez Sharkey suben a Bob al candelero.
En 1902, con 39 años, se escenifica la revancha.
Será en San Francisco. Fitzsimmons boxeará primero a distancia, abriendo las cejas y rompiendo la nariz al calderero, cegado por su propia sangre. Se rumoreó el uso de Emplaste de París en los vendajes de Bob. Lo cierto es que Fitzsimmons se dedicó durante 8 asaltos a entrar salir, reírse y burlarse de un Jeffries muy disminuido. Una vez más, la máxima de que en pesados una sola mano cambia el combate, se cumple. En el 8 ese milagro de resistencia llamado Jeffries, alcanza con una derecha a Bob, que se cierra. La izda al mentón acaba con la pelea. Los diez pueblos de ventaja que le había sacado Bob ya no cuentan. En el boxeo sólo importa quien ríe el último. El odio bien controlado, puede proporcionar el placer supremo. Es el fin para la carrera de Bob Fitzsimmons, aunque se obceque en seguir. No está de acuerdo con Montero, en que vivir es aprender a doblar banderas.
EL MARINO CONTRA EL CALDERERO
Con 17 años, pasaba de los dos metros, y pesaba 220 libras de puro músculo. Podía alegremente levantar las baldosas de la acera a su paso. Su familia se muda a California, y él comienza a trabajar de calderero, en la floreciente industria del metal. Compagina su trabajo como sparring de Corbett, en su preparación contra Fitz.
A pesar de su aspecto hosco, circunspecto, Jeffries se entrena bien, sabe que un boxeador vale lo que vale su entrenamiento, sabe moverse, y tiene una magnifica defensa, con un clinch muy interesante y una gran capacidad de pesar encima al rival. La pegada se le supone, pero es la capacidad de resistencia lo que caracteriza a Jeffries.
Con sólo 5 peleas, su mánager, Brady confía en él para que venza a Fitz. (confía, pero lo justo, pues apostara 5.000 $ a Bob, cuando las apuestas están 10-6 a favor del pecoso herrero). Corre el rumor de que Jeffries es lento, ante Amnstrong no ha brillado (pocos lo saben, pero peleó con las manos dañadas). Esos rumores, tan pocas peleas, una buena bolsa, convencen a Fitz para su vuelta. Estamos en 1899. La pelea se escenifica en Coney Island.
Tommy Ryan, peso welter, entrenador de Jeffries, es un experto en guerra sicológica. Un día antes de la pelea, con la excusa de hablar de las reglas, hace que se reúnan Fitz y Jeffries, todo regado con champaña.
Es una trampa. Lo primero que hará Jeffries es apretar la mano de Fitzsimmons. Apretar es un eufemismo. Literalmente estruja la mano del herrero, que se queda horrorizado con tal tenaza. 20.000 voltios recorren, desde su mano, todo su cuerpo. Pero no basta. Jeffries, por orden de Ryan, demuestra su deportividad dando un abrazo a Fitz. Ya no sólo es la descarga, la misma Torre de Alta Tensión se aproxima a Fitz, que con ojos como platos, ve como es abrazado, aplastado, comprimido, asfixiado por el abrazo del oso. Queda patente la altura y la fuerza. Lo mismo para despedirse. Aquella noche, Fitz tuvo pesadillas. Deberían aprender tipos como Tyson. Y encima quedando como un señor. Uno de los apodos de Jeffries era "Oso Grizzly" tanto por su tamaño, como por la cantidad de pelo que tenía por el cuerpo.
38 libras separan a ambos, aun teniendo en cuenta que Fiztsimmons pesa ya 167 libras, y Jeffries está bien entrenado. Bob tiene 36 años, Jim 24.
Si la primera impresión fue brutal, dentro del ring será mucho peor. El segundo asalto marca lo que será el resto de la pelea. Con una izda larga alcanza a Bob, finta de nuevo y con la misma mano, golpea en el mismo sitio. Jeffries no es el típico boxeador de uno-dos. De repente, el montañés envía un derechazo con todas sus 205 libras detrás. El árbitro, Ed Gain, desgrana una cuenta tan lenta, que parece que aplica decimales. La sangre rueda hasta por la espalda.
En el 11 asalto, y a pesar de que Fitz ha abierto a Jeffries, una andanada del calderero decide el combate.
Pero no será la última vez que se vean las caras. Victorias sobre Jim Daly, Dunkhost, Ruhlin y otra vez Sharkey suben a Bob al candelero.
En 1902, con 39 años, se escenifica la revancha.
Será en San Francisco. Fitzsimmons boxeará primero a distancia, abriendo las cejas y rompiendo la nariz al calderero, cegado por su propia sangre. Se rumoreó el uso de Emplaste de París en los vendajes de Bob. Lo cierto es que Fitzsimmons se dedicó durante 8 asaltos a entrar salir, reírse y burlarse de un Jeffries muy disminuido. Una vez más, la máxima de que en pesados una sola mano cambia el combate, se cumple. En el 8 ese milagro de resistencia llamado Jeffries, alcanza con una derecha a Bob, que se cierra. La izda al mentón acaba con la pelea. Los diez pueblos de ventaja que le había sacado Bob ya no cuentan. En el boxeo sólo importa quien ríe el último. El odio bien controlado, puede proporcionar el placer supremo. Es el fin para la carrera de Bob Fitzsimmons, aunque se obceque en seguir. No está de acuerdo con Montero, en que vivir es aprender a doblar banderas.
EL MARINO CONTRA EL CALDERERO
Con sólo 5 meses de diferencia al primer encuentro de Bob y Jeffries, este último se enfrentó al marino Tom Sharkey. La pelea se escenificó en Coney Island. Será un clásico dentro de las peleas duras.
Era un día de por sí caluroso. Lo terrible fue que seria la primera pelea que se filmaría en interior, y para ello, se utilizarían 400 lamparas de 200 vatios de potencia, a escasa distancia del ring.
El ring fue un horno. El propio árbitro, Siler, pidió un sombrero para protegerse. En el 2ª asalto, Sharkey se va al suelo de un uppercut. La pelea será una toma y daca (en el 17 round, Jeffries está a punto de irse al tapiz). La resistencia, la defensa al clinch y pesando sobre el rival, y porque no, la adaptación a los hornos de Jeffries, le dan la victoria.
En el round 25, tras un brutal intercambio, el árbitro levanta la mano a Jeffries.
Sharkey tiene dos costillas rotas, laceraciones por todo el cuerpo, y es enviado directamente al hospital. Jeffries, con un hombro dislocado, ha perdido más de 20 libras con la sudoración. La policía lo retiene, cabe la posibilidad de que Sharkey no sobreviva. La deshidratación, y hasta las quemaduras, agravan el castigo de los golpes.
"Un hombre tan bravo como Sharkey no debería morir", es lo que repite Jeffries. Al final, Sharkey se recuperó. Curiosamente, desde ese día, ambos boxeadores fueron amigos inseparables. Quizás tenga razón aquel que dice que, la pelea, es el último estadio de la comunicación.
Jeffries hará tremendas peleas, con Corbett entre otros, y saldrá del retiro para enfrentarse a Jack Johnson, en un come-back erróneo.
Siempre se le recordará como el hombre serio, circunspecto, boxeador bien entrenado y resistente, que en la 1ª Guerra Mundial servirá en el regimiento de fusileros de Canadá, con un comportamiento heroico, pero guardando un anonimato por respeto a sus camaradas. Un hombre de una sola pieza, pero de hierro.
EL CREPÚSCULO DEL HERRERO
Era un día de por sí caluroso. Lo terrible fue que seria la primera pelea que se filmaría en interior, y para ello, se utilizarían 400 lamparas de 200 vatios de potencia, a escasa distancia del ring.
El ring fue un horno. El propio árbitro, Siler, pidió un sombrero para protegerse. En el 2ª asalto, Sharkey se va al suelo de un uppercut. La pelea será una toma y daca (en el 17 round, Jeffries está a punto de irse al tapiz). La resistencia, la defensa al clinch y pesando sobre el rival, y porque no, la adaptación a los hornos de Jeffries, le dan la victoria.
En el round 25, tras un brutal intercambio, el árbitro levanta la mano a Jeffries.
Sharkey tiene dos costillas rotas, laceraciones por todo el cuerpo, y es enviado directamente al hospital. Jeffries, con un hombro dislocado, ha perdido más de 20 libras con la sudoración. La policía lo retiene, cabe la posibilidad de que Sharkey no sobreviva. La deshidratación, y hasta las quemaduras, agravan el castigo de los golpes.
"Un hombre tan bravo como Sharkey no debería morir", es lo que repite Jeffries. Al final, Sharkey se recuperó. Curiosamente, desde ese día, ambos boxeadores fueron amigos inseparables. Quizás tenga razón aquel que dice que, la pelea, es el último estadio de la comunicación.
Jeffries hará tremendas peleas, con Corbett entre otros, y saldrá del retiro para enfrentarse a Jack Johnson, en un come-back erróneo.
Siempre se le recordará como el hombre serio, circunspecto, boxeador bien entrenado y resistente, que en la 1ª Guerra Mundial servirá en el regimiento de fusileros de Canadá, con un comportamiento heroico, pero guardando un anonimato por respeto a sus camaradas. Un hombre de una sola pieza, pero de hierro.
EL CREPÚSCULO DEL HERRERO
Tras su segunda derrota con Jeffries, los mejores años han pasado para Bob.
En 1903, derrota en 20 asaltos a George Gadner en San Francisco. Consigue así el titulo mundial de los semipesados, recientemente constituido, ese mismo año. El peso surge por los problemas de un peso medio, Jack Root, para pelear con Jeffries. Un hombre de negocios, Houseman, logra crear la categoría (Kid MacCoy, uno de los primeros campeones, hombre de color, tuvo 8 esposas, y asesinó a 9 mujeres).
Su 3er título en 3 categorías. Será el primero en lograrlo. Gadner tiene 27 años, Bob 41. La victoria ha sido a los puntos, en 20 asaltos muy igualados. Bob ostentará el récord, con sus 41 años, de campeonato logrado en edad avanzada
En diciembre de 1905, Bob pierde por Ko, en el 13 round, ante el magnífico Filadelfia Jack O´Brien. Un boxeador científico.
Jack Johnson lo noqueará en 2 asaltos, en 1907. Vuelve a Australia, donde pelea con el campeón de dicho país, Bill Lang. Estamos en 1909, y logra noquearlo en 12 rondas. Bob tiene 46 años. Será su ultima gran pelea.
El broche final, lo hará en Pennsylvania, un nulo a 6 asaltos con un tal Dan Sweeny. Tenía 52 años.
El retiro lo emplea para dedicarse al vodevil y las variedades. Hacer lo que toda su vida ha hecho, volver a lugares donde nunca ha estado, regresar siempre al punto de partida.
En Chicago, en Octubre de 1917, deja este Valle de Lágrimas. Tenía 57 años. La gripe acaba con mas boxeadores que el propio boxeo.
En 1903, derrota en 20 asaltos a George Gadner en San Francisco. Consigue así el titulo mundial de los semipesados, recientemente constituido, ese mismo año. El peso surge por los problemas de un peso medio, Jack Root, para pelear con Jeffries. Un hombre de negocios, Houseman, logra crear la categoría (Kid MacCoy, uno de los primeros campeones, hombre de color, tuvo 8 esposas, y asesinó a 9 mujeres).
Su 3er título en 3 categorías. Será el primero en lograrlo. Gadner tiene 27 años, Bob 41. La victoria ha sido a los puntos, en 20 asaltos muy igualados. Bob ostentará el récord, con sus 41 años, de campeonato logrado en edad avanzada
En diciembre de 1905, Bob pierde por Ko, en el 13 round, ante el magnífico Filadelfia Jack O´Brien. Un boxeador científico.
Jack Johnson lo noqueará en 2 asaltos, en 1907. Vuelve a Australia, donde pelea con el campeón de dicho país, Bill Lang. Estamos en 1909, y logra noquearlo en 12 rondas. Bob tiene 46 años. Será su ultima gran pelea.
El broche final, lo hará en Pennsylvania, un nulo a 6 asaltos con un tal Dan Sweeny. Tenía 52 años.
El retiro lo emplea para dedicarse al vodevil y las variedades. Hacer lo que toda su vida ha hecho, volver a lugares donde nunca ha estado, regresar siempre al punto de partida.
En Chicago, en Octubre de 1917, deja este Valle de Lágrimas. Tenía 57 años. La gripe acaba con mas boxeadores que el propio boxeo.
No deja de ser una historia salvaje de un tiempo salvaje. Muy al gusto de mi amigo Laramie, al cual va dedicada.
Texto de : Francisco Menéndez Campa
como podemos ver, lo de la guardia baja no ha sido cosa ni de Floyd, ni de Jones Jr, ni mucho menos de Maravilla...
ResponderEliminar