martes, 29 de noviembre de 2011

UN MODELO DE PROGRAMA MENTAL PRÁCTICO PARA EL BOXEO



"Si tus rivales utilizan tácticas equivocadas, no les distraigas." (NAPOLEÓN)

Nadie discute la grandeza de NAPOLEÓN como genio táctico militar. Personalmente pienso que cuando el boxeo deje de ser un deporte exclusivamente de "testiculina" y se parezca más a una partida de ajedrez, podremos utilizar sobre todo, algo que parece un atributo importante en el ser humano "la inteligencia". La inteligencia en nuestro deporte es la táctica y la pregunta que subyace es ¿cómo le peleo a... con las habilidades que tengo? El reto está en saber leer un combate, interpretarlo mediante un código simbólico para poder acceder a un nivel superior de inteligencia. La "testiculina" es necesaria, pero no suficiente en el alto rendimiento. Por supuesto que existe la suerte, pero ésta también depende del número de papeletas que tengo para poder conseguir el premio. Lo que no queremos es "mala suerte", la suerte para las quinielas.

En los capítulos anteriores vimos como nosotros, los entrenadores, podemos con nuestro comportamiento potenciar y manipular unas habilidades psicológicas de nuestros alumnos que redundarán en mejorar su autoconfianza y trabajo en el ring. En este capítulo vamos a ver como darle sentido, cara a una competición, para poder contar con los recursos tácticos del boxeador, en otras palabras, para intentar poder hacer del combate de boxeo una partida de ajedrez.

Si mi pupilo no me hace caso porque está muy ansioso, si no focaliza correctamente los estímulos relevantes para el rendimiento, si está más pendiente de lo que siente que de lo que hace, si nosotros sólo le gritamos y criticamos... estamos jugando a la suerte. Por eso, insisto, la competición de pago, los campeonatos, los combates profesionales... etc, los boxeadores participantes, deben tener unas habilidades mentales y técnico-tácticas mínimas, si no las tienen no podrán evaluar el trabajo realizado, aprender de sus errores y mejorar, bajo un criterio, su actuación para el próximo compromiso.

Como entrenador, cuando apliqué mis primeras programaciones a los deportes de combate hace más de 15 años, descubrí que era mejor un mal método aplicado con determinación, que el mejor del mundo aplicado con dudas. También cuando apliqué mis primeros "paquetes" de preparación física académica adaptados a los deportes de combate, descubrí que la especificidad de estos deportes es a veces incompatible con ella y que el preparador de toda la vida, sin estudios, sacaba boxeadores con un rendimiento físico mejor que los míos y además, ellos en su vida habían corrido un kilómetro o realizado pesas.

Psicológicamente, cuando una persona realiza una conducta, aunque actúa como una totalidad cuerpo y mente, utilizamos una triple lectura que nos da una idea bastante fiel del "campo psicológico" del atleta.

El primer plano, el COGNITIVO, tiene que ver con lo puramente mental, los pensamientos que tiene el boxeador.

El segundo plano, el EMOCIONAL (fisiológico-afectivo), está relacionado con lo que siente, con lo puramente fisiológico.

El tercer plano, el COMPORTAMENTAL, nos dice lo que hace.

El plano comportamental es determinante para el rendimiento en nuestro deporte, mientras que el emocional y el cognitivo, potencian o contaminan al primero. "Las buenas sensaciones" y "las buenas intenciones", si no van acompañadas de las conductas relevantes, no sirven de nada cara a la consecución del éxito de la tarea. Eso sí, fracasaremos pero estaremos contentos, claro que ese consuelo no nos sirve si nos jugamos una medalla olímpica.

Tenemos al boxeador preparado, sabemos con qué rival peleará y el combate es dentro de dos días. Cada día que pasa, se pondrá más nervioso (la ansiedad se dispara de forma exponencial el último día o noche anterior a la pelea) y queremos maximizar sus recursos cara al evento. ¿Qué hacer?

Lo primero que hacemos es dejarle claro que su actuación es UN TRABAJO, y que su trabajo es, sobre todo, realizarlo paso por paso, cada cosa en su momento, sin importar lo que pase finalmente. Antes de realizar el calentamiento, la actuación del atleta debe ser la siguiente:

ACTUACIÓN: Descansar, distraerse, pasear...
ATENCIÓN: Foco externo e interno no relevante, ni relacionado con la tarea.
SENSACIÓN: Alteraciones orgánicas. Ignorar porque son necesarias. Reinterpretación de la tensión como miedo.

El trabajo del boxeador cara a la competición, empieza propiamente con el calentamiento, y a partir de este momento la actuación del púgil está secuencializada, sabiendo en todo momento lo que debe hacer y hacerlo paso a paso.

EL CALENTAMIENTO
ACTUACIÓN: Las cosas las hace en un orden (RITUAL) para no olvidarse nada. Vendarse, ajustarse el material, calentamiento y estiramientos protocolarizados, sombra, repaso de su trabajo... etc.

ATENCIÓN: Su cabeza en el presente y en lo que está haciendo. Foco externo reducido. Si la "olla" se le va, que vuelva a prestar atención a lo que está haciendo. El futuro y el pasado son irrelevantes para su rendimiento y ahora mismo podrían distraerle de su trabajo, aumentando indeseablemente su nivel de tensión y de ansiedad.

SENSACIÓN: Alteraciones orgánicas. Ignorar. "El miedo forma parte del espectáculo". Desdramatizar.

DURANTE LA COMPETICIÓN
Las competiciones de boxeo son de carácter cíclico, es decir que el boxeador se va a enfrentar a una serie de asaltos, con períodos de descanso en un número determinado. Por eso, de forma general distinguimos los asaltos de competición, de los tiempos muertos que son muy interesantes para ajustar la actuación del púgil en función de las contingencias de la competición.



ASALTOS INICIALES DE COMPETICIÓN
ACTUACIÓN: Realización del trabajo programado (táctica). Ejecución correcta del gesto (velocidad, tono), precisión y eficacia del mismo, coordinación, fluidez en las mismas, y superación de contingencias de competición (Recursos defensivos, timming...).

ATENCIÓN: Presente. Estímulos relevantes para el boxeo (distancia, desplazamiento, inicio del gesto, huecos, guardia... etc). Foco de atención externo reducido (zoom): más amplio para labores de ataque y más reducido para las defensivas.

SENSACIÓN: Ignorar. Si el boxeador está atento a los estímulos de la competición, durante algunas fases estará CONCENTRADO, con lo que no tendrá sensaciones. En todo caso, las sensaciones son un elemento distractor en competición que hacen que el boxeador esté más atento a lo que le pasa, que a lo que hace o le va a hacer su rival.

TIEMPO MUERTO
ACTUACIÓN: Recuperación del boxeador: Respiración profunda, restañar heridas... etc. Instrucciones o autoinstrucciones de la esquina para rectificar su actuación, si fuera necesario, o hacer hincapié en otros elementos del combate. Si el boxeador está jadeando, va a ser muy difícil que se entere de lo que le decimos, porque su deficiente oxigenación del cerebro no le permite procesar correctamente la información. Por lo tanto el primer objetivo es que recupere la respiración abdominal.



ATENCIÓN: Presente. Foco externo reducido a las instrucciones del coach, o a su propia recuperación.

SENSACIÓN: Ignorar.

ASALTOS FINALES DEL COMBATE
ACTUACIÓN: Realización del trabajo en función de los recursos o carencias del rival (huecos). Búsqueda de la máxima eficacia del mismo, y superación de contingencias de competición ( heridas, cansancio, actuación del público...).

ATENCIÓN: Estímulos definitivos para terminar el combate. Presente. Estímulos relevantes (errores de distancia, cerrar el desplazamiento, huecos, guardia... etc). Foco de atención externo reducido (zoom): más amplio para labores de ataque y más reducido para las defensivas.

SENSACIÓN: Ignorar.

DESPUÉS DE LA COMPETICIÓN

En los momentos siguientes a la competición, el boxeador tiene la sensación de que todo lo hizo bien o todo lo hizo mal. Como entrenadores, para ayudar en el progreso del púgil, debemos distinguir varias fases:

UNA PRIMERA FASE, que lo constituyen los momentos siguientes al combate, dónde la prioridad es recuperar al boxeador, que se abrigue, duche... etc. En ese momento en su mente hay un FILTRAJE POSITIVO O NEGATIVO de la situación que le impide analizar fríamente su trabajo. Por eso, lo primero felicitarlo por estar ahí, intentándolo y dejarle claro que a pesar de que ahora no es el momento de analizar nada, hizo cosas bien y otras que hay que mejorar.

EN UNA SEGUNDA FASE, ya tranquilos (posiblemente un par de días después del evento), realizamos un ANÁLISIS DE SU ACTUACIÓN DEPORTIVA, que consta de las siguientes categorías:

LO QUE HICE BIEN:
COMPORTAMIENTO: Destacamos con video les ejecuciones tácticas y combinaciones o trabajos técnicos exitosos, ritmo, desplazamiento... etc, para que tenga una visión real del mismo y una relación de causa-efecto entre lo que hizo y las consecuencias.

SENSACIONES: Nos cuenta lo que sentía, y ve como en el video su actuación es bastante ajena a sus sensaciones, salvo casos extremos (Pánico o Ira) en los que pierde el control. De esta manera vamos desmontando el chantaje de las sensaciones como predicciones de su futuro rendimiento.

CONCENTRACIÓN: Nos cuenta a qué estaba atento y cómo maneja el foco externo-reducido. Incluso nos puede destacar momentos de CONCENTRACIÓN, que constituyen una motivación intrínseca para nuestro deporte. Si ha alcanzado estados de concentración, tuvo momentos DE ESTADOS ESPECIALES DE CONCIENCIA, que podemos comentar y analizar estímulos disparadores y de mantenimiento del mismo.

ERRORES:
COMPORTAMIENTO: En el video vemos claramente desplazamientos torpes o equivocados, guardias bajas, series deslavazadas, tácticas equivocadas... precipitación de fatiga. Mostramos relaciones de causa-efecto entre los errores y el rendimiento alcanzado y le damos alternativas.

SENSACIONES: Analizamos momentos emocionales muy fuertes del combate (Pánico, Ira) y como correlacionan con los comportamientos arriba señalados. En otras palabras le mostramos la relación entre la pérdida de atención externa reducida (porque su foco de atención se va a lo que está sintiendo o las consecuencias de lo que hace) y el bajo rendimiento. Le mostramos lo que tiene que hacer para superar estos momentos de pérdida de control en su trabajo.

CONCENTRACIÓN: Destacamos, analizando el video, los focos o estímulos que le hacen perderla y lo que tiene que hacer para evitar en el futuro estas situaciones.

PRÓXIMAS METAS Y TRABAJOS.
En función de lo analizado anteriormente, planteamos trabajos y metas para el futuro inmediato.

Una última reflexión sobre las "competiciones serias". Cuando se está ganando los combates, nunca hay problemas pero cuando se pierden, aparecen y se magnifican éstos. Por ello, al margen de la victoria o derrota, para no menoscabar la autoconfianza y determinación del boxeador, se debería hacer un análisis del trabajo hecho en los términos arriba señalados. Desgraciadamente el pensamiento "valgo si gano", tan extendido en alta competición es incompatible con el de "debo esforzarme más para ganar" que es el que debe tener un competidor.

Las "rachas", tan importantes para pronosticar el futuro inmediato de un púgil, y bastante fiables en el campo de las apuestas, no nos sirven para mejorar los recursos del boxeador y sus posibilidades de actuación en el futuro. Todos conocemos historias de boxeadores que empezaron en el campo pugilístico perdiendo y a la postre se consagraron como grandes campeones, o por lo menos como boxeadores de calidad. Esa "calidad" mental de confianza y capacidad de análisis, esa capacidad de "resurgir de las cenizas", también puede aprenderse, y depende más de nosotros de lo que creemos.



Texto de : Manel Martínez
Edicion :  Boxing is Life

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