domingo, 31 de julio de 2011
ANA MARIA TORRES VENCE A JACKIE NAVA
Si la primera pelea entre Jackie Nava y Ana María Torres fue una gran pelea, la segunda la superó por mucho, con una tremenda actuación por parte de las dos mejores boxeadoras mexicanas hoy por hoy.
Tras diez rounds fragorosos sin cuartel, de “toma y daca” en los que se combinaron estrategia con poder, técnica con resistencia, dar con recibir, la “Guerrera” Torres se impuso por decisión unánime a la “Princesa Azteca” Nava con tarjetas similares de 96-94, 96-94 y 96-94 para conquistar el flamante Cinturón Diamante avalado por el CMB, primero que otorga este organismo en el boxeo femenil.
El platillo estelar de la función denominada “Cuentas Pendientes” que organizó Zanfer en copromoción con HG Boxing este sábado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, fue una pelea memorable, emocionante, tensa y muy pasional.
Después del empate registrado en Veracruz el 16 de abril, había que ajustar cuentas y la mexiquense lo hizo a su favor, al mostrar gran ímpetu y resistencia y reponerse a un inicio incierto en la Arena Metropolitana que registró una entrada espectacular con una cálida y entregada afición que disfrutó al máximo la contienda y al final ovacionaron de pie a ambas peleadoras.
El inicio fue tambor batiente por parte de las dos peleadoras, aunque Jackie Nava saco la ventaja en base a su rapidez de manos y su gran puntería en los golpes que conecto sobre todo en el terreno corto.
En el tercer round, una combinación de Jackie sangró la nariz de Ana María, quien sintió la ráfaga de golpes de la tijuanense, pero en el cuarto, Jackie salió con más decisión y cuando buscaba castigar con más consistencia y potencia a su adversaria, en los últimos segundos la mexiquense conectó un buen gancho a la mandíbula que hizo retroceder a su oponente, tambaleándola.
Jackie mantuvo la velocidad de piernas ante una insistente Ana María que sufría para quitarse los impactos de su rival que trabajaba con la izquierda y remataba con la derecha. Tras los fuertes intercambios de golpes en el centro del ring, el sangrado de Torres se incrementó, mientras que Nava también empezaba a sangrar y a bajar el ritmo.
Para el penúltimo capítulo las dos peleadoras ya estaban bañadas en sangre, pero la “Guerrera” insistía en el terreno corto manejando el recto de izquierda, a lo que Nava respondía en una batalla sin cuartel.
El último round resultó por demás trepidante, con constantes intercambios de golpes en el centro del ring, aunque por el curso que tomaron las tarjetas de los jueces, la “Guerrera” sacó la mejor parte.
Al leerse el veredicto oficial, Ana María fue proclamada ganadora y de inmediato se colocó el Cinturón Diamantes, en medio de un ambiente festivo.
Orucuta, en plan grande
En la pelea semiestelar de la noche en peso Gallo, Felipe “Gallito” Orucuta impuso su mejor boxeo y pegada al noquear al 1:16 minutos del segundo asalto a Jesús “Taquerito” Vázquez.
El “Gallito” demostró que va en pleno ascenso en su carrera con la victoria que se apuntó esta noche sobre un rival que no aguantó la pegada del mexiquense, quien se mostró contundente con esa fino manejo de derecha e izquierda que lanza en forma de upper y recto.
Con esta victoria, Orucuta llegó a 21 en su trayectoria, 17 antes del límite y una derrota, por un descalabro, mientras su rival sumó su séptimo revés, a cambio de 19 triunfos, 16 nocauts y un empate.
En las demás combinaciones, en una pelea que resultó explosiva de principio a fin, Nery Saguilán empató en seis rounds en peso superpluma ante Fernando ‘Dinamita’ Cruz.
A cuatro rounds en peso supergallo, Jonathan Chanona se impuso por decisión unánime a Aramís Solís, a cuatro vueltas en minimosca, “Coqui” Ríos venció por decisión dividida a Tito López; en la misma distancia y división, Roel Lázaro Pérez derrotó por fallo unánime a Gabriel Nataren.
En combate pactado a cuatro episodios en peso gallo, Isao Carranza noqueó en el primer asalto a Roberto Carlos; en supermosca, el tijuanense Hanzel ‘Tornadito’ Martínez se impuso por nocaut al inicio del tercero al chiapaneco Maximino Toala y en peso pluma, el paceño Raúl Hirales se impuso al finalizar seis rounds al local Luis ‘Alacrán’ Zambrano, quien ya no salió para el séptimo.
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sábado, 30 de julio de 2011
DICK TIGER: EL DERECHO A LUCHAR
Richard Ihetu nace en una tierra dura, en la ribera del Níger, llamada Amaigbo, 1929. Por línea paterna y materna, pertenece a una familia que ha practicado las formas de lucha ancestrales.
Su padre muere siendo él adolescente. Su madre inculca a toda la familia una educación sobria pero disciplinada. Comienza a trabajar en el puerto de Aba, comerciando con pequeñas mascotas (loros y monos).
Los primeros contactos con el boxeo los tiene en los años 40. Su forma de rodar los golpes, sus movimientos exagerados en el ring, le valen el apodo, puesto por los ingleses, de "el Tigre".
En 1949 se funda la primera federación de boxeo en Nigeria. En Lagos, la capital, continúa su carrera pugilística, con varias derrotas, como por ejemplo Tommy West ("Había demasiados boxeadores... y lo que era aún peor, todos más grandes que yo").
Inglaterra, tras la guerra, necesita mano de obra. Richard aprovecha y se embarca hacia Liverpool. Le acompaña su esposa, Abigail, que trabajará en la industria textil.
Corre el año 1951.
Hogan Bassey, una gloria local nigeriana, ha finiquitado al inglés Billy Kelly. Dick quiere ser el siguiente "Bassey". Pero la aclimatación es dura. Pierde sus 4 primeras peleas. Su mánager, Peter Bonasko lo abandona. Dick se encuentra solo en tierra extraña. Compagina el boxeo con un rosario de pequeños empleos. No le salen peleas. Ficha con Tony Vairo, un mánager de tercera, su nuevo entrenador, y amigo, será Maurice Foran.
Terry Downes "La Pantera de Paddinton" se cruza en su camino. Este londinense había emigrado a Nueva York, de muchacho, se había enrolado en los Marines, durante la guerra. Cuando abandone el boxeo, y vuelva a Londres, amasará una considerable fortuna, con una cadena de kioscos, algo nuevo en Inglaterra. Según Terry: "No sabría decir cual ha sido el mejor boxeador con el que me he enfrentado, pero lo que sí tengo seguro, es que nadie me ha pegado tan fuerte como Dick Tiger".
En 1958, consigue el título del Imperio Británico al derrotar a Patrick Macateer (como la mayoría delos púgiles ingleses, Macateer hará un tour por los USA... perdiendo todas las peleas).
En 1959, rompe con Vairo, y decide volar hasta América.
EL SUEÑO AMERICANO
Su padre muere siendo él adolescente. Su madre inculca a toda la familia una educación sobria pero disciplinada. Comienza a trabajar en el puerto de Aba, comerciando con pequeñas mascotas (loros y monos).
Los primeros contactos con el boxeo los tiene en los años 40. Su forma de rodar los golpes, sus movimientos exagerados en el ring, le valen el apodo, puesto por los ingleses, de "el Tigre".
En 1949 se funda la primera federación de boxeo en Nigeria. En Lagos, la capital, continúa su carrera pugilística, con varias derrotas, como por ejemplo Tommy West ("Había demasiados boxeadores... y lo que era aún peor, todos más grandes que yo").
Inglaterra, tras la guerra, necesita mano de obra. Richard aprovecha y se embarca hacia Liverpool. Le acompaña su esposa, Abigail, que trabajará en la industria textil.
Corre el año 1951.
Hogan Bassey, una gloria local nigeriana, ha finiquitado al inglés Billy Kelly. Dick quiere ser el siguiente "Bassey". Pero la aclimatación es dura. Pierde sus 4 primeras peleas. Su mánager, Peter Bonasko lo abandona. Dick se encuentra solo en tierra extraña. Compagina el boxeo con un rosario de pequeños empleos. No le salen peleas. Ficha con Tony Vairo, un mánager de tercera, su nuevo entrenador, y amigo, será Maurice Foran.
Terry Downes "La Pantera de Paddinton" se cruza en su camino. Este londinense había emigrado a Nueva York, de muchacho, se había enrolado en los Marines, durante la guerra. Cuando abandone el boxeo, y vuelva a Londres, amasará una considerable fortuna, con una cadena de kioscos, algo nuevo en Inglaterra. Según Terry: "No sabría decir cual ha sido el mejor boxeador con el que me he enfrentado, pero lo que sí tengo seguro, es que nadie me ha pegado tan fuerte como Dick Tiger".
En 1958, consigue el título del Imperio Británico al derrotar a Patrick Macateer (como la mayoría delos púgiles ingleses, Macateer hará un tour por los USA... perdiendo todas las peleas).
En 1959, rompe con Vairo, y decide volar hasta América.
EL SUEÑO AMERICANO
En 1959, en USA le espera su nuevo mánager, Wilfred "Jersey" Jones, un anciano que ha cimentado contactos boxísticos con Europa desde su participación, como soldado, en las Grandes Guerras.
Lo introduce en el Lou Stillman Gym, el gimnasio abierto desde el amanecer, con sus dos legendarios rings, donde suben desde las estrellas hasta los paquetes (depende de quien se trate, suben a uno u otro ring). Dick, acostumbrado a entrenamientos caóticos, por fin está entre profesionales, entrenando con púgiles que le dan presión. Comienzan a pulirlo. Su magnífico crochet (tirado arriba, pues en Inglaterra, al tener que golpear sobre la cinturilla, fácilmente se considera golpe bajo), va cambiando, se le va adaptando a la pelea en corto, con body-shots, haciéndole trabajar su cintura (Tiger es un púgil muy bajo para el peso medio). Tiger aprende por emulación. Copia los gestos de sus rivales, y ante el espejo, los trabaja, para luego, en la pelea, anticiparlos. De ahí, su característico gesto de concentrar la atención en la guardia del rival, no en la mirada ("Nadie te pega con los ojos").
Tiene un debut, frustrante contra Calhoum (nulo y derrota a los puntos, muy contestada). Pero todo el sufrimiento que pasó en Inglaterra le da fuerza, sabe que puede salir del escollo.
Derrota a Gene Armstrong (lo pulveriza con body-punchs) en 1960.
Se va a por Girardello, también compañero del Stillman, y controlado por la Mafia. Pierde por puntos en Chicago, y en la revancha, Giardello le corta con un cabezazo.
Las siguientes peleas (Mims, Gene Armstrong, Salazar) se las apunta.
Las televisiones empiezan a competir entre si, y eso permite que la figura de Tiger se haga popular, en las sesiones de los jueves. Sus tatuajes en el pecho, su musculatura, le van dando un aura de "hombre de la selva", que le hace muy atractivo para el americano medio.
Además, la BBC inglesa repite sus peleas en Londres, y por ende, llegan a Nigeria.
Debe defender el título del Imperio Británico. Su mánager evade la revancha con Macateer, y consigue la pelea con un canadiense, Wilf Greaves. La pelea, en Canadá, se salda con un escandaloso veredicto a favor del local.
Intentarán que se mida contra Obdulio Núñez (un puertorriqueño sin ninguna relación con Inglaterra) y en la revancha contra el canadiense, Dick gana sin paliativos (con su serie: jab - cintura - crochet derecho - cintura - gancho de izda).
Fullmer, Pender, los primeras series escapan de Tiger. Es demasiado peligroso ya. Corre 1961.
Continúa ganando a Hank Casey, y al policía Spider Webb.
Siguiendo la estela de Fullmer, en 1962, Tiger acaba con el cubano Florentino Fernández, cuando Angelo Dundee tira la toalla en el 5º.
Le sigue un campeón sin corona, Henry Hank, una bestia de Detroit, con 37 Ko (entre ellos, varios semipesados de primera clase). Una pelea épica, de intercambio en media-corta. Una batalla entre dos púgiles sin padrino, infinitamente más dura que muchos campeonatos.
Ya sólo queda Fullmer, el mormón de Utah.
Lo introduce en el Lou Stillman Gym, el gimnasio abierto desde el amanecer, con sus dos legendarios rings, donde suben desde las estrellas hasta los paquetes (depende de quien se trate, suben a uno u otro ring). Dick, acostumbrado a entrenamientos caóticos, por fin está entre profesionales, entrenando con púgiles que le dan presión. Comienzan a pulirlo. Su magnífico crochet (tirado arriba, pues en Inglaterra, al tener que golpear sobre la cinturilla, fácilmente se considera golpe bajo), va cambiando, se le va adaptando a la pelea en corto, con body-shots, haciéndole trabajar su cintura (Tiger es un púgil muy bajo para el peso medio). Tiger aprende por emulación. Copia los gestos de sus rivales, y ante el espejo, los trabaja, para luego, en la pelea, anticiparlos. De ahí, su característico gesto de concentrar la atención en la guardia del rival, no en la mirada ("Nadie te pega con los ojos").
Tiene un debut, frustrante contra Calhoum (nulo y derrota a los puntos, muy contestada). Pero todo el sufrimiento que pasó en Inglaterra le da fuerza, sabe que puede salir del escollo.
Derrota a Gene Armstrong (lo pulveriza con body-punchs) en 1960.
Se va a por Girardello, también compañero del Stillman, y controlado por la Mafia. Pierde por puntos en Chicago, y en la revancha, Giardello le corta con un cabezazo.
Las siguientes peleas (Mims, Gene Armstrong, Salazar) se las apunta.
Las televisiones empiezan a competir entre si, y eso permite que la figura de Tiger se haga popular, en las sesiones de los jueves. Sus tatuajes en el pecho, su musculatura, le van dando un aura de "hombre de la selva", que le hace muy atractivo para el americano medio.
Además, la BBC inglesa repite sus peleas en Londres, y por ende, llegan a Nigeria.
Debe defender el título del Imperio Británico. Su mánager evade la revancha con Macateer, y consigue la pelea con un canadiense, Wilf Greaves. La pelea, en Canadá, se salda con un escandaloso veredicto a favor del local.
Intentarán que se mida contra Obdulio Núñez (un puertorriqueño sin ninguna relación con Inglaterra) y en la revancha contra el canadiense, Dick gana sin paliativos (con su serie: jab - cintura - crochet derecho - cintura - gancho de izda).
Fullmer, Pender, los primeras series escapan de Tiger. Es demasiado peligroso ya. Corre 1961.
Continúa ganando a Hank Casey, y al policía Spider Webb.
Siguiendo la estela de Fullmer, en 1962, Tiger acaba con el cubano Florentino Fernández, cuando Angelo Dundee tira la toalla en el 5º.
Le sigue un campeón sin corona, Henry Hank, una bestia de Detroit, con 37 Ko (entre ellos, varios semipesados de primera clase). Una pelea épica, de intercambio en media-corta. Una batalla entre dos púgiles sin padrino, infinitamente más dura que muchos campeonatos.
Ya sólo queda Fullmer, el mormón de Utah.
LA PERSONALIDAD DEL TIGRE
Dick Tiger se sale de los cánones ( como casi siempre) de los tópicos boxísticos. Hay multitud de anécdotas sobre su ironía, sentido de humor, y su tremenda buenhomia.
Cuando se fue a pelear a Edmonton, Canadá, un camarero, basándose en todas las películas que había visto sobre Tarzán, comenzó a gesticular con signos, y en un inglés propio de los indios de Hollywood, le preguntó que quería comer. Tiger, sin mala leche, le contestó con una sonrisa "Gracias, ya he despellejado un gato en la habitación y me lo he comido".
Un periodista en el mismo sentido le pregunto "Wamba, Wamba, Tiger, ¿hablas inglés?". Tiger, nada molesto, le contestó en un perfecto inglés "Un poco mejor que su Swahili".
Sobre la costumbre de convivir con su esposa incluso en tiempos de preparación de peleas, siempre comentaba a su preparador: "Vengo de Nigeria, no de Siberia".
Sobre la idea que algunos tenían de que su mote venía de haber matado un tigre: "Amigo, en África sólo hay leones. El primer tigre que vi , fue en el Zoo de Liverpool".
Sobre los tópicos de la antropofagia: "Mis hermanos y yo sólo comíamos colono una vez al año". Pero también sabia ponerse serio: "El único caníbal de mi país es el que te dispara por la espalda". Si hay algo que caracterizará la carrera de Tiger, es su buena relación con la prensa. Los mismos periodistas que le hacen preguntas sin sentido, acaban hablando con él de economía o política.
Los Ybo, etnia a la que pertenecía Tiger, tienen una terrible historia. Contrariamente a los típicos tópicos, esta etnia sorprendió a los colonizadores ingleses, por la capacidad de negociación, el trato mercantil, y la viva inteligencia, que dio pie a muchos convenios económicos. A pesar de sus costumbres (tatuajes en el pecho a los 10 años) , eran gente pacífica, inteligente y con una curiosidad innata.
Cuando en Nigeria se descubra petróleo, las multinacionales se lanzan a controlarlo, creando un gobierno títere, de corte militar. Entonces surge un movimiento separatista, encabezado por los Ybo (con minoría en el ejército), que buscan la creación de la Republica de Biafra. Eso generará una guerra civil, en 1967, que en África es sinónimo de genocidio.
Tiger tomará partido por su clan. Se especuló siempre sobre que hacía Tiger con su dinero. Vivía en una humilde pensión en NY. Las anécdotas sobre su vida le dieron fama de roñoso. Cuentan como pagaba con entradas, para ver sus peleas en el Madison, a los vendedores de ropa.
Lo cierto es que todo su dinero lo invirtió en Aba (una gasolinera, una peluquería, varias librerías), gestionado por sus familiares. Pero no era sólo eso. Pagó los estudios de muchos muchachos de su pueblo, contribuyó en la creación de hospitales, escuelas y... en la compra de armas para el ejército de rebeldes biafreños.
Los Ybo se les considera los judíos de África, por su riqueza, por su inteligencia... y por su lucha por un estado independiente. Una de las costumbres Ybo es la obligación de compartir la riqueza individual con su gente. Cuando pelee en Port Harcourt (cerca de Aba), la Junta Militar controlará todos sus movimientos, pero no podrá impedir que done todo lo recaudado a la milicia. Los rebeldes lo nombran teniente de su clandestino ejército. Aún no lo sabe, pero la causa de Biafra arrastrará a Tiger. Probablemente, si hubiera empleado la cabeza en vez del corazón, hubiese ocupado otra trinchera.
EL TIGRE EN EL COLISEO
Cuando se fue a pelear a Edmonton, Canadá, un camarero, basándose en todas las películas que había visto sobre Tarzán, comenzó a gesticular con signos, y en un inglés propio de los indios de Hollywood, le preguntó que quería comer. Tiger, sin mala leche, le contestó con una sonrisa "Gracias, ya he despellejado un gato en la habitación y me lo he comido".
Un periodista en el mismo sentido le pregunto "Wamba, Wamba, Tiger, ¿hablas inglés?". Tiger, nada molesto, le contestó en un perfecto inglés "Un poco mejor que su Swahili".
Sobre la costumbre de convivir con su esposa incluso en tiempos de preparación de peleas, siempre comentaba a su preparador: "Vengo de Nigeria, no de Siberia".
Sobre la idea que algunos tenían de que su mote venía de haber matado un tigre: "Amigo, en África sólo hay leones. El primer tigre que vi , fue en el Zoo de Liverpool".
Sobre los tópicos de la antropofagia: "Mis hermanos y yo sólo comíamos colono una vez al año". Pero también sabia ponerse serio: "El único caníbal de mi país es el que te dispara por la espalda". Si hay algo que caracterizará la carrera de Tiger, es su buena relación con la prensa. Los mismos periodistas que le hacen preguntas sin sentido, acaban hablando con él de economía o política.
Los Ybo, etnia a la que pertenecía Tiger, tienen una terrible historia. Contrariamente a los típicos tópicos, esta etnia sorprendió a los colonizadores ingleses, por la capacidad de negociación, el trato mercantil, y la viva inteligencia, que dio pie a muchos convenios económicos. A pesar de sus costumbres (tatuajes en el pecho a los 10 años) , eran gente pacífica, inteligente y con una curiosidad innata.
Cuando en Nigeria se descubra petróleo, las multinacionales se lanzan a controlarlo, creando un gobierno títere, de corte militar. Entonces surge un movimiento separatista, encabezado por los Ybo (con minoría en el ejército), que buscan la creación de la Republica de Biafra. Eso generará una guerra civil, en 1967, que en África es sinónimo de genocidio.
Tiger tomará partido por su clan. Se especuló siempre sobre que hacía Tiger con su dinero. Vivía en una humilde pensión en NY. Las anécdotas sobre su vida le dieron fama de roñoso. Cuentan como pagaba con entradas, para ver sus peleas en el Madison, a los vendedores de ropa.
Lo cierto es que todo su dinero lo invirtió en Aba (una gasolinera, una peluquería, varias librerías), gestionado por sus familiares. Pero no era sólo eso. Pagó los estudios de muchos muchachos de su pueblo, contribuyó en la creación de hospitales, escuelas y... en la compra de armas para el ejército de rebeldes biafreños.
Los Ybo se les considera los judíos de África, por su riqueza, por su inteligencia... y por su lucha por un estado independiente. Una de las costumbres Ybo es la obligación de compartir la riqueza individual con su gente. Cuando pelee en Port Harcourt (cerca de Aba), la Junta Militar controlará todos sus movimientos, pero no podrá impedir que done todo lo recaudado a la milicia. Los rebeldes lo nombran teniente de su clandestino ejército. Aún no lo sabe, pero la causa de Biafra arrastrará a Tiger. Probablemente, si hubiera empleado la cabeza en vez del corazón, hubiese ocupado otra trinchera.
EL TIGRE EN EL COLISEO
Es la hora de la verdad. Y la verdad pasa por Gene Fullmer. He hablado de Fullmer en otros artículos. Un boxeador tosco como todos aquellos que llegan de forma tardía al boxeo, pero con una dureza brutal avalada por su victoria sobre Robinson, y muy probable causante de la posterior muerte de Kid Parett a manos de Griffith. Dick y Fullmer se enfrentarán 3 veces, prácticamente seguidas, una en 1962, donde Dick se proclama campeón de los medios, a los puntos, y otras dos en 1963: un nulo bochornoso, en las Vegas, ante un Fullmer huidizo, y por último la pelea en Aba.
Se habla del Ali -Foreman.
Pero la carga política que tuvo esta pelea siempre se ha silenciado. Tiger fue presentado por la Junta Militar como nigeriano, financiando parte de la pelea, aunque al final les saldría el tiro por la culata, pues fue tomado como un símbolo por los biafreños (parte de la bolsa fue desviada por Tiger para su causa).
Representó para todo un pueblo, una raza, la fehaciente realidad de que un desheredado, un modesto emigrante, un pobre paria, podía vencer (literalmente demolió en 7 asaltos a Fullmer, al que retiró) a todo un campeón del peso medio de la nación más poderosa de la Tierra. Tiger demostró, simple y llanamente, que era un héroe. Les abrió un camino, les demostró que era posible, les desveló una verdad oculta.
Tras las tres peleas, Tiger se enfrentará a un viejo conocido, Joe Giardello, un púgil al que se le había retirado la licencia por su conexión con la Mafia. Giardello le supera en altura, Tiger tiene enormes problemas para dar el peso. La pelea, muy reñida, se salda a favor del italiano. Es su tercera derrota con el mismo rival. Pierde el título. Cualquier otro se derrumbaría. Cualquier otro que no fuese el "Tigre".
En 1964, hace 3 peleas, contra José González y Don Fullmer, que gana, y otra que pierde contra Joey Archer. Sólo es el comienzo de la nueva carrera del Tigre.
En 1965, noquea al argentino Juan Rivero (el único que consiguió hacerlo en sus 54 peleas), hace un clásico de pelea dura contra Rubin "Huracán" Carter ("Mi pelea más dura, dentro y fuera de un ring") ganándole en 10 asaltos.
Pide la 4ª oportunidad contra Giardello.
El italiano se lleva 50.000$ o el 40% de la taquilla (incluida la TV), Tiger 15.000$ o el 20%. 17.000 espectadores. 160.000$ de recaudación. El Tigre, esta vez gana 9 asaltos frente a 7 del italiano. Recupera el título. Nigeria es una fiesta.
Detectan sangre en su orina. El médico, una "luminaria" más, no le da importancia: "Estos boxeadores, se destrozan entre ellos y luego vienen a que los reconstruyamos".
En 1966, peleará haciendo varias exhibiciones en Port Harcout. El dinero, subrepticiamente, va a parar a la causa biafreña. Incluso hará de monitor físico para los rebeldes. Es un mito, necesario en cualquier tipo de causa.
El bajo entrenamiento le cuesta la pelea con Griffith. Tras la pelea, se queja de dolores en el costado derecho. No le dan importancia.
No consigue dar el peso medio. Pasa directamente a disputar el título del semipesado. Hará dos peleas memorables contra el medallista olímpico, de Puerto Rico, José Torres (que luego será periodista y escritor de una interesante biografía de Ali). A la sazón, Torres es campeón del semipesado. Las dos victorias de Tiger, le hacen acaparar el honor de otro campeonato en otra categoría (las distancias tan tremendas de peso se salvan hoy con los supermedios). Campeón dos veces del peso medio, y ahora del semipesado. El primer africano que lo consigue.
Pero lo que verdaderamente centra la atención de Tiger, es que Biafra se separa de Nigeria, y se proclama República. 1967 es el punto de inflexión, para Tiger y para su pueblo.
Se habla del Ali -Foreman.
Pero la carga política que tuvo esta pelea siempre se ha silenciado. Tiger fue presentado por la Junta Militar como nigeriano, financiando parte de la pelea, aunque al final les saldría el tiro por la culata, pues fue tomado como un símbolo por los biafreños (parte de la bolsa fue desviada por Tiger para su causa).
Representó para todo un pueblo, una raza, la fehaciente realidad de que un desheredado, un modesto emigrante, un pobre paria, podía vencer (literalmente demolió en 7 asaltos a Fullmer, al que retiró) a todo un campeón del peso medio de la nación más poderosa de la Tierra. Tiger demostró, simple y llanamente, que era un héroe. Les abrió un camino, les demostró que era posible, les desveló una verdad oculta.
Tras las tres peleas, Tiger se enfrentará a un viejo conocido, Joe Giardello, un púgil al que se le había retirado la licencia por su conexión con la Mafia. Giardello le supera en altura, Tiger tiene enormes problemas para dar el peso. La pelea, muy reñida, se salda a favor del italiano. Es su tercera derrota con el mismo rival. Pierde el título. Cualquier otro se derrumbaría. Cualquier otro que no fuese el "Tigre".
En 1964, hace 3 peleas, contra José González y Don Fullmer, que gana, y otra que pierde contra Joey Archer. Sólo es el comienzo de la nueva carrera del Tigre.
En 1965, noquea al argentino Juan Rivero (el único que consiguió hacerlo en sus 54 peleas), hace un clásico de pelea dura contra Rubin "Huracán" Carter ("Mi pelea más dura, dentro y fuera de un ring") ganándole en 10 asaltos.
Pide la 4ª oportunidad contra Giardello.
El italiano se lleva 50.000$ o el 40% de la taquilla (incluida la TV), Tiger 15.000$ o el 20%. 17.000 espectadores. 160.000$ de recaudación. El Tigre, esta vez gana 9 asaltos frente a 7 del italiano. Recupera el título. Nigeria es una fiesta.
Detectan sangre en su orina. El médico, una "luminaria" más, no le da importancia: "Estos boxeadores, se destrozan entre ellos y luego vienen a que los reconstruyamos".
En 1966, peleará haciendo varias exhibiciones en Port Harcout. El dinero, subrepticiamente, va a parar a la causa biafreña. Incluso hará de monitor físico para los rebeldes. Es un mito, necesario en cualquier tipo de causa.
El bajo entrenamiento le cuesta la pelea con Griffith. Tras la pelea, se queja de dolores en el costado derecho. No le dan importancia.
No consigue dar el peso medio. Pasa directamente a disputar el título del semipesado. Hará dos peleas memorables contra el medallista olímpico, de Puerto Rico, José Torres (que luego será periodista y escritor de una interesante biografía de Ali). A la sazón, Torres es campeón del semipesado. Las dos victorias de Tiger, le hacen acaparar el honor de otro campeonato en otra categoría (las distancias tan tremendas de peso se salvan hoy con los supermedios). Campeón dos veces del peso medio, y ahora del semipesado. El primer africano que lo consigue.
Pero lo que verdaderamente centra la atención de Tiger, es que Biafra se separa de Nigeria, y se proclama República. 1967 es el punto de inflexión, para Tiger y para su pueblo.
LA CUESTA ABAJO
En 1968, un sheriff de El Paso, 20 cm más alto que el Tigre, y con 29 años viene en pos del título. Se llama Bob Foster. Tiger tiene 38 años, hay cerca de 5 Kg de diferencia, no es de extrañar que las apuestas, en el Madison, estén 12-5. La recaudación, para ese peso, es tremenda, 100.000$.
La pelea fue un toma y daca, en los 3 primeros asaltos, con un Tiger intentando acortar distancias con cintura y bascular al rival con golpes curvos, y un Foster defendiendo la zona central del ring, no solo con rectos, sino también con sus hook de recepción a la contra.
En el 4ª asalto, en la zona central, el tejano conecta una derecha que deja sin alma al nigeriano, rematando con un hook de izda.
Será la primera y única vez, en sus 18 años de carrera, en sus 88 combates, que el Tigre no se levante a la cuenta.
Foster reinará 6 años en el semipesado, retirándose como campeón. Recuerda aún, cuando visitó al nigeriano en su vestuario, como le recibió con una sonrisa.
Tiger, una vez más, no se desanima, e intenta otra oportunidad de disputar la revancha. Pelea ese mismo año contra Frankie de Paula, en una de las mejores peleas del Garden.
Tiger se va a la lona en el primer asalto, al ser cazado con el uno-dos del italiano. Dick hace gala de su resistencia y encaje, se mete otra vez en la pelea, centrándose en el trabajo al cuerpo. En el 3º, de Paula se va 2 veces a la lona. En el 10º y último, De Paula ha recibido tanto castigo al cuerpo que no tira ni un solo golpe.
Pelea del año para The Ring.
De Paula será asesinado 4 meses más tarde, tiroteado por la espalda.
Tiger comienza a sufrir espasmos en su costado derecho. La hematuria no se le ha quitado. Los médicos achacan al boxeo sus padecimientos.
La cuesta abajo se precipita. La Junta Militar que gobierna Nigeria sofoca la insurrección de Biafra con una carnicería. Tiger está en la lista. Todo, absolutamente todo, le es confiscado (su librería, su gasolinera, sus negocios), su familia es perseguida y encarcelada. Tiger, que jamás quiso la nacionalidad norteamericana, es ahora, simple y llanamente un "refugiado político".
En 1969 hace 3 peleas, ganándolas todas, incluido Benvenuti. Pero su estado físico es lamentable. Entra en una profunda crisis. En 1970, vuelve a pelear contra Griffith, perdiendo a los puntos en una decisión que se recuerda como un grandioso escándalo.
Será su última pelea.
No puede más, ni física ni moralmente. Los periodistas especializados, en unión, le ayudarán tanto en su situación administrativa, como consiguiéndole un trabajo en el Museo de Ciencias de NY, ejerciendo como guarda. Por las noches, duerme en un albergue para necesitados, en Brooklin. Un día amanece desmayado, encogido sobre si mismo, en un rictus de dolor. Se le ingresa varios días en un hospital del Village.
El Tigre tiene cáncer.
Quizás desde hace varios años. La sangre en la orina sólo era un síntoma.
No hay ya nada que hacer.
El Tigre sólo suplica una cosa, morir en África. Pero ya ni Biafra, en términos jurídicos, existe.
Otra vez más, los periodistas, encabezados por Larry Merchant (comentarista de HBO), presionan a las Naciones Unidas, le pagan el viaje. La Junta Militar no quiere un mártir más, y menos con esos apoyos.
La noticia de la llegada del Tigre no pudo ser silenciada. Más de 20.000 peregrinos recorren a pie las polvorientas carreteras de Nigeria, para rendir tributo al héroe. Se quedan anonadados al ver un macilante y plomizo Dick Tiger, carcomido por la enfermedad.
A su funeral, en 1971, no acudió ningún representante de la Junta Militar. No sucedió lo mismo con los medios de comunicación. NY Times, London Times, televisiones, acudieron a la ceremonia. Desde un monte cercano, biafreños irreductibles dispararon salvas.
Fue, simplemente, el funeral de un héroe.
Hoy sus restos descansan debajo de una solitaria acacia.
Hoy, si uno quiere acercarse a la figura de Dick Tiger, solo puede hacerlo con bibliografía de escritores nigerianos (magnífica la biografía de Adeyinka Makinde, o los artículos de Phillip Eneagwali).
Es una historia tan agria, que no creo que se vaya a llevar al cine. Se ha sepultado la victoria sobre Fullmer. Sólo para los biafreños tiene valor.
La pelea fue un toma y daca, en los 3 primeros asaltos, con un Tiger intentando acortar distancias con cintura y bascular al rival con golpes curvos, y un Foster defendiendo la zona central del ring, no solo con rectos, sino también con sus hook de recepción a la contra.
En el 4ª asalto, en la zona central, el tejano conecta una derecha que deja sin alma al nigeriano, rematando con un hook de izda.
Será la primera y única vez, en sus 18 años de carrera, en sus 88 combates, que el Tigre no se levante a la cuenta.
Foster reinará 6 años en el semipesado, retirándose como campeón. Recuerda aún, cuando visitó al nigeriano en su vestuario, como le recibió con una sonrisa.
Tiger, una vez más, no se desanima, e intenta otra oportunidad de disputar la revancha. Pelea ese mismo año contra Frankie de Paula, en una de las mejores peleas del Garden.
Tiger se va a la lona en el primer asalto, al ser cazado con el uno-dos del italiano. Dick hace gala de su resistencia y encaje, se mete otra vez en la pelea, centrándose en el trabajo al cuerpo. En el 3º, de Paula se va 2 veces a la lona. En el 10º y último, De Paula ha recibido tanto castigo al cuerpo que no tira ni un solo golpe.
Pelea del año para The Ring.
De Paula será asesinado 4 meses más tarde, tiroteado por la espalda.
Tiger comienza a sufrir espasmos en su costado derecho. La hematuria no se le ha quitado. Los médicos achacan al boxeo sus padecimientos.
La cuesta abajo se precipita. La Junta Militar que gobierna Nigeria sofoca la insurrección de Biafra con una carnicería. Tiger está en la lista. Todo, absolutamente todo, le es confiscado (su librería, su gasolinera, sus negocios), su familia es perseguida y encarcelada. Tiger, que jamás quiso la nacionalidad norteamericana, es ahora, simple y llanamente un "refugiado político".
En 1969 hace 3 peleas, ganándolas todas, incluido Benvenuti. Pero su estado físico es lamentable. Entra en una profunda crisis. En 1970, vuelve a pelear contra Griffith, perdiendo a los puntos en una decisión que se recuerda como un grandioso escándalo.
Será su última pelea.
No puede más, ni física ni moralmente. Los periodistas especializados, en unión, le ayudarán tanto en su situación administrativa, como consiguiéndole un trabajo en el Museo de Ciencias de NY, ejerciendo como guarda. Por las noches, duerme en un albergue para necesitados, en Brooklin. Un día amanece desmayado, encogido sobre si mismo, en un rictus de dolor. Se le ingresa varios días en un hospital del Village.
El Tigre tiene cáncer.
Quizás desde hace varios años. La sangre en la orina sólo era un síntoma.
No hay ya nada que hacer.
El Tigre sólo suplica una cosa, morir en África. Pero ya ni Biafra, en términos jurídicos, existe.
Otra vez más, los periodistas, encabezados por Larry Merchant (comentarista de HBO), presionan a las Naciones Unidas, le pagan el viaje. La Junta Militar no quiere un mártir más, y menos con esos apoyos.
La noticia de la llegada del Tigre no pudo ser silenciada. Más de 20.000 peregrinos recorren a pie las polvorientas carreteras de Nigeria, para rendir tributo al héroe. Se quedan anonadados al ver un macilante y plomizo Dick Tiger, carcomido por la enfermedad.
A su funeral, en 1971, no acudió ningún representante de la Junta Militar. No sucedió lo mismo con los medios de comunicación. NY Times, London Times, televisiones, acudieron a la ceremonia. Desde un monte cercano, biafreños irreductibles dispararon salvas.
Fue, simplemente, el funeral de un héroe.
Hoy sus restos descansan debajo de una solitaria acacia.
Hoy, si uno quiere acercarse a la figura de Dick Tiger, solo puede hacerlo con bibliografía de escritores nigerianos (magnífica la biografía de Adeyinka Makinde, o los artículos de Phillip Eneagwali).
Es una historia tan agria, que no creo que se vaya a llevar al cine. Se ha sepultado la victoria sobre Fullmer. Sólo para los biafreños tiene valor.
En el tibio debate de Antena 3 sobre el boxeo, el Sr. Salas habla sobre pateras, explotación del hombre, Safiya, Nigeria... etc.
El Sr. Salas tiene todo el derecho de opinar, y como es lógico debe de respetársele. Como debe de respetarse el derecho del hombre a luchar.
Hoy hay datos, sobre lo que nosotros, el 1er. Mundo, consumimos. Si la energía, de todo tipo, se unificara en una sola medida/precio, el valor total por persona probablemente le borraría la sonrisa al Sr. Salas (y eso que se dedica al humor). Necesitamos sus recursos, entre otras cosas, para fabricar y comprar coches franceses con buenos descuentos.
Nosotros le montamos las guerras, donde ellos se matan, articulándolas de una forma tan hipócrita que produce náusea.
Somos tan hipócritas (lo digo en plural), que conozco más de un médico que se apunta a una ONG para practicar su profesión, sin que sus errores le repercutan en su carrera.
Pero, francamente, me parece rizar el rizo, pedir encima, a gente como Dick Tiger, que no luche, aun en trincheras y causas equivocadas y perdidas.
Además, es inútil, ya lo hacen, Sr. Salas. Desde que nacen.
A un prestigioso médico, que me operó hace muchos años, le encantaban los Safaris. A veces, creer que África es Disneylandia acarrea muchos problemas, Sr. Salas. Dicho médico debería haberlo tenido en cuenta, debería haberse fijado en la reacción de sus porteadores, al ver el helicóptero del ejército, buscando refugio. No fue acertado saludar a la tripulación de dicho helicóptero con un fusil de mira telescópica en la mano. A la 3ª pasada de dicho helicóptero, Sr. Salas, los restos del insigne galeno cabían en una caja de zapatos.
Tarde o temprano, vendrán aquí (ya lo están haciendo), se colarán por debajo de la puerta.
Y se lo aseguro, Sr. Salas, saben luchar. Piense en ello. Reflexione.
En el Zoo de Moscú, Sr. Salas, al último que se comen.... es al Tigre.
Un saludo.
El Sr. Salas tiene todo el derecho de opinar, y como es lógico debe de respetársele. Como debe de respetarse el derecho del hombre a luchar.
Hoy hay datos, sobre lo que nosotros, el 1er. Mundo, consumimos. Si la energía, de todo tipo, se unificara en una sola medida/precio, el valor total por persona probablemente le borraría la sonrisa al Sr. Salas (y eso que se dedica al humor). Necesitamos sus recursos, entre otras cosas, para fabricar y comprar coches franceses con buenos descuentos.
Nosotros le montamos las guerras, donde ellos se matan, articulándolas de una forma tan hipócrita que produce náusea.
Somos tan hipócritas (lo digo en plural), que conozco más de un médico que se apunta a una ONG para practicar su profesión, sin que sus errores le repercutan en su carrera.
Pero, francamente, me parece rizar el rizo, pedir encima, a gente como Dick Tiger, que no luche, aun en trincheras y causas equivocadas y perdidas.
Además, es inútil, ya lo hacen, Sr. Salas. Desde que nacen.
A un prestigioso médico, que me operó hace muchos años, le encantaban los Safaris. A veces, creer que África es Disneylandia acarrea muchos problemas, Sr. Salas. Dicho médico debería haberlo tenido en cuenta, debería haberse fijado en la reacción de sus porteadores, al ver el helicóptero del ejército, buscando refugio. No fue acertado saludar a la tripulación de dicho helicóptero con un fusil de mira telescópica en la mano. A la 3ª pasada de dicho helicóptero, Sr. Salas, los restos del insigne galeno cabían en una caja de zapatos.
Tarde o temprano, vendrán aquí (ya lo están haciendo), se colarán por debajo de la puerta.
Y se lo aseguro, Sr. Salas, saben luchar. Piense en ello. Reflexione.
En el Zoo de Moscú, Sr. Salas, al último que se comen.... es al Tigre.
Un saludo.
Francisco Menéndez Campa
jueves, 28 de julio de 2011
Salvador Sanchez" Breve pero intenso"
Un Boxeador que aun siendo muy breve su paso por el boxeo(siete años de profesional).Fue campeón de los pesos plumas de 1980 a 1982, con 44-1-1(32) y nada mas y nada menos que nueve defensas del titulo en dos años y medio.
Después de derrotar el amistoso Danny Lopez “Pequeño Rojo” por el título por TKO en el 13 round en lo que fuera considerado un contratiempo grande, Sánchez después lo defendió contra Rubén Castillo, 48-1 (26); López en una revancha; el invicto, 15-0 (10), anormalmente alto de 1.83 metros Patrick Ford; el duro Juan LaPorte, quien pasó de llegar a ser un campeón; el primer retador y campeón europeo, Roberto Castañón, 43-1 (24); el artista invicto, Wilfredo Gómez (Gómez se quedo con las ganas de la revancha,tras la tragica noticia de la muerte de Sànchez), El 32-0-1 (32); Pat Cowdell ; Jorge García; y el futuro tres veces campeón, Azumah Nelson.
trabajó con Rubén Blades en mayo de 1982 en una película llamada “La Última Pelea” (que fue dedicado a él después de su muerte prematura).
De joven a Sánchez le encantaba la lucha libre (deporte muy popular en México) pero un amigo muy cercano, José Sosa, lo llevo a un gimnasio de boxeo y ahí cambio el rumbo de su vida.
Su primer combate como amateur fue cuando tenía 13 años, y permaneció invicto durante ese periodo(solo nueve peleas), su mente estaba centrada en ser profesional y no en uno cualquiera,el quería y sera campeón de campeones.
Sus padres no entendían su pasión pero no les quedo otra que aceptarlo.Su madre antes de cada combate siempre le ponía una cruz hecha de rama de palma dentro de su zapato
Con ayuda y asesoramiento de el Dr. Valenzuela,perfecciono un método de su instrucción con el que podía entrenar series de cinco-minutos, y después tener el ritmo cardiaco a normal durante de 45 segundos de descanso.
Una de sus mayores batallas,con la que Sànchez llego a su momento de gloria fue contra el invicto Wilfredo Gòmez (otro titam de la época) considerado el mejor boxeador puertorriqueño de todos los tiempos.
Sánchez gano por decisión en el décimo round. Después de que la decisión fuera anunciada, Gómez entró en el cuadrilátero y dio un pequeño empujón con Sánchez para ayudar a promover su pelea.
Gómez fue el único boxeador por el que Sánchez tuvo un gran resentimiento. Antes su pelea, Gómez a menudo le faltó al respeto a Sánchez en público.
La viuda de Sánchez, Teresa, recordó que él le dijo, “le daré una paliza a este tipo,” y lo cumplió, dejando a Gómez con una fractura de pómulo y ambos ojos cerrados. Parece que Sánchez podría haber terminado a Gómez más pronto de lo que él hizo en el octavo round, pero el quiso prolongar el castigo.
La pelea en el Madison Square Garden, el 21 de julio de 1982, sería la última pelea de la carrera de Sánchez. Azumah Nelson, 13-0 (10), fue un tarde reemplazo, traído con dos semanas de anterioridad, ya que el adversario original, el colombiano Mario Miranda se retiró de la pelea por una herida.
Nelson era un desconocido y no se esperaba que diera a Sánchez mucha batalla. Resultó ser la pelea más dura de la carrera de Sánchez, pero él pudo parar Nelson en el 15 round.( yo prefiero la pelea con Gomez,me parecio mas dura)
Willie Pep asistió a la pelea esa noche y quedo impresionado con Sánchez, el dijo, “estoy contento que él no estuviera en mi era.” Esto si que fue un cumplido viniendo de uno de los boxeadores más mas grandes en la historia.
Hubo planes de que Sánchez CMB campeón de peso ligero enfrentara a Alexis Arguello, 77-5 (62), después de una revancha ya planificada de LaPorte.
En ese tiempo, Arguello era sólo el sexto hombre en la historia del boxeo en ganar los títulos en tres clases del peso, habiendo ya ganado cinturones en el peso pluma y junio peso ligero. Según el abogado de Sánchez, Juan José Torres Landa, que manejó las negociaciones de la pre-pelea, Arguello, no quería realmente enfrentarse con Sánchez, porque sabía que él tendría problemas con el estilo de Sánchez y probablemente perdería la pelea.
La pelea estuvo en etapas cerca de firmarse pero nunca fue concretada. Sánchez pensó jubilarse después y estudiar para llegar a ser un médico.
Las únicas imperfecciones en el registro de Sánchez, una pérdida por decisión, y un empate contra Antonio Becerra y Juan Escobar respectivamente.
Después de que subir y escapar dos veces del empate en 1978, Sánchez cambió su administración y contrato a un entrenador Enrique Huerta, que lo ayudo con la transición hasta llegar a ser un mejor boxeador.
En el 12 de agosto de 1982, a los 23 años, la vida de Sánchez fue acortada trágicamente cuando el perdió la vida en un accidente de automóvil, cuando volvía a su casa después de pasar una noche fuera con sus amigos cercanos, manejando sólo en su Porsche 928S. Sorprendentemente, Sánchez a menudo tenía premoniciones acerca de su propia muerte
Su funeral fue en su pueblo de natal y más de 50,000 personas asistieron para mostrar su respeto al boxeador caído.(wilfredo Gomez tambien asistio)
Misteriosamente, la fortuna de Salvador desapareció y nunca ni su viuda, los niños, y la madre recibieron nada de esto.
miércoles, 27 de julio de 2011
"Smokin' Joe" Frazier
Joseph William "Smokin' Joe" Frazier
(nació en el 44 in Beaufort, Carolina del sur, Estados Unidos ).Para mí, junto a Joe louis , lo mejor que ha habido en la categoría de pesos pesados de todos los tiempos. Medalla de oro en los juegos olímpicos en el 64 (tokio) y en 1968 Frazier fue reconocido como campeón mundial por la Comisión de Boxeo de Nueva York, entidad que pactó un encuentro entre Frazier vs Buster Mathis para designar al reemplazante de Muhammad Ali, a quien se le había despojado del título por negarse a servir en el ejército, y probablemente ser enviado a la guerra de Vietnam. Frazier ganó por nocaut convirtiéndose en el campeón indiscutido de la categoría.
Sus batallas fueron muchas (Foreman, Bob Foster, Jerry Quarry, Oscar Bonavena), pero las más conocidas fueron frente a su” archí enemigo” Ali.
En mi caso, siempre que nombran a” Smokin”, me viene a la cabeza la última guerra que tuvo contra Ali “, la batalla en Manila”. Y estoy seguro que Fraizer ha pensado más de una vez en ese dia.Tras ese combate (que si Joe se hubiera levantado habría ganado), Ali comento “Yo nunca hubiera sido lo que soy sin él y él nunca hubiera sido lo que es sin mí”. También dijo que nunca había estado tan cerca de la muerte (no recuerdo muy bien sus palabras, pero más o menos era eso).
La verdad es que daba miedo( y seguro que sus rivales darían fe de ello) ver como perseguía a sus rivales, arrinconándolos, con unos movimientos en zigzag para cortarles las salidas .No entiendo como aguantaba ese ritmo hasta el ultimo round, y no olvidemos que antes eran 15 no 12 como ahora. Para el que no este muy metido en este mundillo, les diré que SI, que tres asaltos parecen poco pero son un mundo.
Perdió el título, el 22 de enero de 1973 en Kingston, Jamaica, ante George Foreman (que combatazo).
La gente se empeña en decir siempre que el mas grande, el campeonísimo fue Ali. No cabe duda que Ali fue un campeón, pero tampoco podemos olvidar que Fraizer le venció.
En aquella época ser campeón si que era eso, CAMPEON, pues daba igual quien fuera tu rival, tocara quien te tocara seria un hueso muy duro de roer.
Si preguntas a la gente sobre un boxeador, sobre un campeón, sobre un peso pesado, te dirán Tyson o Ali. Para los que disfrutamos de este deporte sabemos que hay mucho mas, que hubo un día en que los pesos pesados eran los reyes del mundo y había una calidad asombrosa en esa categoría, cosa que en la actualidad escasea.
Como ya os he dicho, para mí, el sr. Joseph William "Smokin' Joe" Frazier siempre será uno de los más grandes de todos los tiempos
martes, 26 de julio de 2011
BOXEO - JAMES A. FOX
Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer
lunes, 25 de julio de 2011
QUIERO A CHAVEZ JR.
El boxeador argentino Sergio Maravilla Martínez pidió al Consejo Mundial de Boxeo que desafilie a Julio César Chávez Jr. si no acepta poner en juego contra el Maravilla su título mundial de peso de peso medio en 2012.
“Me dijeron que Chávez tiene derecho a una defensa y luego, la obligatoria conmigo” declaró el argentino.
Por ahora Maravilla Martínez se prepara para el duelo que sostendrá vs el inglés Darren Barker el 1 de octubre en Atlantic City, aunque reconoció que quiere resolverlo lo antes posible para dedicarse de lleno a la búsqueda del título mundial de peso medio que actualmente ostenta Chávez Jr.
"Tengo en mente noquear a Barker antes de seis rounds para quitarlo del medio y enfocarme plenamente en recuperar el título de los medianos", comentó el Maravilla.
Por último aceptó que ve complicado que se realice tal pelea porque no cree posible que Chávez Jr. quiera medirse con él, aunque precisó que es su obligación como campeón aceptar el reto.
"Su obligación es enfrentarse a los mejores, pero no estoy tan seguro de que quiera la pelea", finalizó.
sportimes.com
SUGAR RAY ROBINSON: EL TRONO Y LA TUMBA
La batalla de San Valentín
Al estadio de Chicago en 1951, Robinson llega con un récord completo de 123-1-2, 78 Ko. La Motta, 94 peleas, 78 ganadas y 4 nulos.
Jake tiene problemas para dar el peso. No tiene las sesiones de gimnasio suficientes, pisó poco el Gleason. Robinson va a aplicar tácticas evasivas, de desplazamiento contínuo por el ring. Robinson sabe del peligro del crochet izdo de La Motta. Dispara su Jab como un pistón, siempre moviéndose, con su hombro en protección y creando nuevas líneas de combate, al entrar y salir.
Nunca le da la media distancia al italiano. Nunca toca las cuerdas. Anda, pero no corre por el ring .
La Motta intenta negarse a la dominación devolviendo golpes esporádicos, entrando por debajo y subiendo pegando.
Ray lo deja venir, con una lentitud de desplazamiento hacia atrás, que incita al italiano a entrar, en cuanto Jake carga el peso en su pierna adelantada, le dispara con velocidad cegadora. Y vuelve a repetir la operación. Un La Motta agotándose, intentando entrar en cuña y cerrando por los lados, y un Robinson pegando y recibiendo al rival por dentro.
En los asaltos intermedios la paciencia del moreno da sus frutos. Ese trabajo, más los upper con los que levanta a un La Motta agazapado, va minando la resistencia del rival y sumando puntos. Empieza la presión de Ray. Hasta entonces apenas había tocado abajo al italiano, apenas le había trabajado con el crochet de izda. Todo el trabajo que Robinson aplicó por dentro hace que la mano derecha del italiano se vaya bajando. Lo pagará caro.
En el round 10, Robinson, en mitad del asalto, se deja ir a un rincón neutral, y el italiano empieza con su “batidora”, ante la defensa activa pero sin contraataque del rival. De repente Robinson ve el blanco del protector bucal del italiano, y durante 30 segundos martillea con todo tipo de cuero al italiano. Ahora Robinson mete también la derecha a plomo. La pelea está rota.
A partir de ahí, el italiano está tan cansado que prefiere recibir que moverse.
En el 13°, el árbitro Sikola detiene el castigo sobre un La Motta orgulloso que se niega a caer. Es la 6° y última vez que se verán las caras. Los estilos dispares de ambos púgiles fueron garantía de magníficas peleas.
La Motta seguirá peleando. Sobrevivirá a Robinson y a muchos otros.
Y lo más difícil, sobrevivirá a si mismo.
Jake tiene problemas para dar el peso. No tiene las sesiones de gimnasio suficientes, pisó poco el Gleason. Robinson va a aplicar tácticas evasivas, de desplazamiento contínuo por el ring. Robinson sabe del peligro del crochet izdo de La Motta. Dispara su Jab como un pistón, siempre moviéndose, con su hombro en protección y creando nuevas líneas de combate, al entrar y salir.
Nunca le da la media distancia al italiano. Nunca toca las cuerdas. Anda, pero no corre por el ring .
La Motta intenta negarse a la dominación devolviendo golpes esporádicos, entrando por debajo y subiendo pegando.
Ray lo deja venir, con una lentitud de desplazamiento hacia atrás, que incita al italiano a entrar, en cuanto Jake carga el peso en su pierna adelantada, le dispara con velocidad cegadora. Y vuelve a repetir la operación. Un La Motta agotándose, intentando entrar en cuña y cerrando por los lados, y un Robinson pegando y recibiendo al rival por dentro.
En los asaltos intermedios la paciencia del moreno da sus frutos. Ese trabajo, más los upper con los que levanta a un La Motta agazapado, va minando la resistencia del rival y sumando puntos. Empieza la presión de Ray. Hasta entonces apenas había tocado abajo al italiano, apenas le había trabajado con el crochet de izda. Todo el trabajo que Robinson aplicó por dentro hace que la mano derecha del italiano se vaya bajando. Lo pagará caro.
En el round 10, Robinson, en mitad del asalto, se deja ir a un rincón neutral, y el italiano empieza con su “batidora”, ante la defensa activa pero sin contraataque del rival. De repente Robinson ve el blanco del protector bucal del italiano, y durante 30 segundos martillea con todo tipo de cuero al italiano. Ahora Robinson mete también la derecha a plomo. La pelea está rota.
A partir de ahí, el italiano está tan cansado que prefiere recibir que moverse.
En el 13°, el árbitro Sikola detiene el castigo sobre un La Motta orgulloso que se niega a caer. Es la 6° y última vez que se verán las caras. Los estilos dispares de ambos púgiles fueron garantía de magníficas peleas.
La Motta seguirá peleando. Sobrevivirá a Robinson y a muchos otros.
Y lo más difícil, sobrevivirá a si mismo.
La gira europea y la sorpresa británica
Robinson y todo su circo se embarcan hacia Europa, que tiene una terrible atracción para los americanos. Le permite una liquidez extra, una posibilidad de explorar nuevos placeres en nuevos territorios. Entre mayo y julio del 1951, hará siete peleas en París, Zurich, Anwerp, Lieja, Berlín, Turín y Londres.
No sólo despierta admiración, sino también polémica. En Berlín, contra Gerhard Heckt, en el 2° asalto, es descalificado por golpe a los riñones del germano. A las 2 horas del suceso, tras una posterior deliberación, se considera “No contest”.
Algo parecido le sucede en París contra Stocke. El estilo de batalla de los americanos encaja poco con la escuela europea.
Cuando llega a Londres, creyendo que esa serie de combates le han permitido mantener una buena forma, en un ataque de soberbia propia de él, decide exponer el título (no estaba programado) ante el campeón británico. Dicho campeón es un ex-cocinero de barco llamado Randolph Turpin, cuyos hermanos son todos boxeadores. Su palmarés son 43 peleas, con 40 triunfos y un nulo. Robinson no presta ninguna atención a ese dato. El patriotismo y la extravagante personalidad del americano hace que se dispare la expectación, que la reventa de entradas alcance precios fuera de órbita. En el Earls Court Exhibition Hall se llenan las 18.000 localidades.
Como con Kid Gavilán, como con Basilio y muchos otros púgiles, no sólo se dirime un combate de box. Es el púgil de base, el individuo que pasa problemas para llegar a fin de mes, que viene del hambre el que se enfrenta a su oportunidad y al hombre que lo tiene todo, talento, carisma, dinero, lujo.
Es el lobo hambriento del monte que va a quitarle el hueso al perro de raza que vive en una confortable caseta.
La motivación lo es todo. La decisión de poner el título en juego abre la caja de Pandora. Pero Robinson no sólo comete ese error.
Turpin es un tipo más alto, y es un auténtico medio. Robinson sería hoy un perfecto superwelter.
Turpin es más joven y lleva varios meses soñando con Robinson, mientras Robinson no lo conoce y ni le importa. Hace tan sólo 9 días que Robinson ha peleado en Italia.
Turpin es un boxeador heterodoxo, inestable (incluso en su personalidad), el tipo de boxeador extraño que es la pesadilla del boxeador ordenado.
Su estilo de voy para adelante - luego voy para atrás - ahora me avalanzo, es inclasificable. Y no responde a las trampas, al oficio, al boxeo cristalino de Robinson.
Con un sorpresivo Jab (Liebling lo calificó como “esa especie de salto con pértiga que ejecuta a modo de jab”), aprovecha su mayor envergadura y anula, de entrada, el boxeo de Robinson.
Encima, Turpin ejecuta movimientos al límite de lo reglamentario (pelea en casa), que desconciertan aún más al campeón, y lo dejan sin área de golpeo.
Lo cierto es que el británico va a más en los asaltos, y la cosa se agrava aún más cuando en el 7° Robinson se corta en un ojo, y el británico golpea sin misericordia esa zona. Robinson ya había pasado por los cortes en el 4° asalto y muchos problemas en el 8°, en su pelea con Gavilán. Cree que la experiencia lo sacará a flote. Pero de aquella, si tenía entreno, ahora le falta gimnasio y lo nota.
Ray ya no tiene las dos manos para pegar (una protege su ojo izdo), el inglés sale por la zona donde Robinson ya no ve, pierde la visión en tres dimensiones y por lo tanto la noción de distancia.
Los últimos asaltos son de una fiereza absoluta.
El lobo, al sonar la campana en el 15, le ha quitado el hueso, de la propia boca, al perro de raza.
Los franceses llaman “Síndrome de bajar la escalera” al estado mental en que uno se encuentra inmediatamente después de cometer un tremendo fallo, ”si hubiera hecho esto... o aquello”.
Robinson tuvo un magnífico síndrome aquella noche.
El reinado de Turpin será corto, 64 días. La revancha en el Campo de Polo de NY. 61370 personas viéndolo. 767.626$ a repartir, una bolsa brutal para no ser pesados.
Ahora, ambos, se odian. Hay algo personal.
¿Es tan buen boxeador Turpin o sólo ha sido suerte?
"¿Que duele más, Ray, ser una vieja gloria, o un boxeador acabado?". Le espeta el inglés.
Trabaja el orgullo de Robinson como si fuese una ceja abierta. ¿Si Turpin es un boxeador mediocre, como es que ganó?
Turpin está muy crecido, el título da alas. El autoengaño se llama confianza.
Esta vez Robinson si se prepara con dureza. ”Nadie me ganó dos veces”.
Los 9 primeros rounds son dignos de un nulo. Pero en ese asalto, una maniobra extraña del inglés propicia un corte brutal en el ojo izdo de Ray. Goldstein, el árbitro, escudriña la herida... junto al párpado, mala costura.
Robinson prepara un ataque ciego en el décimo asalto.
Finta el jab del ingles, y cuando este atrasa la cabeza, le envía un derechazo a romper. Turpin, muy sentido, intenta cincharse por fuera. Pero Ray se escapa del abrazo y conecta la izda al cuerpo, recibiéndolo por dentro como manda el manual, y le tira la derecha a la mandíbula con intención de abrirle una ventana en la cara. Le cuentan 7 al inglés.
La lluvia de golpes, por todos los ángulos, con la dureza que sólo otorga el odio y el miedo a perder, dura más de 30 segundos. El inglés se queda en las cuerdas. La rotación de los pies de Robinson al pegar los derechazos dan muestra de la carga con la que golpea. El torrente de cuero que le llega al cuerpo del inglés hace que este se doble, y Robinson sube pegando a la cabeza. El árbitro se abalanza. Sólo quedan 8 segundos para que suene la campana. El árbitro para la pelea.
Goldstein fue tremendamente criticado. Robinson no podía continuar con ese corte, y Turpin aún parecía entero, la pelea hasta entonces había estado muy igualada. Pero solo hacía una semana de la muerte de Jorge Flores, en el mismo NY, y eso pesó en el árbitro. Aparte, todo el mundo conocía la capacidad destructiva de las aceleraciones de Ray. Creo que fue justo.
Turpin seguirá peleando contra Young y Humez, por el europeo.
Contra Olson peleará por el título, vacante al dejarlo Robinson en pos del semipesado, y es el punto de desplome de Turpin (1953).
La preparación del inglés estuvo plagada de escándalos, broncas, y coronada con un arresto por delitos sexuales. Con ese panorama, perdió a los puntos. “Mi hijo, odio decirlo, no tenía ninguna intención de ganar”, confesó su madre.
Será destruido por Tiberio Mitri en un asalto.
Se pasa a semipesados y el Ko que le propina Yolande Pompei en 1958 es el fin de su carrera.
Se pasa al cacht, y le quitan la licencia.
Invierte lo ganado en un hotel rural, donde pretende ejercer su antiguo oficio de cocinero. Fracasa.
En mayo de 1966, se descerraja un tiro en la sien. Tenía 37 años.
"¿Que duele más, Ray, ser una vieja gloria o un boxeador acabado?".
Quizás el mismo se contestó.
No sólo despierta admiración, sino también polémica. En Berlín, contra Gerhard Heckt, en el 2° asalto, es descalificado por golpe a los riñones del germano. A las 2 horas del suceso, tras una posterior deliberación, se considera “No contest”.
Algo parecido le sucede en París contra Stocke. El estilo de batalla de los americanos encaja poco con la escuela europea.
Cuando llega a Londres, creyendo que esa serie de combates le han permitido mantener una buena forma, en un ataque de soberbia propia de él, decide exponer el título (no estaba programado) ante el campeón británico. Dicho campeón es un ex-cocinero de barco llamado Randolph Turpin, cuyos hermanos son todos boxeadores. Su palmarés son 43 peleas, con 40 triunfos y un nulo. Robinson no presta ninguna atención a ese dato. El patriotismo y la extravagante personalidad del americano hace que se dispare la expectación, que la reventa de entradas alcance precios fuera de órbita. En el Earls Court Exhibition Hall se llenan las 18.000 localidades.
Como con Kid Gavilán, como con Basilio y muchos otros púgiles, no sólo se dirime un combate de box. Es el púgil de base, el individuo que pasa problemas para llegar a fin de mes, que viene del hambre el que se enfrenta a su oportunidad y al hombre que lo tiene todo, talento, carisma, dinero, lujo.
Es el lobo hambriento del monte que va a quitarle el hueso al perro de raza que vive en una confortable caseta.
La motivación lo es todo. La decisión de poner el título en juego abre la caja de Pandora. Pero Robinson no sólo comete ese error.
Turpin es un tipo más alto, y es un auténtico medio. Robinson sería hoy un perfecto superwelter.
Turpin es más joven y lleva varios meses soñando con Robinson, mientras Robinson no lo conoce y ni le importa. Hace tan sólo 9 días que Robinson ha peleado en Italia.
Turpin es un boxeador heterodoxo, inestable (incluso en su personalidad), el tipo de boxeador extraño que es la pesadilla del boxeador ordenado.
Su estilo de voy para adelante - luego voy para atrás - ahora me avalanzo, es inclasificable. Y no responde a las trampas, al oficio, al boxeo cristalino de Robinson.
Con un sorpresivo Jab (Liebling lo calificó como “esa especie de salto con pértiga que ejecuta a modo de jab”), aprovecha su mayor envergadura y anula, de entrada, el boxeo de Robinson.
Encima, Turpin ejecuta movimientos al límite de lo reglamentario (pelea en casa), que desconciertan aún más al campeón, y lo dejan sin área de golpeo.
Lo cierto es que el británico va a más en los asaltos, y la cosa se agrava aún más cuando en el 7° Robinson se corta en un ojo, y el británico golpea sin misericordia esa zona. Robinson ya había pasado por los cortes en el 4° asalto y muchos problemas en el 8°, en su pelea con Gavilán. Cree que la experiencia lo sacará a flote. Pero de aquella, si tenía entreno, ahora le falta gimnasio y lo nota.
Ray ya no tiene las dos manos para pegar (una protege su ojo izdo), el inglés sale por la zona donde Robinson ya no ve, pierde la visión en tres dimensiones y por lo tanto la noción de distancia.
Los últimos asaltos son de una fiereza absoluta.
El lobo, al sonar la campana en el 15, le ha quitado el hueso, de la propia boca, al perro de raza.
Los franceses llaman “Síndrome de bajar la escalera” al estado mental en que uno se encuentra inmediatamente después de cometer un tremendo fallo, ”si hubiera hecho esto... o aquello”.
Robinson tuvo un magnífico síndrome aquella noche.
El reinado de Turpin será corto, 64 días. La revancha en el Campo de Polo de NY. 61370 personas viéndolo. 767.626$ a repartir, una bolsa brutal para no ser pesados.
Ahora, ambos, se odian. Hay algo personal.
¿Es tan buen boxeador Turpin o sólo ha sido suerte?
"¿Que duele más, Ray, ser una vieja gloria, o un boxeador acabado?". Le espeta el inglés.
Trabaja el orgullo de Robinson como si fuese una ceja abierta. ¿Si Turpin es un boxeador mediocre, como es que ganó?
Turpin está muy crecido, el título da alas. El autoengaño se llama confianza.
Esta vez Robinson si se prepara con dureza. ”Nadie me ganó dos veces”.
Los 9 primeros rounds son dignos de un nulo. Pero en ese asalto, una maniobra extraña del inglés propicia un corte brutal en el ojo izdo de Ray. Goldstein, el árbitro, escudriña la herida... junto al párpado, mala costura.
Robinson prepara un ataque ciego en el décimo asalto.
Finta el jab del ingles, y cuando este atrasa la cabeza, le envía un derechazo a romper. Turpin, muy sentido, intenta cincharse por fuera. Pero Ray se escapa del abrazo y conecta la izda al cuerpo, recibiéndolo por dentro como manda el manual, y le tira la derecha a la mandíbula con intención de abrirle una ventana en la cara. Le cuentan 7 al inglés.
La lluvia de golpes, por todos los ángulos, con la dureza que sólo otorga el odio y el miedo a perder, dura más de 30 segundos. El inglés se queda en las cuerdas. La rotación de los pies de Robinson al pegar los derechazos dan muestra de la carga con la que golpea. El torrente de cuero que le llega al cuerpo del inglés hace que este se doble, y Robinson sube pegando a la cabeza. El árbitro se abalanza. Sólo quedan 8 segundos para que suene la campana. El árbitro para la pelea.
Goldstein fue tremendamente criticado. Robinson no podía continuar con ese corte, y Turpin aún parecía entero, la pelea hasta entonces había estado muy igualada. Pero solo hacía una semana de la muerte de Jorge Flores, en el mismo NY, y eso pesó en el árbitro. Aparte, todo el mundo conocía la capacidad destructiva de las aceleraciones de Ray. Creo que fue justo.
Turpin seguirá peleando contra Young y Humez, por el europeo.
Contra Olson peleará por el título, vacante al dejarlo Robinson en pos del semipesado, y es el punto de desplome de Turpin (1953).
La preparación del inglés estuvo plagada de escándalos, broncas, y coronada con un arresto por delitos sexuales. Con ese panorama, perdió a los puntos. “Mi hijo, odio decirlo, no tenía ninguna intención de ganar”, confesó su madre.
Será destruido por Tiberio Mitri en un asalto.
Se pasa a semipesados y el Ko que le propina Yolande Pompei en 1958 es el fin de su carrera.
Se pasa al cacht, y le quitan la licencia.
Invierte lo ganado en un hotel rural, donde pretende ejercer su antiguo oficio de cocinero. Fracasa.
En mayo de 1966, se descerraja un tiro en la sien. Tenía 37 años.
"¿Que duele más, Ray, ser una vieja gloria o un boxeador acabado?".
Quizás el mismo se contestó.
En la cima de los medios
Volviendo a Robinson, hará dos defensas, ganando a los puntos a un magnifico Olson, y mandando al hospital en tres asaltos a Rocky Graziano.
La pelea con Graziano explica el carácter y la genialidad (y la soberbia) del moreno.
Graziano tiene muy poco boxeo, todo lo basa en un derechazo a la manera de Ketchel, con todo el cuerpo, como un misíl humano. Preguntado por el secreto de ese golpe, Graziano contestó, ya en el retiro: ”El secreto es encontrar apoyo a mi golpe, que es también muy apoyado. Entro por debajo y lanzo mi derecha a su guante atrasado, al nivel del cuello, porque siempre se agachan. Cuanto más miedo tienen, más profundo disparo, porque más se apartan. Si lo tiro al cuerpo, procuro llevar el brazo paralelo al suelo, doblando las piernas pero no la espalda. Busco su columna vertebral, todo lo que encuentro por el medio queda destrozado”.
Ray Robinson, en esta pelea, en vez de escapar por su lado derecho, evitando la mano preferida del peligroso rival, hace lo contrario, sale a la izda, “a la cubana”. Quiere romperle con su hook el recto de derecha del italiano.
En el tercer asalto, un Graziano en las cuerdas, responde con un derechazo que pilla estirado y hace doblar la rodilla al moreno. El árbitro no le cuenta, lo incorpora y le limpia los guantes.
La reacción fría y calculada (el rostro de Robinson siempre refleja cálculo por encima de otras expresiones) es imprimir una de sus famosas aceleraciones, y de un derechazo fulgurante, mandar el bocado del italiano a la 8° fila de asientos.
El árbitro, sabiamente, para la pelea.
Graziano, todo corazón quiere seguir. Si uno se fija en las piernas del italiano, se mueven de forma compulsiva, prueba del daño neurológico. Su siguiente pelea será la ultima.
Ray está en la cumbre. Planea la retirada. Pero en otro ataque de soberbia, intenta el sueño de ser otro Henry Amstrong. Coronarse campeón de los semipesados. He ahí la cuestión.
El campeón de los semipesados es Joe Maxim (Guiusseppe Berardelli), está llevado por “Doc” Kearns (mánager de Dempsey), que conoce el negocio como nadie. Joe Maxim conquistó el título a Fredie Mills, en junio de 1950, por Ko en el 10° Round.
Parémonos en Mills. De recogedor de leche en las vaquerías inglesas hace la típica carrera del ratero, peleando en provincias. Como Robinson, va subiendo paulatinamente de peso, con la edad. Tiene el estilo del que suple las carencias técnicas ( apenas se desplaza) con su bravura. Su pelea contra Lesenvich (ambos están dentro del ejército, aún en guerra) que se prevé un entretenimiento entre aliados, es una auténtica carnicería, que será criticada no sólo por la prensa, sino por el propio público. El tremendo Ko que le propina el americano no presagia nada bueno.
Mills, al final logrará el título, y gana al americano por puntos en 1948, pero sus peleas con Ralph, Woodcocks inciden en la misma tónica. Los catorce años de absorción irracional de castigo, en sus 97 combates (que se sepa) traen como consecuencia un retiro problemático, una incapacidad de reconversión que propician su suicidio en 1965.
La pelea de Maxim contra Robinson, en junio del 52, se realiza en el día más caluroso de ese año. Incluso se llegó a pensar dejarla en 10 asaltos. Lo cierto es que Robinson iba ganando, pero el sobrepeso le impidió salir en el Round 14. La única pelea que no terminó.
Jamás Maxim le dió la revancha. “Hacía el mismo calor para los dos, y yo si salí a la campana”.
La retirada, anunciada 6 meses atrás por Ray, se hará efectiva.
Comienza una nueva etapa para Robinson.
Entretenimiento, actor, bailarín... Le llaman las candilejas. Se paseará por NY, Las Vegas, Miami.
Las críticas no lo tratan muy bien, pero se rodea de bailarines que lo arropan lo suficiente.
La pelea con Graziano explica el carácter y la genialidad (y la soberbia) del moreno.
Graziano tiene muy poco boxeo, todo lo basa en un derechazo a la manera de Ketchel, con todo el cuerpo, como un misíl humano. Preguntado por el secreto de ese golpe, Graziano contestó, ya en el retiro: ”El secreto es encontrar apoyo a mi golpe, que es también muy apoyado. Entro por debajo y lanzo mi derecha a su guante atrasado, al nivel del cuello, porque siempre se agachan. Cuanto más miedo tienen, más profundo disparo, porque más se apartan. Si lo tiro al cuerpo, procuro llevar el brazo paralelo al suelo, doblando las piernas pero no la espalda. Busco su columna vertebral, todo lo que encuentro por el medio queda destrozado”.
Ray Robinson, en esta pelea, en vez de escapar por su lado derecho, evitando la mano preferida del peligroso rival, hace lo contrario, sale a la izda, “a la cubana”. Quiere romperle con su hook el recto de derecha del italiano.
En el tercer asalto, un Graziano en las cuerdas, responde con un derechazo que pilla estirado y hace doblar la rodilla al moreno. El árbitro no le cuenta, lo incorpora y le limpia los guantes.
La reacción fría y calculada (el rostro de Robinson siempre refleja cálculo por encima de otras expresiones) es imprimir una de sus famosas aceleraciones, y de un derechazo fulgurante, mandar el bocado del italiano a la 8° fila de asientos.
El árbitro, sabiamente, para la pelea.
Graziano, todo corazón quiere seguir. Si uno se fija en las piernas del italiano, se mueven de forma compulsiva, prueba del daño neurológico. Su siguiente pelea será la ultima.
Ray está en la cumbre. Planea la retirada. Pero en otro ataque de soberbia, intenta el sueño de ser otro Henry Amstrong. Coronarse campeón de los semipesados. He ahí la cuestión.
El campeón de los semipesados es Joe Maxim (Guiusseppe Berardelli), está llevado por “Doc” Kearns (mánager de Dempsey), que conoce el negocio como nadie. Joe Maxim conquistó el título a Fredie Mills, en junio de 1950, por Ko en el 10° Round.
Parémonos en Mills. De recogedor de leche en las vaquerías inglesas hace la típica carrera del ratero, peleando en provincias. Como Robinson, va subiendo paulatinamente de peso, con la edad. Tiene el estilo del que suple las carencias técnicas ( apenas se desplaza) con su bravura. Su pelea contra Lesenvich (ambos están dentro del ejército, aún en guerra) que se prevé un entretenimiento entre aliados, es una auténtica carnicería, que será criticada no sólo por la prensa, sino por el propio público. El tremendo Ko que le propina el americano no presagia nada bueno.
Mills, al final logrará el título, y gana al americano por puntos en 1948, pero sus peleas con Ralph, Woodcocks inciden en la misma tónica. Los catorce años de absorción irracional de castigo, en sus 97 combates (que se sepa) traen como consecuencia un retiro problemático, una incapacidad de reconversión que propician su suicidio en 1965.
La pelea de Maxim contra Robinson, en junio del 52, se realiza en el día más caluroso de ese año. Incluso se llegó a pensar dejarla en 10 asaltos. Lo cierto es que Robinson iba ganando, pero el sobrepeso le impidió salir en el Round 14. La única pelea que no terminó.
Jamás Maxim le dió la revancha. “Hacía el mismo calor para los dos, y yo si salí a la campana”.
La retirada, anunciada 6 meses atrás por Ray, se hará efectiva.
Comienza una nueva etapa para Robinson.
Entretenimiento, actor, bailarín... Le llaman las candilejas. Se paseará por NY, Las Vegas, Miami.
Las críticas no lo tratan muy bien, pero se rodea de bailarines que lo arropan lo suficiente.
El entrenamiento de Sugar Ray
Ray es un púgil negro de Harlem, ante todo. Tiene una esquina negra, un entrenador negro, y forma parte de los púgiles negros de Harlem (Saxton, Sandler, etc) que comienzan de niños (como ahora se conoce, refuerzan las ventanas neurológicas) consiguiendo automatizar los gestos como los brasileños con el fútbol, desde la infancia, como una segunda naturaleza.
Ser el mejor en Harlem, es prácticamente ser el mejor en America. Hoy en día la información sobre entrenamientos, la dieta, las oportunidades, están más descentralizadas. De aquella, las grandes peleas estaban en NY, y hacia allí partían púgiles de toda América a entrenar. El ambiente es fundamental para la maduración del púgil.
Hoy, un púgil con 30 peleas tiene la misma sabiduría boxística que los antiguos púgiles con el doble de combates, lo mismo que un aficionado de 20 años hoy, con el vídeo y los medios de información, tiene más conocimiento que un aficionado de 60 años. Hoy se ve más boxeo que nunca.
Ray no es un boxeador de “gimnasio”, con series forzadas por un estereotipo, con un conocimiento parcial del boxeo, supliendo carencias con corazón y picardía (como los italianos del Stillman).
Su entrenamiento se articula en lo que ha aprendido de su comienzo, en plumas y ligeros. Y como entrenas, peleas.
Es el boxeo que ha mamado. Cuando eres un pobre negro que no va a la escuela, que no tiene ningún futuro salvo en el deporte o en el espectáculo, la elección es clara.
Coordinación pies y manos mediante comba, cuerda (colocan dos cuerdas a la altura del cuello, y va pasando de cintura mientras avanza y retrocede, gestos que luego aplica al absorber y rodar los impactos con las rodillas y tobillos).
Mucha sombra en ring, aplicando su jab y anticipando la reacción del rival.
Sus aceleraciones las trabaja con sacos ligeros y móviles (nada de pesados como los italianos), mucho balón medicinal (potencia balística), y todo tipo de trabajo siempre sobre las punteras. Como Louis, las sesiones de manopla (con series distintas, pues Louis es un púgil de uno-dos) son largas y metódicas.
Aplicadas a cada situación, lugar del ring, rival, hasta ser automatizadas como una segunda naturaleza.
Cuesta aplicarlas en combate, pero una vez conseguido, es como andar en bicicleta, nunca se olvidan.
A Robinson puede que al final le falten las fuerzas, pero todo ese bagaje técnico lo saca a flote.
Es un púgil que imprime presión episódica, incluso en el mismo asalto puede aplicar series blandas (para puntuar, situar) sin carga, y pasar a meter el máximo peso en los golpes en otras.
Odia correr, pero hace un numero considerable de asaltos con dos sparring frescos (la denominada Rueda Americana), en asaltos consecutivos, que le dan ese fondo de combate (totalmente distinto al fondo de carrera).
Como todos los stepers negros (Moore, Walcott) pegan muy bien marchando hacia atrás, haciendo que el rival se vaya con el golpe, para contrarlos con ese crochet que cierra el pasillo, en la pera del rival.
Por los modestos gimnasios de Harlem no les gusta pasear a los blancos. Tal vez por eso se conozca tan poco del entreno de Robinson.
Ser el mejor en Harlem, es prácticamente ser el mejor en America. Hoy en día la información sobre entrenamientos, la dieta, las oportunidades, están más descentralizadas. De aquella, las grandes peleas estaban en NY, y hacia allí partían púgiles de toda América a entrenar. El ambiente es fundamental para la maduración del púgil.
Hoy, un púgil con 30 peleas tiene la misma sabiduría boxística que los antiguos púgiles con el doble de combates, lo mismo que un aficionado de 20 años hoy, con el vídeo y los medios de información, tiene más conocimiento que un aficionado de 60 años. Hoy se ve más boxeo que nunca.
Ray no es un boxeador de “gimnasio”, con series forzadas por un estereotipo, con un conocimiento parcial del boxeo, supliendo carencias con corazón y picardía (como los italianos del Stillman).
Su entrenamiento se articula en lo que ha aprendido de su comienzo, en plumas y ligeros. Y como entrenas, peleas.
Es el boxeo que ha mamado. Cuando eres un pobre negro que no va a la escuela, que no tiene ningún futuro salvo en el deporte o en el espectáculo, la elección es clara.
Coordinación pies y manos mediante comba, cuerda (colocan dos cuerdas a la altura del cuello, y va pasando de cintura mientras avanza y retrocede, gestos que luego aplica al absorber y rodar los impactos con las rodillas y tobillos).
Mucha sombra en ring, aplicando su jab y anticipando la reacción del rival.
Sus aceleraciones las trabaja con sacos ligeros y móviles (nada de pesados como los italianos), mucho balón medicinal (potencia balística), y todo tipo de trabajo siempre sobre las punteras. Como Louis, las sesiones de manopla (con series distintas, pues Louis es un púgil de uno-dos) son largas y metódicas.
Aplicadas a cada situación, lugar del ring, rival, hasta ser automatizadas como una segunda naturaleza.
Cuesta aplicarlas en combate, pero una vez conseguido, es como andar en bicicleta, nunca se olvidan.
A Robinson puede que al final le falten las fuerzas, pero todo ese bagaje técnico lo saca a flote.
Es un púgil que imprime presión episódica, incluso en el mismo asalto puede aplicar series blandas (para puntuar, situar) sin carga, y pasar a meter el máximo peso en los golpes en otras.
Odia correr, pero hace un numero considerable de asaltos con dos sparring frescos (la denominada Rueda Americana), en asaltos consecutivos, que le dan ese fondo de combate (totalmente distinto al fondo de carrera).
Como todos los stepers negros (Moore, Walcott) pegan muy bien marchando hacia atrás, haciendo que el rival se vaya con el golpe, para contrarlos con ese crochet que cierra el pasillo, en la pera del rival.
Por los modestos gimnasios de Harlem no les gusta pasear a los blancos. Tal vez por eso se conozca tan poco del entreno de Robinson.
El pequeño paraíso y el retorno.
Harlem es un mundo dentro de otro mundo. En el Small Paradise trabaja Malcolm X como camarero. Quizás llegaron a cruzarse. Bolsas de pobreza en el centro del capitalismo mundial. Lujo y miseria. Droga y alcohol para mantener el peligro negro sedado. Robinson se mueve entre los dos mundos, pero sin poder ni querer escapar de ellos.
La inactividad es tremendamente perjudicial para un púgil, con una vida deportiva ya de por si corta, la falta de tensión, de sensación de ring, de timing pasa factura. Si a eso unimos la edad de Robinson, la vida nocturna y la falta de una higiene de vida, el esfuerzo para volver a la élite tuvo que ser enorme.
En 1955, con 35 años, tras más de dos de retiro, Robinson decide volver al boxeo.
Puede que no sea tan buen bailarín como boxeador, pero uno se inclina a pensar que los malos negocios, el tren de vida desbocado y la voracidad del fisco son los verdaderos artífices de su vuelta. La popularidad de Ray se refleja en la buena comercialización de un licor “Robinson Bolo”, un auténtico matarratas, que tenía el efecto narcotizante del gancho de Ray.
Se rueda con algunas peleas, venciendo a Joe Rindone en el 6° y a Ralph “Tiger” Jones a los puntos en 10 rounds intentando un afinamiento del timing.
A finales del 1955 disputa el título con el campeón, a la sazón, Carl “Bobo” Olson. El ko en el segundo es inapelable.
Por tercera vez, Robinson es el patrón supremo de los medios.
Como anécdota, cuando Louis volvió de nuevo a l boxeo activo, en la esquina se encontraba Robinson de invitado, que comentó “yo jamás haría lo que hoy hace Joe”.
Hace un par de defensas hasta colocarse en la línea de tiro de Gene Fulmer, en 1957. La comunidad mormona está ayudando a crear Las Vegas como centro de ocio. Es necesario púgiles de casa con tirón en taquilla. Los abanderados son el pesado Rex Layne y Fulmer.
La inactividad es tremendamente perjudicial para un púgil, con una vida deportiva ya de por si corta, la falta de tensión, de sensación de ring, de timing pasa factura. Si a eso unimos la edad de Robinson, la vida nocturna y la falta de una higiene de vida, el esfuerzo para volver a la élite tuvo que ser enorme.
En 1955, con 35 años, tras más de dos de retiro, Robinson decide volver al boxeo.
Puede que no sea tan buen bailarín como boxeador, pero uno se inclina a pensar que los malos negocios, el tren de vida desbocado y la voracidad del fisco son los verdaderos artífices de su vuelta. La popularidad de Ray se refleja en la buena comercialización de un licor “Robinson Bolo”, un auténtico matarratas, que tenía el efecto narcotizante del gancho de Ray.
Se rueda con algunas peleas, venciendo a Joe Rindone en el 6° y a Ralph “Tiger” Jones a los puntos en 10 rounds intentando un afinamiento del timing.
A finales del 1955 disputa el título con el campeón, a la sazón, Carl “Bobo” Olson. El ko en el segundo es inapelable.
Por tercera vez, Robinson es el patrón supremo de los medios.
Como anécdota, cuando Louis volvió de nuevo a l boxeo activo, en la esquina se encontraba Robinson de invitado, que comentó “yo jamás haría lo que hoy hace Joe”.
Hace un par de defensas hasta colocarse en la línea de tiro de Gene Fulmer, en 1957. La comunidad mormona está ayudando a crear Las Vegas como centro de ocio. Es necesario púgiles de casa con tirón en taquilla. Los abanderados son el pesado Rex Layne y Fulmer.
El bastón y la espada
Fulmer es, por hechuras, un semi pesado. No es alto pero si tremendamente rocoso. Técnicamente muy limitado, su defensa se basa en una mano izda colocada en forma de escudo, con lo que intenta parar todo lo que le tiran (por dentro y por fuera) y una derecha a modo de hachazo. Presigue al rival como un Bulldozer hasta llevarlo a las cuerdas, donde llanamente, lo destripa.
Pisa con toda la suela al golpear. Es un punhiser puro. Es previsible, pero sanciona muy bien el fallo del rival.
Su preparador, Marv Jensen, da prioridad a la condición física.
Fullmer sólo comienza a sudar a partir del 4° asalto. Por higiene de vida, seriedad y preparación es un toro.
En el momento del combate tiene 40 peleas, 37 ganadas, 3 perdidas y 20 ko. Destrozó en su carrera a Basilio, y probablemente le ocasionó las lesiones mortales a Paret. Aún mejorando técnicamente con el transcurso de su carrera, en momentos de presión siempre recurría a ese esquema rudimentario. Fullmer en ese momento, sólo era Fulmer.
En la pelea comienza a verse la dificultad del come-back de Robinson. No está a tono. En el 7° se va a la lona, fuera del ring. El veredicto a los 15 asaltos es lógico. Fullmer es el nuevo campeón.
Pero tan solo 3 meses después, en el Madison, en la revancha, Robinson, dejando venir al mormón ,le rompe la derecha con un hook limpio a la barbilla. Un golpe como el de Walcott a Charles, como el de McCallum a Curry. Le afeita en la punta de la pera, y la distalidad de la palanca incrementa el choque cerebral.
Fullmer ni verá ni sentirá el golpe. Para ál se ha apagado la luz. Robinson es un maestro en el conocimiento del rival y sintonizar su baile y su boxeo.
Robinson, con 37 años, es campeon de los medios por cuarta vez.
Pisa con toda la suela al golpear. Es un punhiser puro. Es previsible, pero sanciona muy bien el fallo del rival.
Su preparador, Marv Jensen, da prioridad a la condición física.
Fullmer sólo comienza a sudar a partir del 4° asalto. Por higiene de vida, seriedad y preparación es un toro.
En el momento del combate tiene 40 peleas, 37 ganadas, 3 perdidas y 20 ko. Destrozó en su carrera a Basilio, y probablemente le ocasionó las lesiones mortales a Paret. Aún mejorando técnicamente con el transcurso de su carrera, en momentos de presión siempre recurría a ese esquema rudimentario. Fullmer en ese momento, sólo era Fulmer.
En la pelea comienza a verse la dificultad del come-back de Robinson. No está a tono. En el 7° se va a la lona, fuera del ring. El veredicto a los 15 asaltos es lógico. Fullmer es el nuevo campeón.
Pero tan solo 3 meses después, en el Madison, en la revancha, Robinson, dejando venir al mormón ,le rompe la derecha con un hook limpio a la barbilla. Un golpe como el de Walcott a Charles, como el de McCallum a Curry. Le afeita en la punta de la pera, y la distalidad de la palanca incrementa el choque cerebral.
Fullmer ni verá ni sentirá el golpe. Para ál se ha apagado la luz. Robinson es un maestro en el conocimiento del rival y sintonizar su baile y su boxeo.
Robinson, con 37 años, es campeon de los medios por cuarta vez.
El hombre murciélago y el campo de cebollas
Ray se rodea de tipos que le hacen el trabajo sucio a la hora de calentar la pelea. Sorty Boundini es uno de ellos. Luego fichará con la troupe de Alí. Su sentido de humor se aproxima al de una hiena: “Basilio tiene unas orejas tan grandes que puede oir los golpes en vez de verlos”.
Los días previos a la pelea son un auténtico cruce de insultos. En una cena, muy anterior, Robinson trata a Basilio como un leproso. Basilio le comenta a su esposa que algún día le dará una patada en el culo a ese engreído. Públicamente le llamará “un jodido ‘pezuñas’ (por su fracaso en el baile) con caprichos de corista”.
Lo cierto es que Basilio, riéndose de si mismo dijo que después de ver la fealdad de su rostro en un espejo, llego a la conclusión que solo podía ser boxeador: “De nacimiento tengo cara de gladiador”.
Basilio era famoso por coserse él mismo los cortes, ante un espejo, cuando aán están calientes. “Es cuestión de práctica”. Es evidente que tenía mucha. Y más que iba a necesitar.
Carmine Basilio es un hombre que ha tenido una vida muy dura y no está para bromas. Este apacible ex-agricultor, recolector de cebollas, ha peleado con lo mejor del peso welter. A Gavilán lo tiró en el 2°, dominó toda la pelea y le negaron la victoria. Todo el que se pegó con Gavilán, reconoce que no pegaba (tiene escasísimos Ko para un welter y más de 100 peleas) pero absorbía el castigo hasta desesperar al rival.
Kid Gavilán, se me olvidaba, acabó ciego.
Basilio consigue el título contra De Marco, un “latin lover” a la italiana, destruyéndolo en 12 asaltos.
De Marco es famoso, como casi todos los italianos, por un golpe, en este caso por su hook de izda.
En la revancha, 5 meses después, Basilio fue víctima de dicho golpe: “El disparo me dió en la punta de la barbilla, por mi lado derecho. Mi mandíbula se dislocó y sentí un miedo intenso al paralizarse todo mi lado izdo, sobre todo mi pierna. La cuenta de ocho me permitió levantarme, pero no sentía el pie hasta más arriba de la rodilla. En el minuto de descanso empecé a recuperar. Cuando sonó la campana para el octavo asalto ya estaba listo”.
Ganó otra vez, por KO, en el 12. Basilio, como una buena suela de zapato, es duro y absorbente.
Contra Saxton un púgil ultradefensivo... y bien apadrinado sufrirá un auténtico robo. Se vengará en las dos siguientes ocasiones, y por Ko.
Da el paso al peso medio, y se clasifica como aspirante venciendo a Akins y a Vince Martinez.
Gracias a que en aquellos años ser campeón de una categoria te daba posibilidad de disputar el título directamente en otra.
En el estadio de los Yankees, 1957, se verán las caras Robinson y Basilio, en una pelea sin ley ni tregua.
Sólo es el reflejo que del odio que sienten mutuamente.
Basilio, más bajo, tiene un magnífico movimiento de roading, acoplado a un dominio del centro de gravedad. Hace fallar muchos golpes rectos a Robinson, y le conecta series a dos manos, por fuera, que prueban la capacidad de encaje de Robinson. Basilio aplica presión para no dejar pensar a Ray. Tupir los huecos con series. Meter a Robinson en una batidora. Matar de cerca, como el buen asesino.
Pero absorbe un castigo insoportable, y sin inmutarse.
Basilio agradece los golpes que le tira Robinson, porque sabe que la batalla la puede ganar si el de Harlem se desfonda. Los golpes que rueda impiden el efecto piramidal del boxeo de Robinson. Rompen la fluidez asesina de su boxeo.
La pelea está muy igualada hasta el 11°. Cuando parece que Robinson lo tiene, de algún lugar oculto que no es su cuerpo, Basilio saca fuerzas y responde.
En el 12, Robinson comienza muy bien, casi lo tiene en el suelo otra vez, y las fuerzas le vuelven a fallar. Basilio absorbe y se mueve, y ante la bajada de rendimiento de Ray, devuelve más golpes.
En el trece, la cara de Basilio parece llevar dos horas explorando un avispero, pero tras meter tres manos muy duras, cierra a Robinson y conecta hook, upper, crochets en series largas. Robinson está exhausto.
Esa será la tónica hasta el final, los dos pegando pero un Basilio que además de pegar, todavía mueve la cintura. Como buen agricultor, sabe que si siembra golpes al cuerpo, recolectará la victoria.
El veredicto: los dos jueces Aidala y Recht dan vencedor a Basilio, sólo el árbitro se inclina por Robinson. Por escaso margen, opino igual que Al Bertl.Los jueces compararon el pequeño gran hombre con el gran hombre, quizás de ahí la diferencia. De 34 críticos de aquellos tiempos, 19 votan por Basilio, 9 por Robinson, el resto, nulo.
Basilio acabó pegando más. Su trabajo al cuerpo cundió finalmente. Su cara refleja lo que sirgnifica cruzarse con Robinson.
Es la 52 victoria y la más grande de sus 71 peleas.
600.000$ de bolsa total. Mereció la pena, sobre todo para Robinson, que llevaba la parte del león.
Robinson pide la revancha. A sólo dos meses de su 38 cumpleaños.
Robinson pelea con Basilio otra vez en Chicago, en 1958.
En el 5°, Robinson, con verdaderos cañonazos de derecha, tambalea a Basilio. Los hooks del italiano vuelven a martillear a Robinson, pero el ojo izdo de Basilio se cierra en el 6°, a partir de ahí, manda en las cartulinas Robinson. El combate termina en el 15.
Basilio no sólo es duro por fuera. Hay que ser durísimo por dentro para salir a cada campana.
Los americanos diferencian los Backswins (movimientos que se hacen antes de golpear para entrar y luego para salir) de los Downswins (movimiento rápido para pegar ya en la distancia). Robinson se dió cuenta que Basilio era rápido en ambos, pero al salir de la serie, se paraba. Ahí incidirá repitiendo con su derecha. El ojo de Basilio lo paga.
Ese ángulo ciego (nunca mejor dicho) será el pasillo por donde articule la victoria. Ese medio paso que da para salirse del tornado de golpes que lleva Basilio le permite tener tiro para sus manos rectas.
Por decisión dividida, Robinson logra la inigualable marca de la quinta corona del medio
En los asaltos Robinson se despachaba, cosa muy común en la lucha por desconcentrar al rival, diciendo al oído de Basilio, “¿No te estaré haciendo daño, Eh, Carmen?”. “No, Ray, inténtalo de nuevo, a ver si tienes suerte” es la respuesta. Fue una pelea legendaria. No hubo revancha .
“No me importa que Basilio haga otros 15 asaltos, mientras no los haga conmigo”, reconoció Robinson. Un auténtico piropo si viene de Robinson, un púgil con el ego de un portaaviones.
La cara de Basilio es digna del Hallowen, es como si alguien llevase pegado a la cara un chuletón recién cortado. Necesitaría tres tallas más de sombrero. Es dantesco.
“Fue una pena que no hiciéramos la tercera. Me hubiera retirado millonario”, dijo Basilio. Todo un profesional.
Los días previos a la pelea son un auténtico cruce de insultos. En una cena, muy anterior, Robinson trata a Basilio como un leproso. Basilio le comenta a su esposa que algún día le dará una patada en el culo a ese engreído. Públicamente le llamará “un jodido ‘pezuñas’ (por su fracaso en el baile) con caprichos de corista”.
Lo cierto es que Basilio, riéndose de si mismo dijo que después de ver la fealdad de su rostro en un espejo, llego a la conclusión que solo podía ser boxeador: “De nacimiento tengo cara de gladiador”.
Basilio era famoso por coserse él mismo los cortes, ante un espejo, cuando aán están calientes. “Es cuestión de práctica”. Es evidente que tenía mucha. Y más que iba a necesitar.
Carmine Basilio es un hombre que ha tenido una vida muy dura y no está para bromas. Este apacible ex-agricultor, recolector de cebollas, ha peleado con lo mejor del peso welter. A Gavilán lo tiró en el 2°, dominó toda la pelea y le negaron la victoria. Todo el que se pegó con Gavilán, reconoce que no pegaba (tiene escasísimos Ko para un welter y más de 100 peleas) pero absorbía el castigo hasta desesperar al rival.
Kid Gavilán, se me olvidaba, acabó ciego.
Basilio consigue el título contra De Marco, un “latin lover” a la italiana, destruyéndolo en 12 asaltos.
De Marco es famoso, como casi todos los italianos, por un golpe, en este caso por su hook de izda.
En la revancha, 5 meses después, Basilio fue víctima de dicho golpe: “El disparo me dió en la punta de la barbilla, por mi lado derecho. Mi mandíbula se dislocó y sentí un miedo intenso al paralizarse todo mi lado izdo, sobre todo mi pierna. La cuenta de ocho me permitió levantarme, pero no sentía el pie hasta más arriba de la rodilla. En el minuto de descanso empecé a recuperar. Cuando sonó la campana para el octavo asalto ya estaba listo”.
Ganó otra vez, por KO, en el 12. Basilio, como una buena suela de zapato, es duro y absorbente.
Contra Saxton un púgil ultradefensivo... y bien apadrinado sufrirá un auténtico robo. Se vengará en las dos siguientes ocasiones, y por Ko.
Da el paso al peso medio, y se clasifica como aspirante venciendo a Akins y a Vince Martinez.
Gracias a que en aquellos años ser campeón de una categoria te daba posibilidad de disputar el título directamente en otra.
En el estadio de los Yankees, 1957, se verán las caras Robinson y Basilio, en una pelea sin ley ni tregua.
Sólo es el reflejo que del odio que sienten mutuamente.
Basilio, más bajo, tiene un magnífico movimiento de roading, acoplado a un dominio del centro de gravedad. Hace fallar muchos golpes rectos a Robinson, y le conecta series a dos manos, por fuera, que prueban la capacidad de encaje de Robinson. Basilio aplica presión para no dejar pensar a Ray. Tupir los huecos con series. Meter a Robinson en una batidora. Matar de cerca, como el buen asesino.
Pero absorbe un castigo insoportable, y sin inmutarse.
Basilio agradece los golpes que le tira Robinson, porque sabe que la batalla la puede ganar si el de Harlem se desfonda. Los golpes que rueda impiden el efecto piramidal del boxeo de Robinson. Rompen la fluidez asesina de su boxeo.
La pelea está muy igualada hasta el 11°. Cuando parece que Robinson lo tiene, de algún lugar oculto que no es su cuerpo, Basilio saca fuerzas y responde.
En el 12, Robinson comienza muy bien, casi lo tiene en el suelo otra vez, y las fuerzas le vuelven a fallar. Basilio absorbe y se mueve, y ante la bajada de rendimiento de Ray, devuelve más golpes.
En el trece, la cara de Basilio parece llevar dos horas explorando un avispero, pero tras meter tres manos muy duras, cierra a Robinson y conecta hook, upper, crochets en series largas. Robinson está exhausto.
Esa será la tónica hasta el final, los dos pegando pero un Basilio que además de pegar, todavía mueve la cintura. Como buen agricultor, sabe que si siembra golpes al cuerpo, recolectará la victoria.
El veredicto: los dos jueces Aidala y Recht dan vencedor a Basilio, sólo el árbitro se inclina por Robinson. Por escaso margen, opino igual que Al Bertl.Los jueces compararon el pequeño gran hombre con el gran hombre, quizás de ahí la diferencia. De 34 críticos de aquellos tiempos, 19 votan por Basilio, 9 por Robinson, el resto, nulo.
Basilio acabó pegando más. Su trabajo al cuerpo cundió finalmente. Su cara refleja lo que sirgnifica cruzarse con Robinson.
Es la 52 victoria y la más grande de sus 71 peleas.
600.000$ de bolsa total. Mereció la pena, sobre todo para Robinson, que llevaba la parte del león.
Robinson pide la revancha. A sólo dos meses de su 38 cumpleaños.
Robinson pelea con Basilio otra vez en Chicago, en 1958.
En el 5°, Robinson, con verdaderos cañonazos de derecha, tambalea a Basilio. Los hooks del italiano vuelven a martillear a Robinson, pero el ojo izdo de Basilio se cierra en el 6°, a partir de ahí, manda en las cartulinas Robinson. El combate termina en el 15.
Basilio no sólo es duro por fuera. Hay que ser durísimo por dentro para salir a cada campana.
Los americanos diferencian los Backswins (movimientos que se hacen antes de golpear para entrar y luego para salir) de los Downswins (movimiento rápido para pegar ya en la distancia). Robinson se dió cuenta que Basilio era rápido en ambos, pero al salir de la serie, se paraba. Ahí incidirá repitiendo con su derecha. El ojo de Basilio lo paga.
Ese ángulo ciego (nunca mejor dicho) será el pasillo por donde articule la victoria. Ese medio paso que da para salirse del tornado de golpes que lleva Basilio le permite tener tiro para sus manos rectas.
Por decisión dividida, Robinson logra la inigualable marca de la quinta corona del medio
En los asaltos Robinson se despachaba, cosa muy común en la lucha por desconcentrar al rival, diciendo al oído de Basilio, “¿No te estaré haciendo daño, Eh, Carmen?”. “No, Ray, inténtalo de nuevo, a ver si tienes suerte” es la respuesta. Fue una pelea legendaria. No hubo revancha .
“No me importa que Basilio haga otros 15 asaltos, mientras no los haga conmigo”, reconoció Robinson. Un auténtico piropo si viene de Robinson, un púgil con el ego de un portaaviones.
La cara de Basilio es digna del Hallowen, es como si alguien llevase pegado a la cara un chuletón recién cortado. Necesitaría tres tallas más de sombrero. Es dantesco.
“Fue una pena que no hiciéramos la tercera. Me hubiera retirado millonario”, dijo Basilio. Todo un profesional.
La estela del cometa
La NBA (del boxeo, no del baloncesto) afirma que Robinson tiene dos años más de los que pregona y retira la licencia a Ray.
Robinson no boxea durante un periodo de tiempo.
Fullmer destroza a Basilio con el título por medio.
Robinson ya no tiene sus legendarias piernas. El boxeo y el tiempo no perdonan. Sus sparring le hacen trabajar en media y corta, lo que representa más castigo. Miles de neuronas mueren en las sesiones duras de guantes. El boxeador muere en los entrenamientos más que en el propio combate. Y Ray no lo aparenta, pero está enfermo.
Uno los ve ahí arriba y no lo aparentan. Ni Alí, ni Cooney, ni Mills, ni Saxton…
Pero cerebralmente están muriendo. El número de golpes (ampliando su efecto si te mueves ya menos) crea microtraumatismos por roce del cerebro con la caja craneal. Esas cicatrices y callosidades en el tejido blando cerebral, impiden que las neuronas se axionen.
Es el “Drug punch”, la borrachera de golpes. Lento, pero inexorable.
Como el viejo tigre que no tiene ya apenas dientes ni garras, pero que domina aun la técnica de caza y el movimiento de la presa, Robinson seguirá peleando.
Quizás ya no sea consciente del peligro, quizás los que lo rodean aún ven en él un activo rentable (incluido el fisco). O quizás, como las viejas estrellas del espectáculo no pueden vivir sin aplausos.
No hay peor trampa que la que uno se tiende, porque nunca quiere salir.
La fina línea que separa la juventud y la vejez deportiva, el disfrute de lo duramente ganado o la enfermedad, ya no es más ancha que un hilo.
Para Nueva York, Europa y la federación Oriental, Robinson aún es el Campeón del mundo.
En 1959 vuelve a pelear con Fullmer, el campeón de la NBA. El nulo del veredicto es la manera de encubrir el tremendísimo robo que se le hace a Robinson. Habría sido su 6° titulo de los medios.
En 1960, un oscuro bombero de 29 años, Paul Pender vence a Robinson por decisión dividida. Con 40 años Robinson hace una espléndida pelea, pero la decadencia es evidente.
Robinson se arrastrará 4 años más en los ring de medio mundo, vendiendo la única mercancía que le queda, su leyenda.
El fin de su carrera lo pone un Joey Archer, que le gana a los puntos.
201 peleas, 16 años de carrera sólo en los medios. 25 años de carrera profesional. 5 veces recupera el título de los medios. Una leyenda, independientemente de su decadencia final.
Poco antes de lo que será su ultima pelea, Robinson se ha casado con Millie Bruce. En un homenaje, anterior a la pelea con Archer, Don Elbaum, promotor de prestigio, fan acérrimo de Ray, le hace un regalo. En un estuche, que Ray abre, aparece un par de viejos guantes. “Ray, estos guantes los compré en una subasta. Por si no los reconoces, son los que usaste en tu primer combate en el Madison. Los tengo guardados hace mucho tiempo” le comentó Elbaum. Robinson se quedó parado y mudo, como si se sintiera transportado 25 años atrás. Miró a su mujer, y sin poderse contener, se echó a llorar. El editor Al Abrams, intentando romper la emoción del momento, le dijo: “Venga, Ray, fírmalos, quiero hacerles una foto”. Elbaum se interpuso “Ray, no son para que los firmes... son para que los cuelgues”.
En 1965, Ray Sugar Robinson ingresó en el Salón de la Fama del Boxeo.
Los médicos le diagnosticaron Alzheimer en estado avanzado.
Murió en California en 1989.
Robinson no boxea durante un periodo de tiempo.
Fullmer destroza a Basilio con el título por medio.
Robinson ya no tiene sus legendarias piernas. El boxeo y el tiempo no perdonan. Sus sparring le hacen trabajar en media y corta, lo que representa más castigo. Miles de neuronas mueren en las sesiones duras de guantes. El boxeador muere en los entrenamientos más que en el propio combate. Y Ray no lo aparenta, pero está enfermo.
Uno los ve ahí arriba y no lo aparentan. Ni Alí, ni Cooney, ni Mills, ni Saxton…
Pero cerebralmente están muriendo. El número de golpes (ampliando su efecto si te mueves ya menos) crea microtraumatismos por roce del cerebro con la caja craneal. Esas cicatrices y callosidades en el tejido blando cerebral, impiden que las neuronas se axionen.
Es el “Drug punch”, la borrachera de golpes. Lento, pero inexorable.
Como el viejo tigre que no tiene ya apenas dientes ni garras, pero que domina aun la técnica de caza y el movimiento de la presa, Robinson seguirá peleando.
Quizás ya no sea consciente del peligro, quizás los que lo rodean aún ven en él un activo rentable (incluido el fisco). O quizás, como las viejas estrellas del espectáculo no pueden vivir sin aplausos.
No hay peor trampa que la que uno se tiende, porque nunca quiere salir.
La fina línea que separa la juventud y la vejez deportiva, el disfrute de lo duramente ganado o la enfermedad, ya no es más ancha que un hilo.
Para Nueva York, Europa y la federación Oriental, Robinson aún es el Campeón del mundo.
En 1959 vuelve a pelear con Fullmer, el campeón de la NBA. El nulo del veredicto es la manera de encubrir el tremendísimo robo que se le hace a Robinson. Habría sido su 6° titulo de los medios.
En 1960, un oscuro bombero de 29 años, Paul Pender vence a Robinson por decisión dividida. Con 40 años Robinson hace una espléndida pelea, pero la decadencia es evidente.
Robinson se arrastrará 4 años más en los ring de medio mundo, vendiendo la única mercancía que le queda, su leyenda.
El fin de su carrera lo pone un Joey Archer, que le gana a los puntos.
201 peleas, 16 años de carrera sólo en los medios. 25 años de carrera profesional. 5 veces recupera el título de los medios. Una leyenda, independientemente de su decadencia final.
Poco antes de lo que será su ultima pelea, Robinson se ha casado con Millie Bruce. En un homenaje, anterior a la pelea con Archer, Don Elbaum, promotor de prestigio, fan acérrimo de Ray, le hace un regalo. En un estuche, que Ray abre, aparece un par de viejos guantes. “Ray, estos guantes los compré en una subasta. Por si no los reconoces, son los que usaste en tu primer combate en el Madison. Los tengo guardados hace mucho tiempo” le comentó Elbaum. Robinson se quedó parado y mudo, como si se sintiera transportado 25 años atrás. Miró a su mujer, y sin poderse contener, se echó a llorar. El editor Al Abrams, intentando romper la emoción del momento, le dijo: “Venga, Ray, fírmalos, quiero hacerles una foto”. Elbaum se interpuso “Ray, no son para que los firmes... son para que los cuelgues”.
En 1965, Ray Sugar Robinson ingresó en el Salón de la Fama del Boxeo.
Los médicos le diagnosticaron Alzheimer en estado avanzado.
Murió en California en 1989.
El legado
Uno puede ver en los desplazamientos de Alí, en el jab de Leonard, en las esquivas de Mosley los gestos felinos de Robinson. La inteligencia sobre la fuerza.
Hay mucho de Robinson en el mejor boxeo de hoy en día. En una hora de sus videos, la generación siguiente aprendió más boxeo que en 5 décadas anteriores.
El que Ray Sugar Robinson es el mejor boxeador de todos los tiempos es un tópico, y puede ser cierto.
Uno no debe soltar la lágrima por Robinson, pues seguro que le hubiese parecido una solemne mariconada. Ni pontificar sobre los peligros del boxeo, pues los detractores de este deporte ya nos ahorran el trabajo. Imprimir moralina al asunto es una hipocresía, teniendo en cuenta que una noche de gloria del “HotSoot” (Disparo caliente) de Harlem (apodo que tiene muchos trasfondos) equivalen en intensidad a 10.000 vidas del resto de pobres mortales.
Su vida si refleja todo lo grande y lo horrible de este juego.
Hoy el juego ha variado bastante en la forma de jugarlo. Leyes, periodistas, opinión publica han modificado la baraja, aunque aún se empleen cartas marcadas. Los tratantes de esclavos han desaparecido para dar paso al guante blanco, el márketing y los abogados de lujo.
Pero la esencia, lo importante del juego, sigue vivo.
Los gladiadores, individuos que emplean este juego para arrancar a la vida lo mejor que pueda darles.
Un juego plagado de trampas, peligros, tragedia, pero a la vez de una gloria y épica extraordinaria.
Un juego que es parábola de la guerra, de la lucha y de la vida. Un juego de intereses, ambición y sangre. Para bien o para mal, nuestro juego.
Francisco Menéndez Campa
Hay mucho de Robinson en el mejor boxeo de hoy en día. En una hora de sus videos, la generación siguiente aprendió más boxeo que en 5 décadas anteriores.
El que Ray Sugar Robinson es el mejor boxeador de todos los tiempos es un tópico, y puede ser cierto.
Uno no debe soltar la lágrima por Robinson, pues seguro que le hubiese parecido una solemne mariconada. Ni pontificar sobre los peligros del boxeo, pues los detractores de este deporte ya nos ahorran el trabajo. Imprimir moralina al asunto es una hipocresía, teniendo en cuenta que una noche de gloria del “HotSoot” (Disparo caliente) de Harlem (apodo que tiene muchos trasfondos) equivalen en intensidad a 10.000 vidas del resto de pobres mortales.
Su vida si refleja todo lo grande y lo horrible de este juego.
Hoy el juego ha variado bastante en la forma de jugarlo. Leyes, periodistas, opinión publica han modificado la baraja, aunque aún se empleen cartas marcadas. Los tratantes de esclavos han desaparecido para dar paso al guante blanco, el márketing y los abogados de lujo.
Pero la esencia, lo importante del juego, sigue vivo.
Los gladiadores, individuos que emplean este juego para arrancar a la vida lo mejor que pueda darles.
Un juego plagado de trampas, peligros, tragedia, pero a la vez de una gloria y épica extraordinaria.
Un juego que es parábola de la guerra, de la lucha y de la vida. Un juego de intereses, ambición y sangre. Para bien o para mal, nuestro juego.
domingo, 24 de julio de 2011
galeria de Jorge Ayllon Martinez
Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer
Reultados de combates
KHAN VS JUDAH
Título mundial unificatorio superligero de la AMB y FIB: Amir Khan derrota a Zab Judah por la vía del K.O en el minuto 2:47 del 5to round.(la polémica esta servida,se dice que fue un golpe bajo,pero creo que se vio claro y fue un golpe legal).Con esta victoria KHAN se hace con la faja de la FIB, sumando esta a la que ya tiene AMD.
Khan, de 24 años de edad y ex medallista de plata olímpico, mejoró su récord a 26-1, con 18 nocáuts, y realizó con éxito la octava defensa de su corona AMB.
Tras la derrota Judah(41-7-28) comento:
"Amir salió bastante rápido y tenía un buen jab. Luego me dio un cabezazo", dijo Judah tras el revés. "Y el golpe todos vieron que era un golpe bajo. En otras ocasiones he reaccionado demasiado airado en situaciones similares. Pero esta vez se lo dejo a los fanáticos".
SALIDO VS KENICHI
Orlando Salido consiguió vencer a su rival japones Kenichi.
En el quinto round derribo a Kenichi con una buena combinaciòn (abajo y remato arriba) y en el round 11 cuando el rèferi considero superior al mexicano y quiso evitar un castigo innecesario consiguió la victoria por nocaut técnico .Salido hizo un buen combate siendo superior al japones.Por su parte Kenichi dio todo lo que tenia(buena velocidad y buenas contras) que no fue suficiente para vencer al mexicano.
OTROS RESULTADOS DE AYER...
- Light welterweight : Kavanagh derrotó a M. Herrera por decisión unánime (59-54, 60-54 y 60-53)
- Super middleweight : Josiah Judah derrotó a Jastrzebski por decisión dividida (59-55, 58-56 y 57-57).
- Super featherweight : Ronny Ríos derrotó a Noé López Jr. vía TKO en el round 1.
- Middleweight : James Kirkland derrotó a Alexis Hloros vía KO en el round 2.
- Heavyweight: Bryant Jennings derrotó a Theron Johnson por decisión unánime.
- Featherweight : Gary Russell derrotó a Eric Estrada por decisión unánime (80-71, 80-71 y 80-71).
- Super middleweight : Peter Quillin derrotó a Jason Lehoullier por la vía del TKO en el round 5.
un anticipo antes de la subida:
En cuanto tenga un rato,pondré los combates estelares en descargas.
viernes, 22 de julio de 2011
¿POR QUÉ LAS MUJERES HACEN BOXEO?
"El boxeo,eso que muchos piensan que es violencia gratuita,que es de hombres y un deporte fácil que cualquiera lo podría hacer.Pues les digo que no tienen ni idea y que resulta muy fácil hablar sin saber.En el boxeo encuentras técnica,táctica,sacrificio y un larguísimo etc.
Y COMO NO ES TODO DAR GOLPES,AQUÍ TENEMOS OTRO TEXTO DE MANUEL MARTINEZ.Si señores,los boxeadores también leen...."
"Lo que cuenta no es el tamaño del perro en la lucha, sino el tamaño de la lucha en el perro" (R. N. NIDEFFER).
A estas alturas ya nadie se cree que la conducta agresiva sea un patrimonio exclusivo del hombre-macho. Si bien el aumento de testosterona baja el umbral de la conducta agresiva, y produce un aumento del desarrollo de la masa muscular, la agresividad tiene más que ver con mecanismos evolutivos de supervivencia, para defender los intereses del individuo dentro de la misma especie (intraespecífica), como es luchar por el territorio, mantener la jerarquía, defensa de la prole. O frente a otras especies (interespecífica), como es la lucha defensiva contra un depredador y la depredadora con fines alimenticios; que con factores hormonales.
A estas alturas ya nadie se cree que la conducta agresiva sea un patrimonio exclusivo del hombre-macho. Si bien el aumento de testosterona baja el umbral de la conducta agresiva, y produce un aumento del desarrollo de la masa muscular, la agresividad tiene más que ver con mecanismos evolutivos de supervivencia, para defender los intereses del individuo dentro de la misma especie (intraespecífica), como es luchar por el territorio, mantener la jerarquía, defensa de la prole. O frente a otras especies (interespecífica), como es la lucha defensiva contra un depredador y la depredadora con fines alimenticios; que con factores hormonales.
El sexo, afecta al comportamiento agresivo de dos maneras: la determinación del tamaño del individuo y la influencia de las hormonas sexuales en su comportamiento. Este dimorfismo sexual a favor del macho (mayor tamaño) y su mayor agresividad no carece de importantes excepciones, existiendo especies donde la hembra es más grande y más agresiva (H. HEDIGER). Tampoco parece que en todas las especies sean siempre los machos el componente más agresivo de la pareja, o el que caza para alimentar a la prole. Si es el macho o la hembra el que lucha más, depende sobre todo de la organización social de la especie (R. N. JOHNSON). Y por supuesto, en el caso humano, el componente de aprendizaje social es definitivo. Ya a mediados de siglo pasado, E. A. BEEMAN, demostró en una serie de experimentos con animales, que el hábito de lucha refuerza el comportamiento agresivo más que la hormona que determine la agresión. Por otro lado estamos analizando una actividad cultural, una actividad deportiva, sometida a normas, reglas, socializante. Por tanto, si el jugador se tiene que someter a un reglamento, un umbral más bajo para el disparo de una conducta agresiva, potenciado por un aumento del nivel de testosterona, no tiene mayor importancia e incluso puede ser contraproducente para alcanzar la victoria (como el combate entre TYSON y HOLYFIELD, con mordisco incluido) porque esa agresividad necesaria para el éxito deportivo se debe trasformar en agonismo (ANTONELLI), una "manifestación madura, constructiva y creativa de la agresividad, orientada hacia la autorrealización del individuo". El ser humano es un animal histórico y lo que nos muestra esa disciplina es que a través del tiempo ha habido sociedades pacíficas y otras guerreras, y los pueblos más belicosos eran productos de grupos humanos que se organizaban en torno al aprendizaje para la guerra. El estudio de R.G. SIPES, desde un punto de vista de la Antropología Cultural, parte del análisis de veinte sociedades y concluye que, las más belicosas son las más aficionadas a los deportes de combate, concluyendo que si la sociedad es agresiva, el gusto y desarrollo de los deportes de combate va parejo. Para eliminar esa belicosidad, sería preciso según SIPES un cambio social amplio y profundo, que implicaría desde eliminar las organizaciones militares hasta minimizar al máximo las cuestiones competitivas de los negocios, en la religión, en la gestión política... y otras instituciones sociales... y por supuesto los deportes de combate, pero no parece que la sociedad actual el altruismo haya desplazado la competitividad como valor básico de eficacia en la sociedad globalizada en que vivimos. Este aprendizaje para la guerra, no siempre recaía en los hombres. Los estudios antropológicos de MARGARET MEAD, sobre las sociedades actuales primitivas humanas, cuestionan este dogma de hombre-macho-guerra, concluyendo que la naturaleza humana es increíblemente maleable: casi todos los rasgos de la personalidad que se han llamado "masculinos" y "femeninos" no están más ligados al sexo que los vestidos, las maneras o los peinados. Incluso al nivel de la psicología individual, R. R. SEARS, considera que la utilización del castigo físico por parte del padre, contribuye a feminizar a los niños de ambos sexos, así como a incrementar su agresividad, lo que no corrobora la hipótesis de que la agresividad sea más bien una característica masculina. |
El boxeo, una actividad deportiva, una conducta social delimitada por unas reglas de comportamiento a la que los jugadores deben someterse, dónde la agresividad exhibida es de tipo INSTRUMENTAL, porque su finalidad, su meta, su intención, es alcanzar el triunfo, no causar un daño (L. BERKOWITZ), y no debe ser por definición una actividad ajena a aquellas mujeres que quieran practicarla.
Sin embargo existe un cierto consenso social de que estos deportes de combate deben ser un patrimonio exclusivo del hombre-macho. Por lo tanto continuando con el razonamiento inicial, ¿Por qué las mujeres hacen boxeo?, mejor dicho ¿Por qué no pueden hacer boxeo?
La participación de las mujeres en los deportes en general y de los deportes de combate en particular es un hecho muy reciente, y constituye una página documentada de discriminación de la sociedad machista hacia ellas, porque las propias sociedades les han vetado dicho acceso. Ya en la antigua Grecia, la participación femenina en los Juegos Olímpicos se prohibía y aseguraba al imponer que los atletas participasen desnudos en las pruebas. Para más INRI, a las mujeres casadas les estaba prohibida la asistencia a los Juegos Olímpicos, bajo pena de ser lanzadas por el monte Tifeo abajo.
XXparticipación en las Olimpiadas modernas estaba prohibida. Los primeros datos de participación femenina en unos Juegos Olímpicos, datan de la Olimpiada (III) de Saint Louis, en 1904, en la que ocho mujeres tomaron parte en la misma. Y, hasta la Olimpiada de Ámsterdam (IX) en 1928 no hubo una nutrida participación de éstas (290 mujeres).
El boxeo además, tiene un handicap adicional sobre la participación femenina y es el hecho de que aunque las mujeres tienen las mismas necesidades biológicas y psicológicas que los hombres, los deportes de combate, desde el punto de vista de la sociedad occidental, son considerados como cosa de hombres e incompatibles con la "feminidad". Como señaló hace años la psicóloga D. HARRIS, este perjuicio sexual está basado en una serie de "hechos".
El primero, lo constituye el que si bien hay numerosas investigaciones y estudios sobre el papel masculino en el deporte, la valoración de la mujer en su papel de deportista ha sido generalizada de los resultados de la investigaciones para el hombre y si la agresividad es uno de las características que forman parte del bagaje psicológico del prototipo de hombre-campeón, las mujeres que exhiben dichos atributos serán vistas en este ambiente socio-cultural, como "Marimachos".
El segundo, tiene que ver con una serie de conceptos fisiológicos erróneos que han potenciado esta distinción. Mientras que los dos sexos difieren en estructura, las diferencias en el funcionamiento fisiológico durante el ejercicio son mínimas. Estos conceptos fisiológicos erróneos o exagerados son:
La suposición de que la actividad física vigorosa y la competición podrían ser perjudiciales para los procesos reproductivos de la mujer. Actualmente hay evidencia de todo lo contrario, señalando que la mujer con salud tiene menos problemas con sus funciones normales, si participa en actividades físicas vigorosas.
La idea errónea de que la mujer está afectada por los cambios hormonales cíclicos y el hombre no. En este caso, la variable individual es importante ya que existe mujeres que son seriamente afectadas por estos cambios y otras en absoluto. Lo que sucede es que en el hombre también se dan unas ciertas alteraciones hormonales cíclicas que también pueden afectar al comportamiento.
Que la capacidad del trabajo aeróbico en las mujeres en un 70 % de la del hombre, alcanzando el máximo a los 15 años y declinando gradualmente hasta los 60. Aquí, el problema es sobre todo de participación en actividades deportivas. Las capacidades máximas aeróbicas de las mujeres se están equiparando cada vez más a la de los hombres en los últimos años, como lo atestiguan los registros en pruebas de medio fondo y fondo y aunque son menores, estas diferencias se están suavizando, y pulverizando los registros masculinos de hace un par de décadas. La propia participación de las mujeres en actividades deportivas a lo largo de su vida, hace que su máximo de ganancia aeróbica se acerque a la del hombre (sobre los treinta años) y su declive sea similar (un 5 % cada diez años si continúa practicando actividades aeróbicas).
El miedo a volverse extremadamente musculosa y tener una apariencia poco femenina. La práctica sistemática de una actividad vigorosa, produce un aumento de la tonicidad muscular (los músculos están más duros), pero los aumentos de volumen tienen que ver sobre todo con los niveles de hormonas (testosterona y somatotropa). Por tanto, una mujer empeñada en entrenamientos "duros" desarrollará un cuerpo tónico, con porcentajes más bajos de grasa, pero no con grandes músculos. Para conseguir grandes volúmenes tendrá que recurrir a la ayuda hormonal.
Diferencia sexual en el desperdicio de calor. Efectivamente, evolutivamente, el desperdicio de calor en el hombre y la sudoración son diferentes a la mujer. La sudoración en el hombre (estrategia que utiliza el cuerpo para eliminar el excedente de calor y refrescarlo) se da un par de grados antes que en la mujer y suda copiosamente en otras partes (axilas). Esto se debe a que tiene menos glándulas sudoríparas y ubicadas en otras zonas. La conclusión es que el hombre está mejor preparado para actuar en ambientes cálidos.
Sin embargo estas diferencias entre hombre-mujer, se dan entre hombres de diferentes razas. La raza negra está mejor adaptada según este criterio que la raza blanca y sin embargo nunca fue un obstáculo para que también los "blancos" consiguieran triunfar en muchas categorías. Por tanto, esta diferencia real entre la mujer y los hombres, se puede ir eliminando mediante el acondicionamiento y entrenamiento de las mujeres.
El tercer grupo de prejuicios, los constituyen una serie de conceptos psicológicos erróneos que alimentan esta distinción. Los más importantes son los siguientes:
Miedo a que estas actividades competitivas masculinicen la conducta de las chicas. Una mujer, si desea tener éxito en una actividad deportiva en general y en un deporte de combate en particular, deberá ser más agresiva, dominante y orientada al éxito. Deberá demostrar resistencia, dureza, aguante y asumir riesgos. Esas son las características que se utilizan frecuentemente en la sociedad occidental para describir la masculinidad.
Parece obvio, a estas alturas de cultura deportiva, que las mujeres deben tener esos rasgos para alcanzar el éxito en los deportes, pero que no por ello pierden sus rasgos femeninos valorados por la sociedad. Esto sugiere que el grupo de mujeres que realizan estos deportes es bastante homogéneo, porque deciden que la satisfacción que obtienen realizando estos deportes es lo bastante importante como para aceptar el riesgo de las "murmuraciones". Para D. HARRIS, este colectivo estaría formado por aquellas mujeres que están seguras de su feminidad o simplemente no les preocupa, con lo cual con estas actividades no se cuestionan.
Suposición de que la mujer es pasiva y no agresiva. En nuestra cultura occidental, las niñas tradicionalmente están educadas para evitar la agresión explícita, física y directa y manifestar otras formas de agresividad (verbal, indiferencia, hostilidad, crítica...). Sin embargo eso no quiere decir que sean menos agresivas, sino que la manifiestan de otra manera. En estas dos últimas décadas la participación masiva de la mujer en deportes de competición y acceso al mundo laboral equipara mucho más en esta dimensión a ambos sexos.
Según lo que la sociedad espera de la mujer (modelo occidental), las niñas no deben estar orientadas hacia el éxito. Hoy. Está claro, que la necesidad de éxito es independiente del sexo de las personas, es más, teniendo en cuenta la revolución que la mujer está llevando a cabo en la sociedad occidental en estos últimos años donde se está haciendo cada vez más con puestos de poder y notoriedad, parece que ese acicate es mayor en la mujer, porque asume que debe demostrar mayor determinación y agresividad que los hombres para hacerse con los mismos puestos.
Suposición de que la mujer no es tan resistente psicológicamente como los hombres para soportar la tensión mental durante las competiciones. Actualmente, el binomio se ha invertido. Las mujeres no tienen que demostrar su masculinidad en las competiciones deportivas, con lo que los handicaps o presión psicológica son menores.
Finalmente, existen algunos deportes que son coto de la masculinidad (atletismo, deportes de combate), que son ritos mediante los cuales los niños se hacen hombres. Con todo lo dicho anteriormente no parece necesario insistir que la variable agresiva, es independiente del sexo.
El último grupo de restricciones, son las de tipo social y cultural.
Debido a las expectativas culturales de los roles que deben desempeñar las personas en función de su afiliación sexual, existen unas actividades y comportamientos adecuados para cada uno, y no parece que se espere de las mujeres que destaquen en actividades atléticas y deportes de combate, y cuando lo hacen no sólo no reciben el mismo apoyo que los hombres, sino que el refuerzo suele ser negativo y por ello puede llevar a muchas mujeres independientes a abandonar su participación en estas actividades.
En este sentido, la adolescencia, constituye una etapa crucial en el mantenimiento de motivaciones a largo plazo, y en deportes de combate que tienen una cierta tradición de enseñanza en etapas infantiles (como las artes marciales), se asiste al hecho de que muchas niñas dejan estas actividades porque su deseo de agradar al sexo opuesto, no parece compatible con el entrenamiento de estas modalidades deportivas.
Sin embargo existe un cierto consenso social de que estos deportes de combate deben ser un patrimonio exclusivo del hombre-macho. Por lo tanto continuando con el razonamiento inicial, ¿Por qué las mujeres hacen boxeo?, mejor dicho ¿Por qué no pueden hacer boxeo?
La participación de las mujeres en los deportes en general y de los deportes de combate en particular es un hecho muy reciente, y constituye una página documentada de discriminación de la sociedad machista hacia ellas, porque las propias sociedades les han vetado dicho acceso. Ya en la antigua Grecia, la participación femenina en los Juegos Olímpicos se prohibía y aseguraba al imponer que los atletas participasen desnudos en las pruebas. Para más INRI, a las mujeres casadas les estaba prohibida la asistencia a los Juegos Olímpicos, bajo pena de ser lanzadas por el monte Tifeo abajo.
XXparticipación en las Olimpiadas modernas estaba prohibida. Los primeros datos de participación femenina en unos Juegos Olímpicos, datan de la Olimpiada (III) de Saint Louis, en 1904, en la que ocho mujeres tomaron parte en la misma. Y, hasta la Olimpiada de Ámsterdam (IX) en 1928 no hubo una nutrida participación de éstas (290 mujeres).
El boxeo además, tiene un handicap adicional sobre la participación femenina y es el hecho de que aunque las mujeres tienen las mismas necesidades biológicas y psicológicas que los hombres, los deportes de combate, desde el punto de vista de la sociedad occidental, son considerados como cosa de hombres e incompatibles con la "feminidad". Como señaló hace años la psicóloga D. HARRIS, este perjuicio sexual está basado en una serie de "hechos".
El primero, lo constituye el que si bien hay numerosas investigaciones y estudios sobre el papel masculino en el deporte, la valoración de la mujer en su papel de deportista ha sido generalizada de los resultados de la investigaciones para el hombre y si la agresividad es uno de las características que forman parte del bagaje psicológico del prototipo de hombre-campeón, las mujeres que exhiben dichos atributos serán vistas en este ambiente socio-cultural, como "Marimachos".
El segundo, tiene que ver con una serie de conceptos fisiológicos erróneos que han potenciado esta distinción. Mientras que los dos sexos difieren en estructura, las diferencias en el funcionamiento fisiológico durante el ejercicio son mínimas. Estos conceptos fisiológicos erróneos o exagerados son:
La suposición de que la actividad física vigorosa y la competición podrían ser perjudiciales para los procesos reproductivos de la mujer. Actualmente hay evidencia de todo lo contrario, señalando que la mujer con salud tiene menos problemas con sus funciones normales, si participa en actividades físicas vigorosas.
La idea errónea de que la mujer está afectada por los cambios hormonales cíclicos y el hombre no. En este caso, la variable individual es importante ya que existe mujeres que son seriamente afectadas por estos cambios y otras en absoluto. Lo que sucede es que en el hombre también se dan unas ciertas alteraciones hormonales cíclicas que también pueden afectar al comportamiento.
Que la capacidad del trabajo aeróbico en las mujeres en un 70 % de la del hombre, alcanzando el máximo a los 15 años y declinando gradualmente hasta los 60. Aquí, el problema es sobre todo de participación en actividades deportivas. Las capacidades máximas aeróbicas de las mujeres se están equiparando cada vez más a la de los hombres en los últimos años, como lo atestiguan los registros en pruebas de medio fondo y fondo y aunque son menores, estas diferencias se están suavizando, y pulverizando los registros masculinos de hace un par de décadas. La propia participación de las mujeres en actividades deportivas a lo largo de su vida, hace que su máximo de ganancia aeróbica se acerque a la del hombre (sobre los treinta años) y su declive sea similar (un 5 % cada diez años si continúa practicando actividades aeróbicas).
El miedo a volverse extremadamente musculosa y tener una apariencia poco femenina. La práctica sistemática de una actividad vigorosa, produce un aumento de la tonicidad muscular (los músculos están más duros), pero los aumentos de volumen tienen que ver sobre todo con los niveles de hormonas (testosterona y somatotropa). Por tanto, una mujer empeñada en entrenamientos "duros" desarrollará un cuerpo tónico, con porcentajes más bajos de grasa, pero no con grandes músculos. Para conseguir grandes volúmenes tendrá que recurrir a la ayuda hormonal.
Diferencia sexual en el desperdicio de calor. Efectivamente, evolutivamente, el desperdicio de calor en el hombre y la sudoración son diferentes a la mujer. La sudoración en el hombre (estrategia que utiliza el cuerpo para eliminar el excedente de calor y refrescarlo) se da un par de grados antes que en la mujer y suda copiosamente en otras partes (axilas). Esto se debe a que tiene menos glándulas sudoríparas y ubicadas en otras zonas. La conclusión es que el hombre está mejor preparado para actuar en ambientes cálidos.
Sin embargo estas diferencias entre hombre-mujer, se dan entre hombres de diferentes razas. La raza negra está mejor adaptada según este criterio que la raza blanca y sin embargo nunca fue un obstáculo para que también los "blancos" consiguieran triunfar en muchas categorías. Por tanto, esta diferencia real entre la mujer y los hombres, se puede ir eliminando mediante el acondicionamiento y entrenamiento de las mujeres.
El tercer grupo de prejuicios, los constituyen una serie de conceptos psicológicos erróneos que alimentan esta distinción. Los más importantes son los siguientes:
Miedo a que estas actividades competitivas masculinicen la conducta de las chicas. Una mujer, si desea tener éxito en una actividad deportiva en general y en un deporte de combate en particular, deberá ser más agresiva, dominante y orientada al éxito. Deberá demostrar resistencia, dureza, aguante y asumir riesgos. Esas son las características que se utilizan frecuentemente en la sociedad occidental para describir la masculinidad.
Parece obvio, a estas alturas de cultura deportiva, que las mujeres deben tener esos rasgos para alcanzar el éxito en los deportes, pero que no por ello pierden sus rasgos femeninos valorados por la sociedad. Esto sugiere que el grupo de mujeres que realizan estos deportes es bastante homogéneo, porque deciden que la satisfacción que obtienen realizando estos deportes es lo bastante importante como para aceptar el riesgo de las "murmuraciones". Para D. HARRIS, este colectivo estaría formado por aquellas mujeres que están seguras de su feminidad o simplemente no les preocupa, con lo cual con estas actividades no se cuestionan.
Suposición de que la mujer es pasiva y no agresiva. En nuestra cultura occidental, las niñas tradicionalmente están educadas para evitar la agresión explícita, física y directa y manifestar otras formas de agresividad (verbal, indiferencia, hostilidad, crítica...). Sin embargo eso no quiere decir que sean menos agresivas, sino que la manifiestan de otra manera. En estas dos últimas décadas la participación masiva de la mujer en deportes de competición y acceso al mundo laboral equipara mucho más en esta dimensión a ambos sexos.
Según lo que la sociedad espera de la mujer (modelo occidental), las niñas no deben estar orientadas hacia el éxito. Hoy. Está claro, que la necesidad de éxito es independiente del sexo de las personas, es más, teniendo en cuenta la revolución que la mujer está llevando a cabo en la sociedad occidental en estos últimos años donde se está haciendo cada vez más con puestos de poder y notoriedad, parece que ese acicate es mayor en la mujer, porque asume que debe demostrar mayor determinación y agresividad que los hombres para hacerse con los mismos puestos.
Suposición de que la mujer no es tan resistente psicológicamente como los hombres para soportar la tensión mental durante las competiciones. Actualmente, el binomio se ha invertido. Las mujeres no tienen que demostrar su masculinidad en las competiciones deportivas, con lo que los handicaps o presión psicológica son menores.
Finalmente, existen algunos deportes que son coto de la masculinidad (atletismo, deportes de combate), que son ritos mediante los cuales los niños se hacen hombres. Con todo lo dicho anteriormente no parece necesario insistir que la variable agresiva, es independiente del sexo.
El último grupo de restricciones, son las de tipo social y cultural.
Debido a las expectativas culturales de los roles que deben desempeñar las personas en función de su afiliación sexual, existen unas actividades y comportamientos adecuados para cada uno, y no parece que se espere de las mujeres que destaquen en actividades atléticas y deportes de combate, y cuando lo hacen no sólo no reciben el mismo apoyo que los hombres, sino que el refuerzo suele ser negativo y por ello puede llevar a muchas mujeres independientes a abandonar su participación en estas actividades.
En este sentido, la adolescencia, constituye una etapa crucial en el mantenimiento de motivaciones a largo plazo, y en deportes de combate que tienen una cierta tradición de enseñanza en etapas infantiles (como las artes marciales), se asiste al hecho de que muchas niñas dejan estas actividades porque su deseo de agradar al sexo opuesto, no parece compatible con el entrenamiento de estas modalidades deportivas.
Socialmente, en la cultura occidental, los deportes de combate, a partir de la pubertad, son un fenómeno netamente masculino: Fuerza, bravura, habilidad... son atributos que se le suponen al macho-campeón. La gracia, la belleza, la fragilidad.... son atributos aceptados como femeninos que teóricamente refuerzan el papel de la mujer. Niños y niñas son educados de distinta forma en la sociedad occidental. En la mujer, se premia y desarrolla el "papel expresivo", que correlaciona con conductas como la responsabilidad, sensibilidad, conciencia, ternura... etc. Mientras que en los hombres se les orienta hacia el "papel instrumental", compuesto por conductas tales como la consecución de metas, alcanzar el éxito... etc. Por ello, como señala HARRIS, las niñas independientes serán las que realicen este tipo de actividades, no se sabe si porque el deporte precisa de dicha independencia o si porque ésta, sea un producto de aquél. Como concluye HARRIS en su trabajo, las mujeres orientadas al éxito (mujeres independientes que pueden practicar deportes individuales, enérgicos, de combate) se enfrentan ante un doble compromiso: Si fracasa en la actividad deportiva, no corresponde a su potencial, y si tiene éxito, no cumple con la expectativa encomendada socialmente. Por ello, la participación de las mujeres en actividades físicas vigorosas y deportes de combate, correlaciona con una gran confianza en sí mismas e independencia. En este sentido, recuerda la problemática de los años cincuenta a cerca de las mujeres que estudiaban, de las que se decía que eran poco femeninas y muchas mujeres no lo hacían para no comprometer su futuro. Dentro de unos años, cuando la equiparación de los dos sexos a nivel social sea real, este tipo de discusiones formarán parte de lo anecdótico ya que cualquier mujer necesita primero que se respeten sus necesidades como persona, y después como mujeres (y no al revés). En cuanto a la erradicación de los deportes de combate como una manifestación de la belicosidad de la sociedad que los alberga, no parece que en un futuro próximo sea posible, sino todo lo contrario. Los problemas sociales derivados del impacto de la industrialización, la aglomeración, el crecimiento demográfico, las diferencias socioeconómicas entre ciudadanos y países, el éxodo rural... etc, no parece que vayan a disminuir, ni ayudan a concebir una sociedad distinta. |
El deporte es una institución social de la sociedad misma y por consiguiente recibe y ejerce estas influencias culturales. La estructura social influye en el deporte y en sus seguidores y se ve a su vez influido por éstos. Con todo, el deporte sigue siendo un fenómeno socializante y educativo de la propia sociedad que los alberga y los deportes de combate tienen unos valores tan válidos como los demás. ¿Por qué las mujeres no pueden practicarlos?, obviamente a tenor de todo lo expuesto, no existe ningún factor distintivo que les impida su práctica.
Teniendo en cuenta el talante de la sociedad en la que vivmos, tanto hombre como mujeres, encontrarán en el boxeo un campo social de aprendizaje de autocontrol de la propia agresividad al que accederán bien por su propia inquietud o por su deseo de buscar desafío, riesgo y autoafirmación. La cuestión sexual es accesoria. Como dice un dicho popular "sobre gustos no hay nada escrito".
Teniendo en cuenta el talante de la sociedad en la que vivmos, tanto hombre como mujeres, encontrarán en el boxeo un campo social de aprendizaje de autocontrol de la propia agresividad al que accederán bien por su propia inquietud o por su deseo de buscar desafío, riesgo y autoafirmación. La cuestión sexual es accesoria. Como dice un dicho popular "sobre gustos no hay nada escrito".
Manel Martínez
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