Nacido en 1973, en Cupey Alto, Félix recibe educación boxística de su padre, anciano boxeador. La carrera pugilística es muy delicada y muchas veces, el fin de la iniciación al boxeo solo es hacer fuerte a un muchacho en un ambiente hostil. Los deportes de contacto imprimen carácter, no hay más que ver como se ponen los jugadores de rugby simplemente porque un tipo no quiere dejarles su pelota. El agotamiento es la droga más barata y fácil de obtener del mercado.
Con 50 peleas amateur, se pasa al pro con 17 años.
Su manager Yamili Chades, hombre polémico (¿hay algún manager que no lo sea?) lo mueve por América y Europa (Francia e Italia), intentando llamar la atención de los promotores. El boxeo es algo más táctico y empírico de lo que aparenta, incluso en el diseño de la carrera pugilística.
En 1992, en París, Alberto Cortez (este no canta) hace que Tito toque la lona (en el 2º asalto) para pagarlo caro el argentino, en el 3º, vía KO.
Todo tiene importancia, no hay nada más tímido que el dinero en cuestión de inversión. Los Acaries, atentos, escogen a un tal Quartey, como valor más seguro de apuesta.
Chades llega a un acuerdo temporal con King, y Félix disputa el cetro welter IBF contra Maurice "Huesos" Blocker (KO en el 2º). Tiene sólo 20 años. La defensa la hará con Anthony Stephens, con el que vuelve a irse al suelo, para finiquitar la cuestión vía KO.
Comienzan los nombres de peso.
Campas le hace besar la lona, para caer en el cuarto, en un duro intercambio en corto, afeitado por un milimétrico crochet. Demuestra Trinidad que posee la frialdad de trabajar en corto a pesar de no ser su distancia natural.
Oba Carr, un gran superligero, también le marca un viaje al piso, pero Trinidad se desquita, también, por KO en el 8º. Volver del suelo y entrar de nuevo en la pelea no está al alcance de todos.
Tras la pelea con Lueshing, disputas con Chades dan el timón de la carrera a Trinidad padre, ahora manager y entrenador.
Pero el arreglo con King no prospera. Poco dinero, peleas de telonero, los estudios de Tito parece que frenan el avance. Tito fluye en el mercado como la Libra. En 1995, se llega a un acuerdo, con el 1er millón de $, con Lou Duva.
Sólo será un combate. King se lo arrebata.
King es un gran visionario.
Mira al cielo y ve a Arum, ve a DLH, ve a los welter como la categoría estrella de los noventa, la década de la bonanza bursátil, de la especulación y del riesgo premiado.
Durante 6 años y 9 meses, Félix reinará en los welter. Más de 30 peleas, 28 KO.
Ganará a tres estrellas olímpicas (Reid, DLH, Whitaker). Se deshace de boxeadores de la generación anterior (Camacho, Whitaker, Pendelton) y de la propia. Gana a maestros y condiscípulos.
Su paso al superwelter ante Troy Waters se salda con un KO en el primero. Thiam no pasó del 4º, a pesar de soltarlo todo.
17 de sus 37 primeras peleas se saldaron con KO antes del 3er asalto.
El rol de boxeador, como individuo que representa a un país, no es dejado al azar. Siempre se reservan los Trinidad un buen montón de entradas para la venta en Puerto Rico (en aforos pequeños de 12.000 espectadores, guardan hasta 3.000 entradas).
La humildad, la sencillez le ha permitido entrar en el género boxístico de "campeón del pueblo". El público se comporta como un único y enorme animal, y jueces y árbitro lo tienen presente. Los Trinidad se llevan una parte de Puerto Rico a sus peleas.
Cuando Hopkins quemó la bandera, trataba indirectamente, que la presión de sus fans incidiera en Trinidad. El ataque personal, a un boxeador tan experimentado en títulos y salidas fuera de su país (sus peleas fuera se igualan a las de casa), tendría poco éxito.
El secreto del éxito taquillero de Trinidad (se llegaron a pagar 4.808,10 euros por una entrada en su pelea contra DHL) consiste en la mezcla de toda la vida:
-Ante todo, golpes y un estilo de presión, no exento de un boxeo de calidad, con rivales que aun en peleas de rodaje tienen mucho peligro, no hay "chuchos capados". Son peleas de mucha presión, con vaivenes en el mejor estilo "Thriller". Trinidad busca sus límites midiéndose con los mejores.
-Algún hecho incidental (cortes, caídas, amonestaciones) que implique polémica arbitral, propiciado por lo anterior. Uno sabe que con Trinidad en el ring, el drama y la emoción estan siempre presentes. Hasta 7 veces se irá al piso a lo largo de su carrera .
-Un público bullicioso (25% de población hispana en USA, con un amplio capital social y amante de las apuestas) que lo sigue en tierra americana. Trinidad habla sólo en español.
-Una ambición por mejorar logros, no estancarse, siguiendo el ejemplo de Gómez y Benítez de acuñar títulos en varias categorías. Tentar el peso medio, ganando primero a un Joopy (muy disminuido por las secuelas de un accidente de coche), aun sabiendo que esa categoría dispara plomo en las manos, demuestra la ambición de boricua.
Vamos, igualito a Sven Ottke.
EL ESCUDO Y LA ESPADA
Trinidad tiene una magnífica guardia.
Ortodoxa, con los larguísimos brazos doblados a 30º que le permiten defensa en los flancos, codos levemente apoyados sobre la parte anterior de la cadera (cubre los flancos, el apoyo en el hueso de la cadera evita cansar los hombros). Eso permite que el mínimo giro de cadera, comunique una cadena cinética que multiplica el poder del golpe.
Los puños ligeramente por debajo de los ojos (para conservar la visión), atrasados lo justo para dar más recorrido al golpe, y dejando poco espacio entre el guante y el hombro, sin hueco al golpe del contrario.
Las muñecas con una ligera tensión, que aumenta el efecto "muelle" del golpe.
Es la guardia de un boxeador que golpea duro, y con las dos manos, en combinación .
Trinidad era un púgil muy rápido en la extensión y en la recogida. No hay ni un mínimo movimiento "parásito". El recorrido es justo, y la contracción final (el frenazo y pisado de pie), brutalmente atornilladora. Su pierna adelantada flexa y apoya sin dejar ir al cuerpo, su pierna atrasada, se apoya sobre la base de los dedos, mientras que el tobillo hace un giro de ¾ de vuelta. La recogida es automática, ayudada por otro golpe .
Esto, lógicamente, lo realiza mucha gente.
Incluso mi tía de Burgos creo que lograría hacerlo (otra cosa es que lo pueda "meter" en un combate y otra cosa, más difícil aun, es que se lo meta a Bernard Hopkins).
El balanceo en su boxeo es mínimo, así como el repertorio en juego de piernas. Es un boxeo "minimalista", pero muy efectivo.
No hay un gesto de más, en una actitud mental casi de autista (dicen que pueden fijar la atención en un campo mínimo y concreto mucho mejor que nadie).
Todo lo que sobra, cansa o está de más, ha sido eliminado. Hay un trabajo de años detrás .
El estudio y calibrado del rival lo hace en los primeros asaltos. Salvo en el "madrugón" frente a Vargas, apenas tira golpes al comienzo. Ahí puede ser cazado.
Son series de dos o tres manos, en larga-media, muy apoyadas, de golpeador.
La concentración, esa forma de pelear "en blanco", de jugador de póker, a la espera de las acciones del rival, en "contra simultánea". Gestiona perfectamente todo lo que pasa en el metro cuadrado de batalla.
Cruza la línea pocas veces (tres o cuatro por asalto) en los primeros rounds, midiendo los pasos.
Pero a la mitad de la pelea, conocido el "mapa" del rival, es un boxeador devastador de presión, basado en la potencia y la agresividad. Se nota el empleo de sparring de mayor peso en su preparación.
No desmerece nada en el corto, abriendo muy bien por dentro para cerrar la serie con un brutal crochet de izda.
Utiliza las mismas series "polivalentes" (cambiando el orden de los golpes) para atacar y contrar, fácilmente automatizables. Dichas series las convierte en combinaciones, metiendo algún gesto defensivo en función del contrario (a un Barnes, más bajo y que devolvía el crochet de izda, Tito metía la media cintura al final de la serie).
A un golpe recto (centrífugo) le sigue un golpe curvo (centrípeto) en reposición de guardia.
Boxeador genuino de presión, pelea mal para atrás.
Bueno para la taquilla y las expediciones fuera de casa, eso le habria permitido un menor castigo frente a Hopkins.
La preparación, sobre la base de carreras fragmentadas (asociadas a la gestión óptima del esfuerzo) hace que no se le vea el bucal ni en los últimos asaltos.
El porcentaje de golpes cargados es elevado (se le notaban sus sesiones de guanteo con pesos altos), no asi el de "series blandas".
Trinidad era un "punisher", un "centrocampista" que entra en el área sólo tres o cuatro veces en los primeros asaltos, pero que se va instaurando en el área rival hasta sumir al contrario en una marea ascendente de golpes.
Al tañido de la campana, Tito trabajaba al ritmo que había terminado el anterior asalto. Esto es difícil en el boxeo profesional, pues tras un asalto duro, se suele oxigenar a nivel pulmonar en el minuto de descanso y se entra de nuevo al asalto esperando que el oxígeno entre en la sangre, en el ½ minuto inicial (jab y testeo). Es la forma sibilina de imponer un ritmo asfixiante.
En su pelea con DLH se computerizaron 318 tiros "duros" de Tito frente a los 277 del angelino.
En cambio, en tiros totales, Tito anduvo por los 480, frente a los 650 de DHL. De ellos, el angelino tiró unos 370 jabs (llegaron la mitad), frente a los escasos 144 de Trinidad.
Los números estan ahí. La pregunta será siempre la misma. ¿Fue el efecto de los plomazos del boricua lo que propició la huida de la pelea en los cuatro últimos asaltos? ¿Agotó la presión desde la zona central la resistencia de DLH, que sumó muchos más "kilómetros" en desplazamientos? ¿ Hasta donde llega la eficacia de Trinidad, si no sentenció la pelea con alguna cuenta?
Da pie a todo un debate.
En armamento (y aun no siendo un ejemplo extrapolable), todavía hoy se discute si los 50.000 magníficos panzers eran superiores a la ingente cantidad de T-36 rusos, de demostrada peor cualificación. ¿ Puede, en cierto aspecto, ser mejor lo malo- mucho a lo bueno-poco? En esa guerra parece que quedó demostrado.
El debate se volvió a plantear con los MIG y los Phantom. El MIG era un prototipo muy barato que sólo sobrepasaba en prestaciones al americano en una sola especialización: capacidad de techo de altura (osea, de escape). Tiene más mantenimiento, debido a los materiales y baja tecnología.
El avión americano, mucho más versátil, podía equiparse para cualquier misión especial (era mucho más caro, debido a la tecnología), pero necesita pilotos expertos.
En combate directo, pocos Phantom fueron abatidos. Pero el número de MIG que se podían fabricar a bajo coste, permitía armar ejércitos del Tercer Mundo, poco especializados pero muy abundantes en número de tropa.
Era la politica de Guerra Fría, pues, la que marcaba el fin último.
La destrucción minuciosa de Whitaker (en dique seco por su adicción a las drogas, y con 35 años), al que laminó con golpes rectos (magníficos cruzados de derecha cuando pendulaba el cuello el americano, combinado con crochets para cerrarlo) desde el centro del ring para profundizar con toda la fanfarria de golpes en las esquinas (donde mejor se mueve el virginiano), propició un calvario entre el 10 y el 12 asalto, sin piernas ni cintura tuvo que poner toda la sabiduría para acabar el combate. Salvo algún golpe aislado en el 7º, Whitaker fue borrado del mapa y llevado al hospital con la mandíbula rota. "Muchos y buenos golpes" reconoció Duva. Nada que se parezca al Whitaker-DLH. En ningún momento Trinidad aceptó el "antiboxeo", centrado disciplinadamente en su trabajo.
La pelea contra Vargas mostró un Trinidad dominador, que se plantó de entrada madrugando al americano, en una pelea que pasará a la Historia. Rompiendo la mano derecha de Vargas con su crochet izdo, Trinidad se mantuvo siempre por delante en la pelea, que tuvo de todo y en cantidad: golpes, caídas, cuentas, golpes bajos y KO final.
LA MEJOR DERECHA DEL BARRIO
Hay derechas que se malogran si a uno lo confunden y lo cambian de cuna en el paritorio. Son derechas que se aprenden por emulación, viéndolas al portero de la discoteca, o en la gresca del barrio. Son derechas de patio (sea de colegio o de prisión). Uno aprende a esquivarlas cuando enseña las malas notas, cuando tu padre viene cargado, cuando le quitas la novia a algún tipo.
Son derechas durísimas, porque llevan detrás la humillación.
Son derechas de "defensa personal", no en el sentido de "aprenda Karate en 12 lecciones", sino en el concepto de "como no me quite a este animal en 3 segundos... voy a tener un problema". Derechas de supervivencia.
Monzón, Graziano, Dempsey, Marciano, etc. tenían una derecha de esas.
Luego, claro está, la derecha la pules en el gimnasio.
Porque son derechas peligrosas tanto para el que las da como para el que las toma. Son derechas sin retorno, a romper.
Son esa clase de derecha que el entrenador te enseña a tirarla sólo cuando hayas trabajado con la izda, que te obliga a medirlas, a contenerlas.
Pero, claro, uno nunca lo hace. Sería como guardar el voto de castidad, reservándose para Shakira.
Es la lucha entre la teoría y la práctica. Y si la teoría te la da esa sexóloga de 70 años que sale en la tele, es lógico que uno prefiera la práctica de Pamela Anderson.
Bernard Hopkins tiene una derecha de esas.
LA RISA NEGRA
Bernard Hopkins es un boxeador con muy mala prensa, con fama de difícil caracter.
Nacido en uno de los peores barrios de Filadelfia, tiene el raro honor de haber comparecido durante 30 minutos declarando en el Senado, poniendo a caer de un burro a antiguos contrincantes y managers.
Sacó a relucir casos de bolsa reducida a la décima parte, de cómo King lo envió a Ecuador (2.500 m de altitud) con sólo tres días de aclimatación (agravada por constantes telefonazos y golpes nocturnos en la puerta de la habitación). Y aun asi hizo nulo con Mercado, tema que vengó ampliamente en la revancha.
"Yo gano, soy un héroe, yo pierdo, soy un cero". Un boxeador, cara al público, vale lo que vale su última pelea.
Hopkins debe de andar por el record de managers de Archie Moore. Goosen, Bucth Lewis, King, y muchos más le han llevado a ser hoy su propio manager. Cuentan que firmó un contrato magnífico con HBO por 5 peleas, pero que ha tenido que repartir con un sin fin de abogados la bolsa.
Hopkins ha ido destruyendo varias "inversiones" de King (Allen, Brown, Lipsey, Steve Frank, Mercado).
Hopkins, sin un buen padrino, ha sido un púgil en perpetua " veda abierta". Mientras Roy Jones cobró 1,5 millones $, él se debió contentar con 150.000$. Contra Simon Brown, cobró 250.000$.
Ha sido contra Allen donde ha llegado al medio millón. Aun siendo muy polémica la primera (la caída, con la intervención de Mills Lane, le propició un esguince de hombro), la segunda fue tan sucia (y sólo cobró la mitad), que aun recuerdo cuando Fredie Pacheco entrevistó a Allen y éste le gritaba como un poseso " me ha dado en las pelotas, me ha dado en las pelotas", intentando ahogar el entrevistador los argumentos con palabras de pronunciación parecida.
Allen y Hopkins decidieron donar 25.000 $ a la beneficencia.
América está llena de ONG, que explotan este sentimiento común a todos, de complejo de culpa ante la clase inferior, y de cierta envidia a la clase superior, con unas gotas de decepción ante el Sistema.
Hay que decir que también estos donativos desgravan, mejoran la imagen, y que el comentario de Hopkins "espera que los huérfanos apuesten ese dinero por mi", deja claro la personalidad del americano.
Su rol de "outsider" le ha llevado a una situación de "alto riesgo-baja remuneración" que crea una curiosa "depreciación" (¡y lleva más de una docena de defensas!) y tal "fogueo" que le ha transformado en una fiera (un caso, pues, a lo Hagler).
El ejecutor tiende a justificar las peores jugadas de su boxeo invocando una Cruzada de lucha de clases.
Hopkins es un boxeador de contrastes, que puede dejarse llevar por la pelea callejera (como sus matchs contra Allen) siendo entonces menos entretenido que la carta de un suicida, o hacer peleas donde desgrana la astucia de un jugador de poker.
La pelea contra Andrew Council, tiene de todo, demostrando que cuando le interesa, Hopkins finta, da pasos laterales y tiene buenos cambios de ritmo. La pelea contra David Jackson (KO en el 7º) demostró la capacidad de disección metódica del Ejecutor (magnífica la gran escena final, entre los managers King y Lewis). Syd Vanderpool, un prospecto en alza fue borrado del mapa. Simon Brown, en decadencia ya, recibió un tremendo castigo desde la larga distancia. Glend Johnson , Steve Franks , el matón de discoteca Bo James, Joe Lipsey... forman parte de la lista. Al divino Roy Jones le dio verdadero trabajo.
Contra un auténtico "Miura", Antum Echols , poseedor de juventud y una bestial derecha , se ve un magnífico trabajo de Hopkins, como testea desde las cuerdas, escapa con pasos laterales, y anticipa el ataque del rival. Poco a poco desgasta al púgil joven, y le va conectando su derecha envenenada.
Y estamos hablando de una categoría con una masa crítica que puede hacer temblar a un peso pesado. El ring parece una guarida de rinocerontes, un ambiente propio de la selva.
Francamente, con un cuerpo así, no me extraña que sean violentos. Es como ir permanentemente armado. Sus padres los ven crecer, primero con orgullo, y luego con pánico.
Hopkins ha perdido años de carrera por problemas de contrato, amén de un pasado turbulento y carcelario (el nacimiento de su hijo representó un giro radical), y quizás su edad, al limite de la caducidad boxística natural, no se vea afectada por un gran castigo.
La noticia del hijo secreto de Trinidad y la quema de la bandera calentaron aun más la pelea.
La unificacion del titulo es una oportunidad para Trinidad de superar a Gómez y a Benítez. El subir de peso implica menos golpes pero más duros, durante toda la preparación .
Para Hopkins, representa el dinero y el reconocimiento tanto tiempo esperado.
Hopkins, en el tercer asalto, conectó una derecha que mandó a Trinidad tres pasos atrás. Algo tan imperceptible como la cresta del maremoto.
En un gesto lobuno, su cara pasa de la expresión cejijunta del autor de asesinatos en masa, a una mirada de superioridad de las que huelen a tumba abierta.
El tímido crochet de izda trata de colocar a Tito en la trayectoria de la derecha. Incluso el jab apenas toca, a fin de que el blanco no se vaya hacia atrás. Es un jab de "pantalla" que tapa la derecha, un jab "trazador", que marca la distancia para la mano atrasada.
Hopkins, cauto con el fondo físico, presiona al inicio de los asaltos, para expolear el orgullo de Trinidad, y recibirlo de contra, en los vértices del ring, desde la mitad del asalto hasta el final.
Tras la derecha, Hopkins, incapaz de recoger esa mano por la inercia, da un paso lateral que le saca de distancia, o se arroja sobre Trinidad, impidiendo la movilidad del caribeño evitando sus series a dos manos.
Rocía de derechas, en todos los ángulos, a un Trinidad que comienza a ver la otra cara del dólar. Trinidad tarda cada de vez más en "entrar" de nuevo en la pelea, tras cada derecha conectada .
Tito comienza a salir peligrosamente hacia su izda, en la trayectoria de la derecha del americano, buscando romperla con su magnífico crochet. Vuelve a su trabajo disciplinado aun bajo máxima presión. La disciplina te hará más fuerte... si no te mata primero.
Pero hay demasiados kilos de puro músculo, de rocosa masa corporal, detrás de esa mano. No necesita el americano desplegar su juego sucio, su "guerra total prometida", le bastan potencia y envergadura.
Inmisericorde, martillea con esa derecha a un Tito que se entrega, en los últimos asaltos, a una pelea en corto. El 10º asalto señala el completo desbordamiento de Tito.
Hasta que en el 12º, una derecha en crochet, llega nítida al mentón del portorriqueño, y el americano esboza una fea sonrisa, negra, carnívora, tipica del que consigue una venganza fría, de muchos años.
Trinidad cae hacia atrás, sin casi apoyar las manos. Sera su 7ª caída, la definitiva.
Su padre ya está dentro del ring.
Trinidad quiere continuar.
Todo ha acabado.
Cuando King subió a felicitar a Hopkins (felicitar al ganador forma parte de su trabajo, es de los que piensa que la mala suerte se contagia), éste le montó una bronca que me hizo pensar que otro combate se reanudaba.
Trinidad, con un corazón que no le cabe, saludó a su público.
Yo no me hubiese cambiado por su padre esa noche, ni por todo el dinero de la bolsa.
Trinidad fue un buen soldado, en una mala guerra.
La pelea es de las que pagas por ver, y luego, pagarías por no haberla visto.
Este combate fue una auténtica parábola de la vida, llena también de golpes.
EL RESPETO
Decía un forista (respetuoso y por tanto respetado) que había que respetar la decisión de retiro de Trinidad. El público que paga tiene derecho a pedir, pero el público no recibe golpes. El boxeo produce cambios drásticos de una pelea a otra.
Trinidad tiene el privilegio de haber ganado tanto dinero, que no necesita alargar una carrera, como la gran mayoría del pelotón de boxeadores.
Se hablo de un problema cerebral, de falta de motivación, incluso de miedo (se merece que le pongan los electrodos quien eso diga).
Alomejor es más fácil. Cuando vives en un paraíso, es normal que quieras disfrutarlo.
Yo jamás me creí el retiro de Trinidad. Pensé que volvería tras la zanahoria de dinero de Don King.
Quizás me equivoque.
Cuando le preguntaron a Julien Lorcy (también comenzó a boxear por presión paterna) como se veía dentro de 10 años, dijo: "En la barra de un bar, frente a una cerveza, bien gordo, permitiéndome el lujo de abandonarme".
Somos muy extraños los humanos.
Pero quizás ese sea el secreto: matar lo que ambicionamos, antes de que nos mate a nosotros.
Francisco Menéndez Campa.
sin duda,el dia que Pacho escribio este texto,toco mi fibra sensible.Tito trinidad,de lo mejor que he visto nunca.Podria decir que esta entre mis 5 boxeadores favoritos de todos los timpos.
ResponderEliminarSu error en mi opinion,subir de categoria (estaba gordito)para enfrentarse a un saco de musculo y mala leche llamado Bernard Hopkins(hoy con 46 añitos es campeon del mundo)