domingo, 21 de agosto de 2011

EL PROCESO DE ENCUENTRO



Para el desconocedor de este deporte, el proceso de encuentro (ataque-defensa-contra) lo resume generalmente en un inopinado intercambio de pura fuerza bruta, sin el mínimo atisbo de contemplación. Para cualquier buen aficionado, o practicante, la realidad es totalmente distinta. La aptitud mental, la maraña de gestos que se intercambian, el tipo de combinaciones, la zona del ring donde se realiza ese encuentro, todo eso tiene un significado para un experto, que va valorando en el proceso de análisis del boxeador.
Aptitud Mental: Los procesos mentales del ataque en competiciones son complejísimos, ya que a la ejecución física del ataque se debe sumar el tremendo estrés de combate (procesos químicos como la trasformación de norandrolina en adrenalina, descompesación coordinadora de todo el flujo de hormonas que descompensan el balance actina-miosina muscular, etc). El ring siempre impone, y el papel de la preparación mental es fundamental en una actividad de "aquí y ahora" como es el boxeo. Boxeadores como Steve Collins recurren a sistemas de desensibilización mental (mediante unos procedimientos mentales se tratan de que el deportista acepte el esfuerzo aun por encima de la barrera real, un método utilizado por Induráin), pero que al irlandés le acuñó el comentario de Chris Eubank de no volver a pelear más con él, por miedo a matarlo, así de suicida era su conducta.
Y es indudable (incluso deseable) que el púgil tenga un nivel de ansiedad, para Oxedine el nivel óptimo será el 3 (máximo 5 para sprints, halterofilia. Mínimo 1, tiro con arco). El nivel de ansiedad tiende a disminuir desde el principio de la competición (en profesionalismo la capacidad de disipación de ansiedad somática es mayor). La influencia negativa de la ansiedad provoca desvíos de atención. Y es importante distinguir la ansiedad cognitiva (el homo sapiens, sabe de la futura contienda, y esa ansiedad le acompaña "in crescendo" en la última semana, pasando por diferentes estados de ánimo) y la ansiedad somática donde se activan las señales de alerta, una aliada si se domina, una enemiga dañina si no se controla.
Estos estados anímicos no se desarrollan en el ambiente de camaradería del gimnasio, pero pesan muchísimo sobre todo en los primeros encuentros deportivos y deben ser tenidos muy en cuenta por los preparadores. En el caso de los púgiles más experimentados, aquellos que saben que el pensar antes de actuar interfiere en el rendimiento, las consecuencias del Tracking (asi llamaremos al bloqueo mental) son contrarrestadas por el mantenimiento de de un estado somático que los preparadores llaman la "Zona".
La ZonaLa Zona es un estado de alto rendimiento deportivo, con bajos ritmos cardíacos y respiratorios que tratan de nivelar los vaivenes del combate. Las frecuencias cerebrales deben encontrarse entre 8 y 13 hetz. (un esfuerzo sub-máximo de levantamiento de potencia puede llegar a umbrales de 45 htz., pues el máximo sólo se logra con descargas eléctricas).
La coexistencia de los opuestos descanso-alerta evitan la distorsión de atención, permiten la acción de células musculares ST (lentas, de activación en umbrales de 0.80 seg, cuya fuente de alimentación es el oxígeno, aplicables a movimientos de resistencia), asociadas con movimientos de potencia donde la células musculares FT (explosivas, apoyadas en la combustión de glucógeno, activándose en 0,30 seg).
En esta "Zona" se debe encuadrar la respiración de combate (diafragmática, enfocada a la absorción del impacto del rival y a la tetanización muscular de nuestro golpe, acoplada a los amortiguadores corporales, rodillas, tobillos, cintura...), con el típico movimiento postural de equilibrio dinámico (pase del peso de un pie a otro, dispuesto a salir en cualquier dirección). Estamos hablando de aplicaciones de fuerza explosivas de entre 0.1 y 0.3 seg, en apoyo de pie, y velocidades de 0.150 seg en jabs, con tomas de contacto con el blanco de 0.150 seg (más se considera empujón). Todos estos conceptos dan de por si para un artículo por separado.
Pero siguiendo con el proceso mental del encuentro, es importante señalar que el púgil novato comienza con movimientos activos (o sólo ataca o sólo defiende, pero muy rara vez contra, y a la prueba de los choques entre novatos me remito), para pasar a movimientos Reactivos Anticipatorios.
Si un jab llega en 0.150 seg y la reacción más enérgica de respuesta se puede dar en 0.300 seg (y tras años de entreno) deja claro la presión temporal (timing para los ingleses, maai para los japoneses) en la que se mueve este deporte. El púgil experto pronostica, no reacciona.
Un ejemplo de boxeador golpeador (Chávez) emplea el tiro por deflexión, como los aviadores de los comienzos, como el guepardo que anticipa el giro de la gacela para cortarlo, como el martín pescador... Al golpeador lo que le importa es donde está el blanco cuando el golpe llega (a diferencia del novato, que va acompañando al rival y modificando la trayectoria), no donde está cuando lo tira. Chávez, después de un minucioso trabajo, pronostica donde estará la cara del rival cuando su golpe llegue, envía su recto de derecha al cuello, a sabiendas que el rival por mero instinto de supervivencia se agachará. Chávez se mueve poco, siempre en su Zona (es difícil cazar un gamo con un bazooka (o una derecha apoyada) si el cazador también se mueve). No malgasta su frescura muscular ni nerviosa.
Y no digamos nada ya del contrador (como el golpeador, tiene una intensidad de combate baja). Ahí las formulaciones de esperas, la evaluación de presión temporal (recogiendo datos anticipatorios como: posición respectiva de él y el rival, ángulos y huecos de las guardias, golpes y gestos preferidos del rival, apoyos de piernas), trazando un mapa de probabilidades y de operaciones subsiguientes. La contra tiene la dificultad añadida del incremento de velocidad de las dos fuerzas en sentido contrario.
Contradores de una sola mano,como Carlos Monzón, explotan la capacidad de provocar una situación propicia, para colocar su contra (su típica mano atrasada, por dentro, cuando la mano del rival ya partió). El aprendizaje y luego la práctica consiguen identificar patrones constatantes de situación.
Cuando la presión temporal es acuciante, el boxeador sometido al caos de la pelea, a fin de ganar tiempo para la respuesta, utiliza los BACKSWINGS (movimientos de balanceo, fuera de distancia, que le permiten ver huecos, apuntalar sus apoyos, que duran más en los expertos que en los novatos) y los DOWNSWINGS (movimientos ya en distancia, de duración ultrarápida de búsqueda de blanco, más cortos en los expertos que en los noveles). El roading, weaving, ducking, etc. están dentro del arsenal de cualquier buen boxeador. Es la lucha por encontrar un eje constructor en un medio inestable e inconstante. El automatismo de golpes miles de veces repetidos hacen que puedan ejecutar golpes de una precisión y potencia asombrosa, aun en situaciones delicadas, en desequilibrio, quizá no muy ortodoxos, pero guardando la fase final: la conexión del golpe.
Sólo es una aproximación a la dificultad mental del encuentro, en otros artículos haré mención de fases tácticas, formas de realizar el encuentro, sistemas de ataque, etc.
texto por Francisco Menéndez Campa
foto  por  Angel Graña Lopez

1 comentario:

  1. Como siempre,doy las gracias a mi amigo Pacho por el texto.Y en esta ocasiòn tambien doy las gracias al sr.Angel Graña por la foto.
    :-)

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